Te haría un poema...

Me encanta esa sensación de levantarte por la mañana, dispuesto a recorrerte una ciudad. Me faltaba A, pero aún así estaba más que animado. El atraco del Starbucks (9 dólares!!!!) me bajó un poco los ánimos, porque me había costado lo mismo que la cena del día anterior en Wendys.

Los Ángeles es una ciudad complicada, no es fácil andarla. Down Town estaba desierto, es curioso en contraste entre los rascacielos y ñlo que podría llamarse el casco antiguo, "El Pueblo de los Ángeles" un par de manzanas de edicfios pseudo coloniales tomadas por los Méxicanos.












































Siempre he pensado que cualquiera que se dedique a dar conferencias sabe que no es fácil tener más de una idea. parece que a los arquitectos le pasa lo mismo, estaba por no poner la foto para que A no creyera que en realidad estaba con G tomando tapas en Bilbao... Pecas, te acuerdas?

Después de comer, como casi siempre, tuve un bajón. Es la hora en la que llamo a casa, y cuando A y los niños se van a dormir. Y además después me tengo que ir a comer solo, y luego me entra el sueño... Después de comer en un japonés cutrecillo pero muy rico en Little Tokio pasé un momento crítico de dudas exitenciales sobre si quedarme, si irme, si bajar a San Diego, si ir al Death National Park. Todo esto me pasó en el metro, donde me quedé dormido y me confundí de línea.

La cabezada me vino fenomenal, porque despuès de eso decidí coger el coche, ir a dar un paseo por Melrose Boulevar a ver las tiendas raras, y bajar a Long Beach a dar un paseo y ver el Queen Mary.

Poco antes de las ocho, después de andar más de lo que mis pies habrían querido, me metí en el coche con la firme decisión de dormir lo más cerca posible de la entrada del Sequoia National Park, para lo que en principio no debería necesitar más de dos o tres horas. Antes de eso me compré en un 7 eleven unas pringels, un agua con vitaminas (es la bebida de moda), una coca cola, una especie de taco recocido muy rico, y una cookie.

A las 11:30 estaba en el motel, y después de regatear un buen rato acepté la habitación por 110 dólares. De camino, al poco de salir de Los Ángeles, hice esta foto: