California Beach

El viernes cumplí mi primer sueño de este viaje: cenar en una hamburguesería 100% american y dormir en un motel de carretera. Fue cerca de San Luis Obispo, in the middle of nowhere. La habitación 70 dólares, y la cena no llegó a 10.

Santa Barbara es el primer lugar que responde a lo que uno espera de California: un poco hippie, lleno de tías buenas, vigilantes de la playa y tablas de surf.

En Santa Bárbara me tomé una cerveza con M, que tenía planes parecidos a los míos y que el viernes intentó convencerme para que hiciéramos el viaje juntos. Al principio me dio agobio decirle que no. Antes de la cerveza me tomé una pizza riquísima y me quedé completamente dormido el la playa escuchando... no me acuerdo qué.

La carretera que une Santa Bárbara con Malibú va paralela a una playa infinita, la gente deja el coche en el arcén para darse un baño, y a mí siempre me ha gustado imitar las costumbres locales. Creo que es mi primer baño en el Pacífico, auque no tengo claro si el mar de Cartagena también lo es.

Cuando oigáis que alguien tiene una casa en malibú (me suena haberlo leído en el Hola más de una vez) sabed que más o menos es esto: de película... un tipo en la terraza con cara de mafioso, y dos pastores alemanes, viendo como se bañaba en la piscina una tipa de verdadero escándalo.

Los Ángeles es una ciudad enorme, muy complicada. No se me ha dado nada mal orientarme con el mapa, pero por mucho que lo sepas sigue sorprendiendo tardar casi 40 minutos en llegar a Hollywood, más o menos en el centro, desde la playa. Subí por Sunset Boulevard, que tiene cerca de 40 kilómetros.

Encontrar Motel es más complicado en una ciudad grande, al final me animé a gastarme 110 dólares, las cucarachas del de 75 me desanimaron un poquito. Encima el que encontré tenía piscina, donde me pude dar un refrescante baño (sí, como el sprite) después de correr para estirar las piernas.

Antes de subir al centro, desde Santa Mónica, hice esta foto.