jueves, 3 de julio de 2008

Se nota que es jueves


En el patio no se puede trabajar porque los obreros están preparando la fiesta de mañana, un grupo ha organizado un partido de fútbol, y por el patio ya he visto pasar a unos cuantos con los palos de golf.

Hoy hemos tenido una clase muy interesante de estrategia directiva, y pensaba traer aquí algunas reflexiones y unos datos interesantes, pero ahora ya no me apetece nada. He hablado con A –de repente me ha dado por copiar a mi admirado Trapiello- y me he quedado un poco vacío, un poco triste. Cómo será, que me he puesto a José Manuel Soto en el ipod.

Aunque por mi carácter pueda parecer lo contrario, cada vez estoy más convencido de que soy un insociable. Hoy por la mañana un grupo me intentaba convencer de que me fuera con ellos un fin de semana a Las Vegas, y no sabía cómo decirles, sin ofender, que no hay cosa en el mundo que pudiera apetecerme menos. Estoy dándole vueltas a qué hacer el fin de semana de break (tenemos un días más) y sólo tengo claro que lo que haga lo voy a hacer solo. Seguramente voy a Nueva York, la última vez que estuve fue hace 15 años, y dormí en un albergue de Harlem, en un colchón de una sala común –con otros 50- que me costaba 10 dólares por noche. Viendo cómo están los precios de los hoteles, me parece que voy a ver si encuentro el teléfono.

(Por cierto, si algún lector tiene un ático vacío con vistas a Central Park –o un amigo que lo tenga-, y necesita que alguien vaya a regarle las plantas, ya sabe donde estoy. El billete desde San Francisco me lo pago yo, será por dinero)

Es bonito y anima esto de escribir un diario y de obligarte a poner negro sobre blanco lo que te pasa por la cabeza, creo que sin saberlo lo estaba deseando desde hace tiempo; debe ser porque de alguna forma responde a la frustración de no ser capaz de escribir ficción. De hecho ya me estoy animando un poco, voy a cambiar a Fito y los Fitipaldis… ¡Esto es otra cosa!

Esta mañana no hemos corrido, porque teníamos sesión de ejercicios de fuerza. Me supera, acabo completamente agotado y hay cosas que no es que no sea capaz de hacer, sino que no llego a entender que alguien pueda. Tenemos una monitora que tiene, digámoslo así, unas sorprendentes capacidades para tenernos a todos concentrados en un mismo punto (o dos) y completamente alineados.





Gracias a Dios las clases de ética se acaban mañana. Durante los dos primeros días nadie decía nada porque sería políticamente incorrecto criticar a un profesor que tiene parkinson, pero ya nadie puedo ocultar el aburrimiento ni la decepción. ¿Cómo se puede estar una hora y cuarto sin decir absolutamente nada? Y sigue haciendo jueguecitos de esos de votar, que nadie sabe exactamente qué sentido tienen, creo que él tampoco.

En 3M se supone que cada trabajador tiene que dedicar el 15% de su tiempo a desarrollar sus propias ideas. En el caso de Google, un día a la semana se tiene que dedicar a cosas que no están en la actual estrategia del grupo. La parte divertida es que ese 15 es el que va del 125 al 140%, y que el día de Google es el domingo.

Paradójicamente, cuanto más dominante es una empresa en su entorno más dependiente se hace de ese propio entorno y de su estrategia, y más difícil le resultará adaptarse al cambio cuando llegue. Por eso es necesario, en instituciones o empresas ya consolidadas, mantener y alimentar estrategias autónomas, que desarrollan nuevas ideas y que retan a la actual forma de funcionar: pueden ser nuevos productos, nuevos mercados, nuevas formas de operar... Por lo general serán rechazadas, porque el “core business” es el que nos da la vida y necesita de toda nuestra, pero habrá que encontrar la forma de probar las que puedan ser complementarias o incluso en parte alternativas a lo que ya hacemos. Se solía decir que IBM quería en un empresa patos salvajes, pero volando en perfecta formación.

En ese sentido están pensadas las iniciativas de 3M, Google, o Cisco. Parece ser que es muy típico contar el caso de dos tipos de I+D de 3M que intentaban convencer a todo el mundo de la necesidad de desarrollar un nuevo pegamento que no pegaba, cuando todos sus esfuerzos estaban puestos en encontrar pegamentos que pegarán más. De ahí nació el Post-it.
Lo mismo sucedió en Intel, cuando la compañía gastaba billones de dólares en hacer microprocesadores de más velocidad, unos tipos en Israel intentaban convencer a todo el mundo de que justamente lo que había que hacer era bajar la velocidad, para ganar consumo y movilidad. El proyecto de estos tipos se llamaba Banias, que renombrado como Centrino sacó a Intel casi del desastre, y le colocó de nuevo en el número uno del mundo.



Son las 11 de la noche, y acabo de llegar a la habitación. Se nota que es jueves, pero ahora por la cantidad de gente que había abajo charlando y tomando una cerveza. He estado un buen rato charlando con Hans, el alemán que puso en un brete el otro día a Schultz, y con Courtenay, el tipo de Microsoft que se sienta a mi lado y que es encantador.


Me he comprado unas bermudas verdes que son la envidia de todo el grupo, y he estado a punto de comprarme estas gafas de Dolce y Gabana. ¿Qué tal me quedan?




3 comentarios:

Anónimo dijo...

pues a nosotros (Roque, Antonio y mamá) nos gustan esas gafas. Compratelas.

Anónimo dijo...

Esas gafas son lo que mis Pirelli al mundo de las zapatillas de deporte. Ten mucho cuidadin de ponerte esos lupos cuando camines por determinados barrios de San Francisco o tus hijos acabarán teniendo dos mamás.

Te seguimos leyendo con mucho interés...

Anónimo dijo...

Amigo, me encantan tus gafas azules.