lunes, 29 de diciembre de 2008

Fin de Año

A.T. pasa todos los fines de año en Las Viñas, con algunos amigos, contando historias, viendo el fuego en la chimenea y oyendo crujir las vigas. Lo mío no es tan poético sólo porque no sé contarlo igual.

Estamos en Cercedilla, en casa de Manola. A leyendo, a mi lado; R en la habitación con un poco de fiebre y arriba el resto sin muchas ganas de dormirse. El fuego está encendido, Kira está fuera, y en el altavoz suena Ella Baila Sola. Fuera hace frío, pero hace ya días que la nieve se ha derretido. Es exactamente el tipo de fiestas de Navidad que me gusta pasar.

Llevo unos días dándole vueltas a la idea –seguramente estúpida- de que este ha sido un año perdido. ¿Perdido para qué, para quién? ¿Quién lo ha perdido? ¿Qué es no perder el tiempo? Es una pregunta difícil de responder si se plantea en serio, porque lleva directamente no ya a la del sentido de la vida, que eso siempre es interesante, sino a la del sentido de la propia vida, de la de uno mismo, que es mucho más jodida.

Porque perder el tiempo sería no avanzar en esa Misión que tenga la vida de uno, si es que la tiene y si es que además somos capaces de descubrirla. ¿No? Otra forma de verlo es que perder el tiempo es no disfrutarlo, no ser feliz… pero eso de nuevo nos lleva a lo anterior, porque ¿Qué es ser feliz, serlo de verdad?

Y cuando digo que este ha sido perdido, si lo pienso me doy cuenta de que lo digo sólo en lo profesional. Seguro que tampoco en ese ámbito tampoco lo ha sido –a veces, incluso, creo o quiero creer que es el año en el que más he crecido en lo profesional- pero ¿Y qué si así lo fuera? ¿Por qué le damos al trabajo esa importancia?

El sábado lo pensaba al pasar corriendo por la plaza del pueblo y ver, a través de los cristales del bar Sánchez, a A, exactamente igual que siempre, igual que hace 20 años cuando nos escapábamos de la librería para tomar una ración de pulpo. 20 años, que ya serán 40, haciendo EXACTAMENTE lo mismo. Y no parece importarle demasiado, aunque quién sabe… En el fondo, si no le importa, y es feliz así, será que ha sabido descubrir la felicidad no en el tener, ni en el hacer, sino directamente en el ser. En el ser con los demás, me imagino.

Me imagino que esto de ponerse profundo y un poco dramático en fin de año es poco original, porque es inevitable hacer algo parecido a un balance del pasado y pensar en qué traerá el nuevo. Y como lo midamos – lo pasado y lo futuro – en el hacer, o en el tener, o en el parecer, lo llevamos claro. Me encantaría ser como A y sencillamente ser.

Hoy he leído una entrevista a A.L que hace unos días se publicaba en El Semanal. Me ha encantado, se ve perfectamente que es un hombre sencillo, inteligente, y sobre todo libre. De gastar su vida en lo que quiere, y de decir lo que le da la gana. La entrevistadora (de repente no sé por qué lo pongo en femenino) le ha preguntado que si a veces no se deprimía. Por supuesto, ha venido a decir, muchas veces. Pero cuando me pasa me tomo un café y pienso en otra cosa, si no es imposible vivir. Qué sabio...

Tengo 37 años, ya estoy en una edad en la que tendría que haber escrito algo interesante. Pero en vez de pensar me he dedicado, para bien o para mal, a hacer. Espero al menos haber pensado bien lo que hacía.

A se acaba de quedar dormida.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Roma

No, la película de hoy no se llamaba Roma. Se llamaba "Estómago", y era además muy buena. Nos la recomendó Gerardo Olivares, y es como para recomendar. Es distinta, es tierna, es bonita, es dura al mismo tiempo, y es brasileña. Lo de ser brasileña ayuda mucho, cualquier cosa es mucho más bonita dicha en brasileiro.

Pero ni así, cuando ha terminado la peli no podía pensar más que en Roma y en los días que allí hemos pasado: en el Trastévere ayer por la tarde, en la cena con C y P, y en el helado, y en el paseo nocturno por la Piazza Navona, en las pizzas, en el color rojizo de las casas, en A, y en el Vaticano. Sobre todo el Vaticano.

Aunque me dé verguenza admitirlo, yo no había entrado nunca en el Vaticano, siempre lo había visto desde fuera. Y cuando he entrado hoy a las siete de la mañana para ir a la primera comunión de G, me he quedado sin habla. No sé si ha sido el tamaño, la grandiosidad, la luz, la perspectiva... no sé, era el conjunto. Me he quedado parado mirando al frente, y luego a la derecha: "La Pietá", me dicho A, y me he acercado a verla.

No teníamos mucho tiempo, y rápidamente hemos bajado a la Capilla de los Irlandeses, donde el P. R y el P. L. nos iban a decir Misa. Nuestra capilla era una de tantas, todas llenas de grupos, de familias, celebrando Misa. Era algo muy especial, a veces no se oía al Padre o a quien estaba leyendo porque los cantos de una capilla de al lado tapaan su voz. No importaba, era precioso. Qie ahora me acuerde se oía un Adeste Fideles en algo que parecía alemán, y una familia americana que cantaba fenomenal.

Pero no sólo era abajo, en las capillas. También arriba, en cada altar había un sacerdote celebrando. Uno de ellos me ha llamado la atención porque sólo lo hacía para dos personas. Cuando hemos vuelto a subir, después de una Misa que ha sido una preciosidad, D ha conseguido que me diera cuenta porqué estaba como atontado. "Esto es el centro del mundo", me ha dicho. Y me he dado cuenta de que eso precisamente es lo que estaba sintiendo desde el primer momento, desde que una hora antes había cruzado la puerta. Era una sensación muy parecida a la que hace cosa de tres años en Tierra Santa, si esto es verdaderamente el centro del mundo Jerusalem es el centro de la Historia.

Ya van dos años que empezamos la Navidad con un viaje a Roma. No es una mala forma de empezar, la verdad. El año que viene me gustaría repetir, porque creo que me queda mucho para cansarme de Roma, si es que eso puede llegar a suceder. Y además porque me ha quedado pendiente la visita a los Museos Vaticanos.

Y para que nadie piense que A (la otra A) no cumplió con la petición de su hermano, mañana copiaré aquí el comentario que no quiso mandar sobre la película "Buscando un Beso a Medianoche" de la que yo no quise decir nada.

domingo, 14 de diciembre de 2008

My Blueberry Nights

Hoy en el cine me ha dado la sensación de que estas tres últimas películas que he visto habían sido pensadas para verse precisamente en el orden en que las había visto. Ahora, dándole un par de vueltas más, caigo en la cuenta de que sí son para verlas seguidas, pero en orden inverso. Primero esta, luego "Buscando un beso a medianoche" y por último "Somers Town".

A lo mejor da igual, en cualquier caso ningún lector de este blog va a ir a verlas. Lo curioso es que las tres tratan sobre la soledad. En este caso son todos los personajes, todos, los que están completamente solos: ella, él, el poli borracho, su ex mujer, la jugadora, su padre... todos. Pero cada uno a su modo, eso sí.

Uno acaba sucidándose, otra huye, él espera, y ella decide "cruzar la calle por la parte ancha" para encontrarse a sí misma en los demás. Y todo con una música que te envuelve, con una fotografía perfecta, con una luz preciosa, y con una dirección que hace lo que debe, desaparecer para que nada se interponga entre los personajes y el espectador.

Y con ritmo, con un ritmo que nada tiene que ver con la velocidad. Salía yo del cine pensando el gusto que daba que el final de una película te pille desprevenido y sin haber mirado el reloj, cuando los de al lado se quejaban de lo "lenta" que les había parecido la película. Estaría hasta dispuesto admitir que es lenta, cuando no lo es, sólo para que quedara patente que el ritmo no tiene nada que ver con la velocidad o la acción. Y si no, que alguine intente ver entera, a las 10 de la noche en el sofá, una película de Jean Claude Van Dam.

Hablando de ritmo, me da pena llevar el paso cambiado con A. Ella hoy a ido a ver la de la semana pasada, espero ansioso el comentario aunque me da miedo haberle creado demasiadas expectativas.

Pero lo mejor de la semana, sin duda, no ha estado hoy en el cine. Fue el viernes, en la homilía que nos regaló ALQ en la Misa de la cena de Navidad. Parece que a Romano Guardini llegaba a escandalizarle la locura de que Dios se rebajara a hacerse hombre, tanto que llegó a temer que eso le hiciera perder la fe: era, de alguna forma "demasiado imposible". Lo bueno viene después, con la explicación de un jesuita cuyo nombre no recuerdo: "Ahh, caro Romano... Sono cose de l'amore".

A ver qué tal se da esta semana. Puede ser una más, o no. Ya veremos.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

The ING New York City Marathon

Hoy he estado corriendo y no se me ha ocurrido nada ni he pensado en nada especialmente interesante. He ido escuchando a Louis Amstrong, el disco de canciones de Disney, así que la música tampoco me ha servido de mucha inspiración.

¿Por qué me pongo a escribir entonces? La verdad, no lo tengo claro. Creo que es tan sencillo y tan humillante como que no quiero perder los pocos lectores que me quedan. La semana pasada estuve cenando en casa de T, y me impresionó saber que ni sabe ni le importa el número de lectores que tiene. Eso en ser un blogger de verdad, y no esta especie de... de nada.

Es muy especial, por cierto, la familia A. Son muchos, son todos iguales y al mismo tiempo todos son diferentes. Son distintos, únicos, y aunque parezca un juego de palabras es eso precisamente lo que les hace ser tan parecidos.

Varios de ellos me dijeron convencidos que se apuntaban encantados al plan de ir a Nueva York el próximo noviembre para correr la maratón. Intentaron incluso convencer al propio T de que lo intentara, y si se ponen a ello estoy convencido de que lo consiguen. Sería chulo, por ahora somos 7 los que hemos dicho que nos gustaría, a los que habría que sumar 3 o 4 acompañantes. Me lo voy a proponer un poco en serio, me apetece mucho montar un grupo de 15 o 20 personas y un plan de entrenamiento a partir de la primavera.

El otro día incluso pensaba que se podría plantear desde la UFV a todas las universidades de Madrid o incluso de España, en ese caso seguro que montábamos un grupo grande de universitarios, y seguro que nos patrocinaba Madrid 2016. Si nos sobrara tiempo para hacer chorradas... Al final se quedará, con suerte y si me empeño, en el grupito de la UFV y aledaños. Acabo de entrar en la web del "ING New York City Marathon" y he visto que quedan 325 días, 14 horas, 54 minutos y 21 segundos. No es tanto.

Me parece que me voy a centrar en eso de correr, porque lo del golf me está sacando un poco de quicio. Las tres primeras semanas de cada 100 bolas que daba eran buenas - tanto con hierros como con maderas e incluso con el drive - no menos de 90, tengo testigos. Pues bien, dos semanas después de cada 100 bolas no salen bien ni 15. La primera vez que salí al campo hice dos pares y puse prácticamente todas las bolas en el green... La última vez, salvo el putt de 19 metros (medidos) tuve pocas alegrías. Voy para atrás, mucho más rápido que los cangrejos. A ver si mañana JL me pone en vereda, espero la clase como agua de mayo.

Aún así lo sigo disfrutando mucho, y cada vez me apetece más que llegue el momento en que con cierta tranquilidad pueda salir a un campo de 18 hoyos largos. Pero lo voy a ir dejando aquí, para no aburrir al personal y porque A me ha pedido que le pegue en el album los cromos, y no creo que sean menos de 150.

Por tres muy diversas razones, que ni puedo ni quiero contar aquí, estas navidades me pillan bastante intranquilo y con muy pocas ganas. A ver si me animo y me tranquilizo un poco, yo siempre he disfrutado mucho de estas fiestas.


Para terminar, y para empezar a animar el cotarro, colgaré esta foto que no he podido dejar de hacer esta tarde en Rectorado. Me da hasta miedo preguntarme qué harían...

lunes, 8 de diciembre de 2008

Buscando un Beso a Medianoche

Pues va a ser verdad que me estoy volviendo un snob: no sólo llevo dos semanas viendo películas en blanco y negro, sino que hoy al terminar me he quedado sentado hasta que han terminado de pasar los títulos de crédito.

No sé qué escribir, por un lado me cuesta volver a traer las ideas que me pasaban por la cabeza en ese momento, y por otro cuando me vienen no me atrevo a escribirlas porque no quiero estropearle la peli a A (tienes que ir a verla). Por eso no voy a escribir nada, y voy a pedir en cambio publicamente a A que cuando vaya a verla escriba algo y lo publique aquí, me apetece mucho descubrir qué es lo que le pasa por la cabeza. Si no lo hace será por pereza o porque pasa de su hermano, y ambas cosas son muy feas.

Pero no sé por qué razón no me resisto a decir, al menos, que es una película en la que pasa de todo, o mejor dicho pasa todo, sin que en el fondo pase nada, o eso parezca ¿Sucede lo mismo en la vida? No lo sé, la verdad. Me gustaría pensar que no, pero no estoy tan seguro. Ojalá algún lector vaya a verla, además de A, y se anime a opinar. Podríamos, incluso, superar los 8 comentarios de "Sexo".

Mientras tanto cambiemos de tercio.

Estoy terminando de leer "Casa Desolada", de Dickens. Estoy muy orgulloso porque casi nunca consigo terminar los libros que me traigo a medias de Deba. Me pasó el año pasado con la segunda lectura de Guerra y Paz y hace dos con "La Montaña Mágica", que sigo sin terminar. Son novelas que no es fácil leer de cinco en cinco minutos, por las noches. Cuando quieres acordarte de dónde estabas, y quién es la Srta. Flite, ya empieza el libro a tambalearse...

Durante la primera parte de la novela en algún momento pensé que era demasiado obvia y de alguna forma infantil por la forma en la que retrata los personajes, que resultan demadiado claros, demasiado prototípicos. La buena muy buena, el noble muy noble, el héroe muy héroe, el desgraciado muy desgraciado... A lo mejor por esa razón, ahora que estoy terminando creo que ninguno de los personaje me ha enseñado demasiado, ni se me va a fijar en la memoria.

En cambio sí se me quedará el aire oscuro de londres, el color de Chensey Wold, y sobre todo la forma en la que todos y cada uno de los personajes de la novela van descubriendo su papel en una especie de universo que la novela crea y recrea magistralmente. Tampoco se me olvidará el odio visceral que parece tener Dickens a los abogados y al sistema jurídico en general, que representa como una especie de agujero negro que acaba con todo lo que encuentra a su paso y con todos aquellos que intentan luchar contra él. Algunas de las frases del Sr. Vholes, abogado, es como para no olvidarla por si en algún momento hay que meterse con algún amigo picapleitos.

Voy a dejarlo aquí porque quiero terminarla esta noche, y ponerme con "Los Hombres que no Amaban a las Mujeres". Aunque verlo en Opencor entre los más vendidos no anima mucho -otra vez el snob- sería la primera vez que Ignacio, de la librería Lagún de San Sebastián, me recomienda algo que luego no me gusta. En su descargo diré, por si acaso, que en el caso del Best Seller que acab de citar sólo lo había empezado...

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Algo huele a podrido

Casi peor que el asesinato de esta tarde es lo que este asesinato nos dice de cómo ha de ser una sociedad en la que sea posible. El valor de una vida es infinito, a sus 5 hijos lo que les importa es haber perdido a su padre, claro, pero casi se podría decir que esto peor como síntoma que como suceso.

Así, sin siquiera respirar: Dos tipos que estarán entre los 25 y los 35 años que no han podido experimentar jamás ningún tipo de represión física ideológica o moral han encontrado sentido a su día y me imagino que a su vida robando un coche en Deba y yendo a Azpeitia para matar en la puerta del Kiruri de dos tiros en la cabeza a un empresario de 70 años porque le ha sido adjudicada parte de la obra de construcción de una línea de tren de alta velocidad. Manda cojones...

Esos dos tipos no serán capaces, ni de lejos, de unir con argumentos de ningún tipo su acto con supuesto motivo del mismo, es imposible que encuentren conexión no sólo por su incapacidad sino porque no la hay. Por Dios no se me entienda que si hubiera conexión el suceso sería distinto, sólo es distinto el síntoma.

Mañana doy clases en el Colegio de abogados sobre Nuevos Movimientos Sociales, la semana pasada fue sobre Nacionalismos. Los dos temas están unidos porque ambos beben de la misma fuente, del vacío existencial del hombre de hoy, de la falta de identidad. Ambos ocupan (perdón, okupan) el hueco que Dios dejó cuando dejó de existir.

Y porque en el fondo son lo mismo el nacionalismo radical vasco ha tenido éxito en la misión de hacer suyos, de asimilar, de integrar en su discurso, a todos los movimientos sociales que se han dado en el país vasco, De hecho no es que los haya integrado cuando existían, sino que han sido engendrados y amamantados por el propio nacionalismo. Al movimiento nacionalista vasco podría llamársele, en este sentido, un movimiento esponja.

Es acojonante, pero en el país vasco no se puede ser feminista, ecologista, naturalista, del movimiento okupa, o antiglobalización (globalifóbico dicen muy graciosos los mexicanos) sin ser nacionalsocialista radical. Y lo peor de todo, no se puede ser pacificista sin ser jarraichu. El movimiento pacifista vasco ha sido desde el principio absorbido, en el país vasco, por el grupo social que apoya y sustenta a la organización terrorista ETA. Y lo peor es que a nadie le parece extraño, y que los jóvenes lo compran.

Lemóniz, Leizarán, y ahora la Y Vasca. ¿Qué coño tendrá que ver eso con nada, qué grado de perversión tiene que alcanzar una sociedad para no asombrarse de que unos terroristan maten a un tipo que hace túneles en nombre de una nación vasca que el propio nacionalismo creó para justificar su propia existencia?

La semana pasada, para explicar en el Máster la creación de naciones por el propio nacionalismo, usé Google Earth y el caso de "Itziar Herria Sortzen", la plataforma que pretende "desanexionar" Itziar de Deba basándose en la "diferencia sociológica abismal» existente entre Itziar y Deba. «Son dos culturas, dos pueblos completamente distintos". (declaraciones textuales de María Jesús Gurrutxaga, Concejala -a sueldo, claro- del Ayuntamiento de Deba)

Itziar y Deba dos culturas... ¡Dos culturas! Como decía mi padre, es pa mear y no echar gota. Si no hubiera muertos sería muy gracioso.

Descanse en Paz.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Somers Town

Somers Town es una de esas pelis que a uno le reafirman en esa manía suya de ir a ver cine "raro" aún a riesgo de que le llamen snob.

No sé bien de qué va, la verdad. No va de nada y va de todo. Para mí va, sobre todo, de lo lejos y lo cerca al mismo tiempo que estamos unos de otros; dos personas se cruzan por la calle, se miran, o ni eso, ya ya está. Ahí termina, o mejor aún, ni empieza una novela que nunca se escribirá. También trata sobre la soledad, y sobre la felicidad de encontrar a alguien que nos saque de ella. Ahora me doy cuenta de que todos los personajes están solos, de muy distintas formas pero todos solos... hasta que se encuentran entre ellos. Más que de la soledad la película habla del encuentro. Muy quintasiano.

No sé muy bien por qué extraña causa, los dos momentos más bonitos de la pélícula - los dos en los que entra la música - me han traído a la cabeza lo que he sentido esta mañana montando a caballo por la dehesa nevada de Cercedilla. También lo de esta mañana era como para ponerle música: con los perros, galopando por la nieve virgen, sintiendo la fuerza de Albaicín en las manos que dolían por el frío y por sujetar tan fuerte las riendas... y pensando que era feliz, que el cielo se tenía que parecer un poquito a eso para ser de verdad el cielo.

También pensaba que qué poco hacía falta para ser feliz, hasta que me he dado cuenta de que no era poco en absoluto. Si me sentía feliz no era sólo por el caballo, por la nieve, o por el aire frío, sino por la familia que estaba en casa, por mi trabajo que me permitía disfrutar de ellos, del fin de semana, y del caballo... En esa sensación estaba concentrada, de alguna manera, toda mi vida. El milagro que contiene y también su fragilidad.

Ya sé por qué me he acordado de eso: porque en esos dos momentos de la película, que en realidad son el mismo pero cambiando de decorado, uno llega a creerse las sonrisas, la felicidad de los personajes. Sonrisas que se parecen a la de R cuando consigue ponerse de pie en la tabla de surf, o la de cualquiera de los niños este fin de semana en el trineo. Sonrisas sinceras, enteras, que no se guardan nada, sin complejos.

Venía pensando en el coche, a la vuelta, que a lo mejor porque es verdad que ningún lector de mi blog va a ir a ver Somers Town es por lo que tiene sentido escribir de ella. Para que quien lo lea y quiera pueda -sin verla- sentir o pensar cosas parecidas a las que yo he sentido o pensado viéndola.

Y en 71 minutos, lo que es MUY de agradecer. Debería estar prohibido hacer películas de más de hora y media.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sexo

Hoy he comido con RL en Piu di Prima para ver de qué manera conseguimos que Stanford compre nuestro STT Program. Hemos terminado pronto, así que he ido a una peluquería de chueca a que un peluquero gay me cortara el pelo. Mientras lo hacía, un travesti amigo suyo con unos pechos descomunales le contaba sus planes de operación de cambio de sexo, y yo leía en el Cosmopolitan una encuesta sobre las fantasías sexuales de las mujeres españolas. Todo muy de almodovar.

Esta es la nueva línea que va a tomar este blog después de que un lector me haya amenazado con dejar de leerme si sigo empeñado en escribir sobre películas raras que no interesan a nadie y que nadie va a ir a ver. Es una línea similar a la que siguió en su día a Valerio Lazarov cando contrató a las "Mammachicho" para subir el share de Telecinco. A ver a cuántos lectores llegamos hoy...

No es más que la pelea de siempre entre la calidad y la cantidad. Sólo me sorprende el hecho de que sea precisamente G quien esté por la cantidad.

Por si alguien no sabe quién es Valerio Lazarov, copio aquí un fragmento de lo que sobre él se dice en Wikipedia: Es nombrado primer Director General de Telecinco, y se convierte en el artífice y principal valedor de una forma de hacer televisión colorista y desenfadada, inspirada en el estilo del Canale 5 italiano y que contrasta con los cánones imperantes en la pública TVE y en su rival privada Antena 3. Este estilo, cuya máxima expresión fue el ballet de las Mammachicho es fuertemente contestado por amplios sectores de la crítica televisiva, que tildan a Telecinco de chabacana y la apodan "Teleteta".

Por cierto, lo del STT puede que tarde un poco pero creo que al final saldrá.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Leonera

Qué gusto... Después de los chascos de los últimos dos o tres domingos, hoy por la mañana ni me apetecía ir al cine. Me alegro de haberme forzado un poco, porque "Leonera" es una muy buena película. A decía que la crítica de El País decía que no había en ella nada que no fuera bueno, y si no fuera por el actor que representa a Ramiro yo estaría de acuerdo.

Sí es verdad que durante un buen rato me ha estado dando mucha rabia rabia haber visto el trailer. Cuando un trailer es bueno como corto suele ser malo como trailer; cuando cuenta lo suficiente como para decir algo en sí mismo es que cuenta demasiado de la película. Es lo que sucede en este caso, creo, aunque afortunadamente no lo cuenta todo.

La película recorre con una enorme sinceridad todos los sentimientos imaginables que a uno de pueden surgir cuando le ponen en frente, con toda crudeza, el drama de un grupo de madres viviendo en una prisión con sus hijos pequeños. De hecho estaba pensando que lo mejor que tiene "Leonera" es eso, que es capaz de hacer aflorar sentimientos y reflexiones que normalmente nuestra capacidad de sorpresa atocinada no permite que surjan.

Pensamos en "Carcel de mujeres con niños" y nos decimos "vale, sí, ya sé que las hay, será muy duro ¿Y?" Y mucho, y... "Leonera".

He pensado en colgar aquí algunas de las fotos que cada vez más a menudo hago con el móvil. Esta es del despacho de T, ya me gustaría a mí tener tantas cosas interesantes que guardar.

Esta mañana, cuando ya estaba en el coche volviendo a Cercedilla he pensado que tenía que haber hecho una foto de la sombra que proyectaba sujetando la bandera a D en el hoyo 7. Por cierto, estoy encantado con mi primera experiencia golfista "real" de esta mañana. Hasta he hecho dos pares, y ninguna bola se me ha ido demasiado lejos. A ver si JL me enseña a aprochar y patear (puttear queda muy feo) y dejo de tirar por la borda una salida decente.

Ayer cogi, casi sin darme cuenta, la novela "Nadie Conoce a Nadie", la abrí por una página cualquiera y me asusté. Es como cuando abres el Evangelio por una página cualquiera y te das cuenta de que te habla a ti y sólo a ti.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Ryder Club

A me jura y me perjura que no es una invención de El Mundo, que de verdad Garzón ha cerrado el caso del desenterramiento de fosas al comprobar que Franco ha muerto. No puede ser, y además es imposible. Si fuera así a este señor habría que quitarle el sueldo un par de meses, a veces se nos olvida que esas mamarrachadas se las pagamos entre todos.

Me he dejado la mochila en casa, así que voy a tener que escribir esta entrada rapidito, antes de que se gaste la batería del portátil. Sería un buen concurso de literatura, uno de relatos cortos que hubiera que escribir del tirón, en el tiempo que dura una batería.

Ayer estuve comiendo con S, que es la presidenta de la Asociación de Antiguos Alumnos de Stanford. No quiero adelantar nada aquí porque me da miedo que me roben la idea antes de que esté en marcha, pero creo que vamos a montar algo muy bonito. Cada vez me alegro más de esta aventura americana: gracias a ella empecé el blog, gracias a ella estoy conociendo a un montón de gente, y gracias a ella se me ha ocurrido alguna idea buena y se me han abierto algunas posibilidades muy muy ineteresamtes.

Si sale bien esta idea, de aquí a un par de meses me voy a tener que hacer un viajecito -huy qué pena - por los states visitando algunas de las mejores universidades del mundo. Y, como decía MGK, hasta aquí puedo leer.

S es la Directora General de Match.com, el portal para buscar pareja en internet. Antes de entrar en materia estuvimos un rato hablando, cómo no, de la crisis, y fue interesante descubrir cómo la situación económica afecta a un negocio como ese. Yo lo he pensado varias veces, y muy en serio: si tuviera que buscar pareja creo que acudiría a uno de estos portales, me parece una forma magnífica de conocer gente, algo que no es fácil yendo tan rápido como vamos... a donde sea que vayamos.

El Ryder Club es una red informal formada por antiguos alumnos de las mejores escuelas de negocio, no sé si sólo de Madrid o de toda España. La Rider sirve, entre otras cosas, para compartir las actividades que organiza cada Asociación.

Desde que volví de Stanford yo he estado en dos almuerzos: el primero con el presidente y fundador de blusens, una empresa que vende más MP3 en España que Apple, y el segundo con Claudio Fernández Araoz, un diretivo a nivel mundial de Egon Zender que ha escrito un libro sobre captación de talento. Hoy me ha llegado una invitación para almorzar con Manolo Santana organizada por la Chicago BS, hace poco la HBS trajo al fundador de facebook... Lo bueno no es sólo poder conocer a esa gente, sino que los asistentes suelen ser gente muy interesante. Puedo llevar invitados, así que a partir de ahora cuando haya algo interesante lo diré por si alguien quiere apuntarse.

J dice que la semana que viene saldremos ya al campo. Esto del golf me está gustando mucho, creo que ya sé lo que les voy a pedir a los Reyes Magos. Hoy a mediodía, en clase, he dado exactamente 155 bolas (3 tandas de 52, menos una rota). Al final estaba agotado y ya no me salía nada, pero el profe me ha dicho que está muy bien hacer 170 metros con el hierro5. Esta noche, corriendo, lo he notado, y cuando llevaba 5 ó 6 kilómetros me quería morir.

Lo que no sé es si me estoy obsesionando un poquito. Ayer me fui a Puerta de Hierro para que C y P me dejaran una red que se pone en el jardín para entrenar, ya tengo un chalet en pozuelo con piscina y campo de prácticas de golf. ¿No está mal, eh?

¿Algún lector de este blog tiene una casa bonita en algún sitio bonito para que la familia Sáenz de Miera se vaya a pasar unos días en fin de año? A falta de ofertas de casas, también se aceptan sugerencias: estamos pensando en Lanzarote, Cadiz, Cartagena de Indias, Valmorel...

La semana pasada escribí un borrador de un primer guión ("protoguión" según mi fututo director) de la "tesis", y el sabádo pasado me ayudó mucho la charla sobre liderazgo que tuve que dar para ordenarme las ideas. Pero creo que no voy a ser capaz, no sé si en mi vida cabe mi familia, mi trabajo, mis carreras, Albaicín, el Golf y la tesis. Si al final me animara me gustaría hacer una e-tesis, que consiste en ir publicando fragmentos según los vas teniendo, para que todo el que quiera pueda opinar y mejerorar el trabajo.

Me está quedando un despacho precioso, me hace mucha ilusión ver los dibujos de Chumi, y las fotos que me regaló M. En cuanto me traigan las sillas lo inauguro.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Gomorra

Me ha defraudado. A lo mejor porque esperaba demasiado, a lo mejor porque no es tan buena como dicen y a lo mejor porque tenía la cabeza en otro sitio. O un poco de cada cosa.

Según dicen es un retrato fiel de la Camorra, y si realmente es verdad lo que ahí se cuenta es como pensarse bien qué queremos decir cuando decimos que vivimos en sociedades desarrolladas. Por cierto, ¿Por qué cuándo más bestia es una película, más real nos parece? En cualquier caso a mí me ha pasado un poco como con Transsiberian me ha faltado algo. También es verdad que no estaba yo para muchas reflexiones, a lo mejor hoy me tendría que haber quedado en casita. Pero al salir del cine le he pedido a A que fuera ella la que en esta ocasión escribiera la entrada, y me ha confesado que ella tampoco sabría qué decir. Mal síntoma.

Además al final he llegado a casa muy tarde, no sé cómo A es capaz de esperarme hasta casi las 11 sin cenar. La película ha empezado casi diez minutos tarde, cosa que nunca me había pasado, y además nos han puesto dos trailers, así que no hemos empezado hasta y veinte.

Pero no ha sido una pérdida total de tiempo: no sé cómo será "Leonera", una peli argentina que se estrena en breve, pero el trailer no tiene desperdicio. Al llegar a casa ahí estaba, cómo no, en Youtube:

http://es.youtube.com/watch?v=GxyVs7P1WZY

Ha sido un fin de semana largo, raro, como de mentira. Como de mentira por el tiempo tan espectacular que ha hecho, pero no sólo por eso.

Aunque también ha sido movidito, hoy hemos dado un paseo muy bonito a caballo, y me ha hecho ilusión que A se animara de nuevo, a ver si es verdad que se va poner un poco en serio. Albaicín ya va solo y cada vez más bonito, cada vez lo disfruto más. Espero que el golf -que me está dando muy fuerte- no sea un competidor demasiado duro...

Y sí, mentí, nunca tuve intención de ir a ver "Bella". Lo que no sé bien es porqué aquí escribí lo contrario. Me voy a la cama, a ver si aún pillo a A despierta.

¿Por qué llevaré tres semanas con tantas ganas de ir a Paris?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Poetas de sus vidas

Me sigue impresionando, y no es falsa modestia, que haya gente que siga entrando en este blog. No es mucha, pero es mucha más de la que tendría sentido que entrara. Hasta el anuncio de los churros no pasábamos de 50 visitas diarias, el día de los churros hubo 320, el lunes siguiente la cifra aguantó en algo más de 100, y un lunes cualquiera estamos entre 50 y 70. Me parece una pasada, y más aún el hecho de que un domingo cualquiera, o incluso hoy mismo, haya 24 personas a las que de repente se les ocurre entrar aquí a ver qué coño cuento.

Corriendo esta noche había decidido dejar de escribir por un tiempo. En realidad lo decidí ayer dando un paseo por la Avenida de Europa, y hoy no hacía más que confirmar la decisión. Lo hice porque no puedo escribir de lo único que me gustaría escribir, y escribir de cualquier cosa me parecía mentir. Y me lo sigue pareciendo, pero bueno...

Tengo que tener cuidado con estas cosas. El otro día MJ, muy seria, y en medio de una reunión d trabajo, me dijo que estaba preocupada por el tedio existencial que yo había escrito aquí que me invadía. Me dejó sin palabras,me sentí como si me hubieran pillado, de alguna forma, desnudo. Yo escribo resguardado en mi casita, solo, tranquilo, y a veces digo (me digo) cosas que sólo diría a un buen amigo y después de media botellita de vino. En cambio lo suelto aquí, al aire, sin sabe ni quién va leerlo, ni cuándo, ni cómo lo va a interpretar.

La semana pasada me escribió un mail G, y me dijo que quería quedar a tomar algo. Con esto de la crisis, lo primero que pensé es que quería trabajo y me equivoqué. Es un tipazo, este G. Es un tío sencillo, limpio, transparente. Y es muy valiente, porque confiar en alguien es muy arriesgado. Tomamos una caña más rápido de lo que a los dos nos habría gustado, pero le dió tiempo a ponerme al corriente de su vida, que no ha sido nada fácil los últimos meses. Pero se vé que ha tirado para adelante, sin esconderse, sin huir, cuando habría sido lo más fácil. Dijo que me había escrito porque desde el blog le había llegado energía positiva, pero es que tiene un rollo oriental un poco extraño. Ya le dije que tenía que hacer el máster de humanidades.

"The proper study of mankind is man". Así empieza el libro que acabo de terminar, de Zweig, "Tres poetas de sus vidas: Casanova, Stendhal, Tolstoi". Es un título raro, cada vez que lo veía en la mesilla me recordaba a aquella exposición de dibujos de Alfredo que se llamaba "Moscú, Nueva York, Murcia".

Es parte de una colección que se llama, qué nombre tan bonito, "Constructores del Mundo". Cuenta las vidas de tres personas que centran su vida en su propia vida, que se convierten ellos mismos en el centro de sus historias personales.

De Casanova: "No importa la misión que se le encomiende, jamás admitirá ser un novato en la disciplina en cuestión, adoptará de inmediato el rictus más serio, el del experto, y en su condición de farsante innato dará algún rodeo hasta conseguir salir airoso y con dignidad de los asuntos más peliagudos" Y luego: "Una plenitud vital tan desbordante va unida casi siempre a una escasa profundidad del alma. Para poder nadar con tal agilidad y presteza sobre todas las aguas, tal y como lo hace Casanova, es preciso ser, ante todo, ligero como un corcho". Qué miedo... Al menos él ligaba mucho.

Pero el capítulo más impresionante es el de Tolstoi. Es el más trágico. Es la historioa de un hombre que en la plenitud de la vida, teniéndolo todo y atreviéndose a escribir "soy totalmente feliz", de repente se enfrenta al abismo de la muerte, del sin sentido, del vacío, de la nada, y a partir de ese momento su vida será completamente distinta, nunca conseguirá escapar del vértigo. Voy a pedirle a R que lo encargue para la biblioteca, por si alguien lo quiere.

Roque ganó la semana pasada el concurso de futbolín y se llevó los seis euros del premio. Rocío va ganando este, pero es porque juego con ella me dejo ganar. Ahora mismo es mi preferida, no me importa admitirlo, me vuelve completamente loco.

La semana pasada vinieron a cenar un grupo nuevo de amigos, es bonito eso de hacer amigos, aunque es algo que se hace poco a poco. Lo pasamos muy bien, me dieron envidia N y E que están viviendo en París. Cenamos humus con mojitos, salmón marinado con albariño, y pato al chocolate con cava. De postre mousse de chocolate y y mousse de limón con coulís de frambuesa.

El domingo iré a ver "Bella", creo, en respuesta a las quejas de los lectores sobre la pereza que me daba. "Si has ido a ver Camino, ahora vas a ver Bella", fue la sentencia de S. Como para decir que no.

¿Y de lo del golf? ¿No digo nada? No, aún no.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Transsiberian

Desde que escribo este blog estoy en el cine de forma distinta: más exigente, más activo, analizando más lo que sucede en la pantalla para intentar descubrir algo interesante que contar. Puede que sea un poco forzado, no lo sé, pero a mí me gusta.

El problema surge cuando aparece una película como Transsiberan: bonita, entretenida, con buenos actores, pero nada más. ¿Buena? ¿Puede decirse que es buena una película que no te dice nada, que después de contarte una historia te deja cómo estabas?

Si el cine es un medio de comunicación, la respuesta tiene que ser no. Porque el elemento central de la comunicación es el mensaje, eso que se quiere comunicar. El "recado", que diría con esa sorna tan suya D. Sin mensaje no hay comunicación, y a mi juicio no hay verdadero cine.

Si yo supiera de cine, cuando no hay recado podría suplirlo poniéndome a hablar de la dirección, del montaje, de otros trabajos de los actores, de las influencias que se le descubren al Director... pero no tengo ni idea, ni creo que llegue a tenerla nunca.

Me ha gustado mucho, eso sí, el retrato de Rusia que se hace en toda la primera parte. En algún instante de esa misma parte -luego la película cambia drásticamente -la mezcla de imagen y música ha logrado trasportarme muy muy lejos.

Porque Transsiberian son dos películas. La primera es una preciosa colección de fotos de Rusia y la segunda es un thriller; con sus malos, sus polis, sus misterios, sus muertos incluso. A mí me ha gustado mucho más la primera.

Iba a terminar diciendo que aunque la película es buena seguro que hay cosas mejores que ver, pero la verdad es que esta semana no había mucho donde elegir. Tengo que confesar que me da gran pereza ir a ver "Bella", justo por la publicidad que la ha precedido. La historia del "El Infierno Vasco" desgraciadamente ya me la sé. Y entre el resto abundan demasiado -cada vez más, esto empieza a ser una lacra- los documentales moralistas sobre ecología, política, identidad catalana o lo que sea. Aparte de algunas cosas buenas que ya he recomendado aquí, si entre mis lectores hay algún insomne que no deje de ir a ver "Irina Palm" en sesión de madrugada. Si se arrepiente yo le pago la entrada y un superkebab en El Turkito.

Sólo he fallado en una entrada y ya me parece que llevo meses sin escribir, será que ya me estaba acostumbrando. Ha sido por pereza y también por no escribir sobre Obama, aunque tengo que admitir que de su discurso de no más de 20 minutos se puede sacar más chicha que de cuatro o cinco de estas películas que voy a ver.

Esta semana me gustaría desquitarme, hay demasiadas cosas que se me desordenan cada vez más en la cabeza y que quiero soltar: sobre el sentido de la vida, sobre mis lecturas, sobre mis clases de golf y los palos que me han dejado D y S, sobre el encuentro con G, sobre mi proyecto de tesis y de e-tesis, sobre A, sobre mis hijos y sobre todo sobre la felicidad.

En esto de la felicidad, que es en realidad lo único que importa, cada vez me acuerdo más de una clase opcional de Stanford a la que no fui, que se llamaba "The knowing-Doing Gap". Y qué gap más grande, ¿Verdad?

En estos días dos veces me he bajado de la moto para hacer fotos. La primera, del cielo, en Monteclaro.


La segunda es una vista de Madrid tomada desde Pozuelo que me recuerda mucho a los dibujos de Jorge Arranz.

Yo nunca he visto tan bien "contado" el aire de Madrid como en los dibujos de Jorge.

Alguien debería organizar un concurso de fotos malas, tomadas con móviles.

domingo, 2 de noviembre de 2008

La Comedia de la Vida (Du Levande)

¿Quién traducirá los títulos de las películas? No sé mucho sueco, pero me apuesto un brazo a que “Du Levande” no significa “La Comedia de la Vida”. El traductor de Google lo traduce por “Usted, la Vida” por lo que parece que el título inglés de “You, the Living” es mucho más fiel no sólo al título original sino también al contenido. De añadir algo, que no lo veo necesario, tendría más sentido "La Tragicomedia de la vida". Lo que allí se cuenta es cómico y trágico al mismo tiempo, y es normal: nada hay más trágico que una vida que sea una comedia.

La película empieza con fuerza, prueba de ello es que no he tardado ni treinta segundos en olvidarme del angustiante final de la Fórmula 1, que diez minutos antes nos había tenido en vilo a toda la familia. ¿Quiere eso decir que me ha gustado? No, y sí, y todo lo contrario. A me lo ha preguntado al llegar a casa, ¿Qué tal? Y no he sabido responder… Bien, sí, no... Rara, he terminado diciendo.

Seamos sinceros: mucho tiene que ver con la tontería de ir a los Renoir a ver cine supuestamente inteligente. En la tele después de cenar, o en un avión de camino a Bogotá, ni el más pintao aguanta 20 minutos viendo esta película. Y eso que no es mala, y que tiene algunas escenas muy divertidas y muy sugerentes. Es como escuchar una canción de Silvio Rodríguez, le puedes sacar 15 significados distintos o ninguno, y nunca equivocarte.

Salvando las distancias en algunos momentos me ha recordado, tanto por la estética como por el tipo de vidas que cuenta, a la magnífica “Delicatessen”.

Ya antes de entra A me ha puesto en guardia: “es humor inteligente, surrealista, a lo mejor no lo entiendes”. No sé dónde habrá leído eso que es surrealista, pero yo no estoy de acuerdo (y eso que si me paro a pensarlo creo que no sé muy bien qué es el surrealismo, más allá de Dalí y de Buñuel)

A mí de hecho me parece realismo puro, o incluso hiperrealismo. La película te enfrenta a la realidad cruda de la vida, a escenas de vidas normales que sacadas de contexto –pues su contexto no es otro que la propia vida y no una pantalla de cine- son al mismo tiempo cómicas y trágicas, y casi siempre patéticas. Por eso el título no cuadra.

Sales del cine pensando en cómo cada vida es todo un mundo, único, infinito y apasionante. Yo muchas veces lo he pensado viendo un atasco, o una manifestación: cuántos mundos, infinitos todos ellos, apelotonados y pareciendo sólo una masa informe. Cuántas alegrías, tristezas, cuántos sueños, cuántas mentiras, cuántos miedos… Cuántos mundos, da un poco de vértigo.

Y cada uno de esos mundos, cada una de esas vidas, la nuestra incluso, es al mismo tiempo cómica, trágica, patética, llena de sentido y vacía de él… Sobre todo si la miramos como hace esta película, en escenas aisladas. Esa es la trampa, estoy seguro que cualquiera de los personajes que aparecen nos resultaría mucho menos extraño si conociéramos su vida entera, que sólo vista en su conjunto (e incluso sólo vista desde fuera) tiene sentido.

Pero me da la sensación de que tiene que caminos más interesantes para llegar al mismo sitio. A mitad de la película, en voz baja para no molestar, le he pedido a A que pensara en una sola persona a la que se la recomendaría, y no me ha sabido decir ni un nombre. Yo tampoco, y eso que me ha gustado.

Hoy a las tres y media doy mi primera clase de golf. A ver.

miércoles, 29 de octubre de 2008

"Elegir una identidad"

Venía pensando que no deja de tener gracia que para publicar un comentario en este blog sea necesario "elegir una identidad". Qué gozada, "elegir una identidad". Así, sobre la marcha, sin más.

¿La identidad se elige? El domingo, después de ver Happy, se me quedaba la pregunta en el aire: ¿Se es Tiger o Igor, o se elige serlo? Los puristas dirán que elegir identidad no es posible porque la identidad es el ser, y que el ser del hombre es el que es. La esencia nos viene dada.

Pero también es verdad que el Hombre no existe en abstracto, que sólo existen hombres y mujeres que de alguna froma "interpretan" esa esencia. La identidad no es sólo lo que uno es, sino cómo es, en realidad quién es. Porque el quién, en este caso, es el qué. ¿Y se puede elegir quién ser, la propia identidad? Yo creo que sí, que de hecho no es que se pueda elegir, sino que no se puede hacer otra cosa que elegirla.

Somos quienes somos, en buena medida, por las infinitas elecciones que hemos hecho o que otros han hecho por nosotros cuando no teníamos uso de razón. Dice Ortega que el Hombre es un quehacer, un "¿Qué hacer?" Respondiendo a esa pregunta a lo largo de la vida, o incluso no respondiendoa vamos conformando nuestra identidad. Sí, aunque sea sin darnos cuenta, ser Tiger o Igor es algo que podemos elegir y que elegimos.

Yo esta semana, por cuestiones que no vienen al caso, he tenido volver a elegirlo varias veces. Siempre me ha gustado pensar que soy una persona alegre, alguien que ve el lado positivo de la vida, que disfruta de lo que tiene, que se lo pasa bien. Y sin darme cuenta estaba volviéndome un quejica, un pesado, un triste de la vida, un cenizo. Y no hay nada más insoportable que un triste, así que no estoy dispuesto.

No lo he hecho solo, por supuesto, me han ayudado. ¿Soy consciente de lo que vale tener los amigos que tengo? No, creo que no. Si en algo en lo que soy rico, si hay algo valioso que tengo y que muy poca gente tiene, son amigos que de verdad me quieren. Me quieren y me conocen, si no no podrían quererme, pero gracias a Dios se han tomado el tiempo y la molestia de descubrir quién soy y cómo soy, y por eso ahora son capaces de ayudarme a descubrir qué es lo que más me conviene, qué es lo que más feliz me puede hacer. De verdad, no creo que mucha gente pueda presumir de unos cuantos amigos así.

Hoy ha pasado algo muy bonito. Por casualidad nos hemos encontrado en la cafetería de la Universidad F, JA, D y un servidor (P ya se había ido, creo) Por alguna razón a D le ha llamado la atención que fuéramos precisamente nosotros cuatro los que estuviéramos, conspirando, y ha comentado que había que ver el "deshecho de tienta" con el que estaba hecho el grupo, y por extensión la Universidad. Nos hemos mirado unos a otros, hemos sonreído y creo que por un momento todos hemos pensado en la gozada que es estar rodeado de amigos así.

Mañana nos escapamos a San Sebastián, aprovechando que ni A ni los niños tienen cole. Según el mapa del tiempo, es el sitio donde menos va a llover de España. Ya veremos, si es verdad y hace bueno traeré aquí un par de fotos como prueba.

En una entrevista, el Director de "Tiro en la Cabeza" dice que ha hecho una película sin ideologías. No hijo no, has hecho una película sin ideas, que no es lo mismo. Y además, ¿De cuándo a esta parte la neutralidad respecto a un asesinato no es o no contiene una ideología?

domingo, 26 de octubre de 2008

Happy

Hay días en los que uno se siente como el protagonista del Show de Truman, días en los todo encaja a la perfección, demasiado para el desorden al que la vida nos tiene acostumbrados. Hoy ha sido uno de esos días. La homilía de Misa de 12 parecía hecha de encargo palabra por palabra desde el principio hasta el fin, y “Happy” no ha hecho otra cosa que desarrollar la idea a la que he estado dando vueltas esta mañana mientras corría.

Pensaba, mientras bajaba por la Avda. de Europa y sin venir a cuento de nada, que la felicidad tiene mucho más que ver con las expectativas que cada uno tiene, y con la forma de mirar a la realidad, que con la realidad propiamente dicha. Que todo depende de ser Tiger o Igor. De serlo, o de elegir serlo, pero eso es ya otra cuestión.

Y de eso trata la película. "Happy" es una película alegre, muy alegre, pero que no habla de una vida alegre sino de cómo mirar a la vida con alegría. En realidad no sucede nada extraordinario en la vida de Puppy, es una vida normal de una solterona profesora de primaria que vive… y que es feliz. Ya está, sin más. Durante un rato me he distraído imaginando una película en la que, sucediendo exactamente lo mismo que en esta historia, la protagonista fuera profundamente infeliz.

Una chica amargada por no haber encontrado el amor su vida y por tener que vivir, a los 30 años y desde hace 10, con su amiga de toda la vida; estresada por tener que aguantar todos los días a 30 niños insoportables por un sueldo mísero –no tiene coche, y nada más empezar le roban la bici-; agobiada por una hermana medio loca que no consigue abrirse camino y que depende de ella; desesperada por encontrarse todas las mañanas dándose cuenta de que sigue haciendo los planes de hace 15 años, y bebiendo más de la cuenta. Y como diría Estepan Estepánovich, así sucesivamente…

Con la vida de Puppy se puede ser muy feliz o muy infeliz, y sucede lo mismo con cada una de nuestras vidas. Tenemos razones de sobra tanto para lo uno como para lo otro, todo depende de con quién nos comparemos, cuánto creamos que podemos exigir a la vida y, sobre todo, de los ojos con los que miremos a lo que pasa.

Después de darle vueltas a estas cosas de repente la película se me ha hecho eterna, creo que porque de alguna forma ya había entendido el mensaje y me sobraba el resto. Pero no han sido más de 5 o 10 minutos, porque al rato Scott, el contrapunto de la protagonista, ha puesto palabras a mis ideas “demostrando” lo que pensaba. Y lo ha hecho, además, muy bien.

No sé si dentro de un tiempo me acordaré de “Happy”, o será una de esas tantas películas de las que acabo diciendo que “sé que me gustó, pero no sé de qué iba”. Juega con ventaja el el hecho de que con ese nombre fuera a verla el día de mi cumple, hasta R se ha dado cuenta de que también esto encajaba. Sí me acordaré, al menos, de la imagen de una profesora entregándose por completo y con una con alegría verdaderamente enternecedora a sus alumnos.

http://www.happygoluckythemovie.com/

Esta mañana la carrera ha dado mucho de sí, y ya llegando se me ha ocurrido una idea divertida para proponer al Hormiguero, el programa de Cuatro, que sinceramente creo que si sale puede cuadruplicar la recaudación de Un Kilo de Ayuda de aquí a Navidad.

jueves, 23 de octubre de 2008

El lunes a las 9:30 churros y porras en la UFV

Creo que llevaba toda la vida esperando la oportunidad de hacer como los futbolistas y anunciar algo en mi blog para que luego "los medios se hagan eco".

La cuestión es que el domingo cumplo 37 años y que, como ya viene siendo habitual, el LUNES 27 invitaré a churros y porras a todo el que quiera y pueda pasarse por la cafetería de la Universidad. La mercancía llegará a las 9:30, y la invitación durará hasta agotar existencias.

Este año voy a tirar la casa por la ventana y voy a encargar exactamente 34o unidades, para prever la repercusión de esta publicación en el blog y sobre todo para que RA y CM no se quejen. También intentaré poner unos termos de café, pero no puedo prometerlo porque aún no he negociado con Aramark.

LLevaré la furgoneta -ya lo saben los lectores habituales del blog - para luego no tener problema en llevarme los regalos a casa. Si alguien me iba a regalar una furgoneta casi prefiero que la cambie y me dé la pasta, que está la cosa mu mala.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Sentimentalismo

Lo recuerdo bien, aunque creo que no acababa de entenderlo: en Iuve, hace cosa de 15 años y también menos, una de nuestras principales luchas era la que librábamos contra el racionalismo y el cientifismo. El “Momento Histórico” de nuestro ideario empieza por describir la modernidad, y ya en el segundo punto se cita la mentalidad científico cécnica, justo después de la secularización y antes de la inmanencia y del espíritu capitalista-burgués.

Teníamos bastante claro que la nuestra era una sociedad moderna y postmoderna al mismo tiempo, y por eso también la postmodernidad se describía en aquél Momento Histórico. Dentro de ella, y de nuevo en el segundo punto, ya se adelantaba “el fin del logocentrismo y el pensamiento débil” y sólo como breve apartado dentro de él, la “Hipervaloración del Sentimiento” en seis míseras líneas. No es mucho, pero sí una muestra de que nuestras intuiciones de por dónde iban los tiros no estaban desencaminadas.

Comentaba ahora mismo con A que si hoy reescribiéramos el ideario, y a lo mejor deberíamos hacerlo, el sentimentalismo tendría que tener entidad de capítulo. Hoy casi mataríamos por aquél racionalismo y aquél cientifismo que tan poco nos gustaba; porque el racionalismo se puede combatir con la razón y el cientifismo con la ciencia, pero contra el sentimentalismo es mucho más difícil luchar sin caer, claro está, en el propio sentimentalismo.

El viernes pasado el telediario de Cuatro trataba la noticia del “bebé medicamento” (Sólo el nombre es demencial porque es la exaltación del reduccionismo y de la visión utilitarista de la persona, pero no es ese el tema que quería traer aquí) La noticia empezaba con una imagen del comunicado de los obispos, que un locutor iba leyendo. El comunicado, como es ya bien sabido, denuncia la destrucción de embriones para “producir” el niño y hace referencia a otros documentos de la Iglesia en los que se trata el tema de la dignidad de la persona humana desde que es concebida.

( http://www.conferenciaepiscopal.es/actividades/2008/octubre_17.html)

En una sociedad racionalista o cientifista a continuación se habrían expuesto, aunque seguramente con conceptos equivocados y confundiendo categorías, argumentos en contra de las afirmaciones de los obispos. Pero no, qué va, hoy ya no. No hay argumentos, no hay discusión, no hay refutación, no hay nada. Lo que dicen los obispos ni siquiera llegan a comentarse, sino que con la frase “pero eso a la madre no parece importarle mucho”, rápidamente a la imagen del comunicado le sucede la de Iñaqui Gabilondo y la feliz madre con el niño en brazos, en la habitación del hospital, diciendo que es un bebé monísimo, muy esperado, y que ha traído la alegría a la familia.

Qué difícil, ¿Verdad? ¿Qué se puede decir o hacer contra eso, que sirva para algo? Luchar con las mismas armas sería poner las imágenes de los embriones destruidos, pero lógicamente por ahí los obispos no van a entrar. Por eso la batalla en una sociedad sentimentalista es lenta, difícil y a veces un poco desesperante. Menos mal que sabemos que al final ganamos. Es un sentimentalismo que además desemboca en un individualismo feroz que ya ni nos sorprende: el año pasado "La república independiente de tu casa" de Ikea acababa en la puerta de la calle, pero este año la frontera de "la república independiente de la república independiente de tu casa" es la puerta de la habitación. De otra forma, sin querer, estaríamos fortaliciendo la familia, y eso sí que no.

Por cierto, el último párrafo del comunicado de los obispos es “Con estas aclaraciones no se juzga la conciencia ni las intenciones de nadie. Se trata de recordar los principios éticos objetivos que tutelan la dignidad de todo ser humano.” Al día siguiente, El País titulaba en su primera página: “El pecado de nacer para salvar a un hermano” Sin comentarios.

domingo, 19 de octubre de 2008

Camino

Ha sido un domingo movido. He recorrido, en total, 487 km: 15 corriendo y recorriendo San Sebastián, en 1h 23m; 450 en coche, desde San Sebastián a Pozuelo, en 4h justas; y finalmente 22 en moto, para ir a ver "Camino" a los Renoir de Majadahonda. Esos últimos me los podía haber ahorrado.

Me he salido a la mitad no porque me sintiera incómodo, que también, sino sobre todo por no perder el tiempo, porque estaba claro que en la hora y veinte que quedaba no iba a aprender nada nuevo, ni sobre el Opus Dei ni sobre nada. En la moto, de vuelta, lo que sentía era rabia: no es fácil que un tipo inteligente como Fesser se dedique a hacer una película sobre algo tan interesante como el Opus, y por eso esta superficialidad es sobre todo una oportunidad perdida.

En el coche me he metido con D.A. por haber criticado la peli en su blog sólo por el trailer, sin haberla visto, y ahora toca arrepentirse y retirar lo dicho. Una vez vista es muy fácil imaginarse el trailer, y seguro que de esos 3 o 4 minutos se pueden sacar las mismas conclusiones que de la hora larga que yo me he tragado.

Lo que hace Fesser es al mismo tiempo ridiculizar y demonizar el Opus - y por extensión la Iglesia - con los típicos tópicos sobre los que nadie puede pedirle explicaciones, entre otras cosas porque al principio se encarga de dejar muy claro que la historia está "inspirada en hechos reales". "Inspirada"... Es la coartada perfecta para decir lo que le dé la gana sin tener que ser fiel a nada.

La historia ridiculiza al Opus dando forma a la "típica" madre beata, imbécil y manipuladora que no piensa en nada más que en la religión y cuyo único interés es comer el coco a su hija para que se haga numeraria, tirando de los tópicos fáciles de no dejarle leer cosas normales o estar con chicos, o ponerse ropa bonita... Pero lo peor es que lo demoniza contándonos cómo todo eso vuelve completamente loca a la niña, que acaba atormentada por las pesadillas con un ángel de la guardia demoniáco que le separa de todo aquello que merece la pena en la vida, que es lo que querría hacer si su madre no se lo impidiera.

Pero no sólo es el Opus lo que deja por los suelos, sino la propia fe.

En el resultado de cualquier comunicación influye tanto el mensaje como -además de otras muchas cosas- el emisor y el receptor del mismo. Si Fesser no quería ridiculizar el hecho religioso en sí tenía que haber tenido en cuenta quiénes iban a ir a ver su película. Daba un poco de pena, y también ponía de mala leche, asistir a las reacciones tan tontas de las no más de 50 personas que había ante una escena en la que la niña ofrece su dolor y pide ayuda para superarlo. O ante otra en la una monitora habla a unas niñas sobre la vocación como llamada.

En resumen, nada vale para nada porque lo que en la película no es esperpéntico "per se" lo convierten en esperpéntico los prejuicios de quienes están viéndola.

Yo no conozco bien el Opus Dei. Aunque no me atrae especialmente, mis prejuicios sobre sus miembros son más positivos que negativos porque compartimos lo más valioso que tenemos. Esos prejuicios han venido confirmándose, poco a poco, por todas y cada una de las personas del Opus a quienes he conocido. A lo mejor es que he renido muchísima suerte, pero no he conocido a nadie como esa señora meapilas, amargada e insoportable de Fesser. Pero claro, a Fesser no le puedo decir nada porque él no está retratando a nadie concreto, sólo se está "inspirando" en hechos reales (o que él considera reales, que por lo que he oído muchos dicen que no lo son)

No sólo ha hecho una película superficial perdiendo la oportunidad de hacer una película profunda, no sólo ha hecho una película mala pudiendo haber hecho una buena, lo peor es que pudiendo haber hecho una película valiente ha hecho una película cobarde.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Robaperas

Ayer Isabelleza, una nueva lectora que no acabo de tener localizada, me envió este vídeo divertidísimo - aviso, está en inglés - sobre la crisis financiera.
http://www.youtube.com/watch?v=mzJmTCYmo9g

No deja de ser curioso que ahora todo el mundo entienda esta crisis a la perfección y no pueda explicarse cómo nadie se daba cuenta de lo que iba a pasar. Se veía venir, estaba claro que era un bluff, que debajo de todo ese dinero no había nada, que era un castillo de naipes que antes o después se caería... A toro pasado, qué raro.

Yo hoy he decidido, por cierto, que uno de los lujos que me daré cuando esté forrado será ir al fisio todas las semanas, si es posible los lunes a primera hora. Si puedo, además, será un fisio particular que vendrá a casa. Eso de tumbarte y dejar que te toquen y te arreglen es una gozada, y a mi edad imprescindible para poder seguir haciendo ejercicio diario.

Y hablando de edad no quiero dejar de aprovechar este foro para anunciar que el próximo día 26 cumpliré si Dios quiere 37 añazos, quiero pensar que bien llevados. El lunes 27 tendré que ir en coche a la Universidad, para poder llevar los churros y para traerme después todos los regalos.

Esta mañana he estado desayunando con E. Qué gusto da ver un hombre de una pieza, íntegro, entero, qué paz trasmite. Da gusto y también envidia, porque uno tiene continuamente la sensación de estar engañanando a todo el mundo, y claro, a uno mismo también. El pasado viernes me lo preguntó J.A. y me dejó de piedra. ¿Eres de verdad, o es una fachada? Menos mal que siguió hablando y no me dejó contestar, porque sinceramente no habría sabido qué contestar. A lo la verdad, o casi, y la habría cagado.

Porque uno piensa muchas veces que su vida es un poco una mentira, que es sólo una fachada, que continuamente está dando el pego con una careta que nada tiene que ver con lo realmente hay debajo. Pero por otro lado, pensándolo bien, como uno nunca ha dejado ni de pensarlo ni de decírselo a quien le ha querido escuchar, es una mentira que de alguna manera se convierte en verdad. Recuerdo perfectamente estar en CH, paseando con el PLG, y preguntándole con toda sinceridad: ¿Pero a usted le han contado quién soy y cómo soy? ¿Están seguros de lo que hacen?

Con E he estado comentando, de nuevo, toda esta historia del liderazgo y de la tesis. Le ha encantado y me ha animado a poner en marcha un centro internacional de liderazgo, una especie de escuela que genere conocimiento alredor de un concepto fundamental en el que cada tenemos mucho que aportar. Al final será que no, pero es una idea preciosa que perfectamente podría hacer con S.

Una tesis que por cierto a lo mejor sólo quiero hacer para luchar contra el tedio y para llenar un vacío que de antemano sé que no voy a llenar con la tesis. Es lo de siempre, huir hacia adelante. Como decía la pintada del baño de físicas, "la sabiduría me persigue pero yo soy más rápido". También decía: "En este p. lugar, donde no hay clavo ni argolla, el abrigo has de colgar en la punta de la p." ¿Porqué no se me habrá olvidado esto? Porque hay muchos baños en los que habría que pintarla, creo.

Hoy, por razones muy distintas, me he enfadado con R y con G. Son dos buenos amigos. Cada cual más raro, pero dos muy buenos amigos, de los que no es fácil hacer. Por eso también de formas distintas nos hemos "ajuntado" de nuevo.

En la conferencia del otro día de JJL: "Voltaire decía que necesitaba que su jardinero creyera en Dios para que no le robara las peras" Es lo mejor que he oído en mucho tiempo, otra cosa que creo que no se me olvidará. A lo mejor otro día vuelvo sobre ello, porque creo que tiene chicha.

domingo, 12 de octubre de 2008

Los Limoneros (Lemon Tree)

Me he llevado una gran alegría cuando he visto en la web de la película que el Director es judío, estaba convencido de que sería palestino.

La historia es la siguiente: el recién nombrado Ministro de Defensa Israelí se muda a una casa pegada a la frontera palestina, y el servicio secreto decide por motivos de seguridad talar el campo de limoneros de su vecina de enfrente, una joven viuda árabe que lo heredó de su padre.

“Los limoneros” es por tanto una película de frontera, lo que a mi juicio es un grandísimo acierto; porque es mirando a las fronteras, a los vecinos que viven a un lado y otro de la línea, como mejor se entiende el absoluto sinsentido de los nacionalismos y las guerras. Los libros de Historia lo aguantan todo, pero a nivel "micro", personal, las mentiras se descubren solas. Si la mejor manera de conocer la esencia de algo -de cualquier cosa - es mirar a sus fronteras, a sus límites, pues es ahí donde se qué elementos le hacen ser lo que es y no otra cosa, en el caso de las naciones, mirando a las fronteras se descubre su verdadero problema, y es que no tiene esencia, que en realidad no son nada.

La película es también una historia de mujeres. Es curioso que las mujeres, siendo tantas como son y tan distintas entre sí, logren desarrollar una especie de corporativismo del que los hombres somos incapaces. Dos mujeres, sólo por el hecho de serlo, sienten que ya tienen algo en común, tanto más cuánto más les haga sufrir un hombre. Es bonito descubrirlo en lo que desde el primer minuto une a Salma, la viuda que decide luchar por lo único que le queda y a Mira, la mujer del Ministro que se pasa las horas sola en casa con tiempo de sobra para pensar en su vida y su matrimonio.

Esa es la realidad que nos cuenta la película, la vida de las dos vecinas. Y contándonosla logra contraponer de forma magistral lo que le pasa a la gente, la vida, lo que de verdad importa, con la política. Salma, en uno de los momentos más importantes de la historia, lo resume a la perfección: “Yo soy real, y los limoneros también”. “Yo soy real” es la gran afirmación de esta película, una frase que significa mucho más de lo que parece: yo soy real… el resto no.

Pero no sólo ellas. Cada uno de los personajes que aparece nos enseña enseguida "su novela" y nos deja ver muy a las claras cómo no acaba de creerse el papel que le ha tocado desempeñar en la guerra. Ellas dos están además muy bien, y sé que va sonar extraño pero en muchos momentos me he encontrado sorprendiéndome de cómo podrían pasar perfectamente por españolas.

Y encima todo contado muy bonito, mostrando que es posible hablar de un conflicto tan complicado como el árabe israelí, y decir cosas interesantes, sin ser un coñazo.

Sé que no es fácil sacar tiempo para acercarse a los Golem, pero el que lo logre no se va a arrepentir. Y queda de lo más interesante decir que has estado viendo en V.O. la película israelí que ha ganado el premio del público en el festival de Berlín. ¿No?

jueves, 9 de octubre de 2008

Balzac

A.T. publica sus diarios cinco años después de haberlos escritos, y de esa forma se evita que sus amigos, al leer algo especialmente críptico o triste, le llamen preocupados para ver si está bien. Yo no, y salgo ganando.

Desde hace unos días en casa se está instaurando la tradición del "minicampeonato" de futbolín cuando llego de la Uni o cuando acabo de correr. Participamos los cuatro Sáenz de Miera, funciona a modo de ligilla con el sistema del rey de la mesa, y gana el que llegue a seis goles. Seis es el resultado de negociar con R: él empezó quriendo 0 y yo 3, y aunque número redondo que debería haber salido es 5, su infinita insistencia nos evitó a todos rimas incómodas.

Todos los que le conocen saben que R es un poco llorón, pero ayer se superó con creces. Empezó ganando y terminó ganando 6-0-0-0, y... llorando. No nos lo podíamos creer, lloraba porque había durado poco, porque había sido demasiado fácil. De hecho nada más meter el último gol, el que debería de haber desatado su alegría y la rabia de todos los demás, se arrepintió y nos suplicó a todos que le dejáramos repetir... El resto no entendíamos nada, es lo que pasa cuando literalmete te cambian los esquemas, los principios sobre los que se asienta todo.

Sin que tenga nada que ver, de repente me ha recordado a aquella vez en la que experimenté en primera persona cómo en el País Vasco sobra el dinero, y cómo eso es peligroso porque lleva a la gente a hacer (más) tonterías.

Fue negociando los honorarios por la representación de ARTE en Deba. Yo le pedí al encargado de festejos 1.500 € gastos incluidos. Él contestó que no, que los gastos no tenían nada que ver. Vale, dije, ya un poco sorprendido: 1.500 más los gastos. No, no puede ser, dijo de nuevo el concejal, con la seguridad del que sabe bien lo que hace: por menos de 5.000 no contratamos a nadie. Me descolocó, y no supe decir más de 2.500, más que eso me parecía un robo, y robar es pecado. Al final acabé cediendo y la cosa terminó en 3.000. Esos mismos 3.000 fueron los que luego pedimos, sin dudarlo un segundo, al ayuntamiento de Boadilla. Si se lo gastaron en nostros no quiero ni pensar en qué bobadas se gastarán los ayuntamientos el dinero. Y las comunidades, y los ministerios, y las diputaciones, y las fundaciones...

Qué curiosos y qué extraños son, si lo pensamos bien, algunos sentimientos humanos. El orgullo, por ejemplo. Es muy fácil de experimentar, todos continuamente hacemos por orgullo cosas que sabemos positivamente que no nos van a hacer más felices. Lo sabemos, pero no somos capaces de superar el orgullo y seguimos haciéndolas. "No soy capaz de superar" el orgullo. Pero si es mío, si está dentro de mí, y mío es también el convencimiento de que debería no hacerle caso. Qué raro. Digo todo esto porque esta ha sido, o está siendo, la semana del orgullo.

¿El orgullo y la vanidad son lo mismo? No, pero casi.

No sé si las cosas realemente suceden con cierto orden y con un motivo concreto que está más allá de ellas mismas, o si nosotros creamos artificialmente ese orden, uniendo con líneas rectas invisibles cosas que están desordenadas, para hacer la vida un poco más entendible.

Desde hace unos días me da la sensación de que en cualquier discusión importante surge la cuestión de la necesidad de elaborar un discurso serio y potente sobre el tipo de liderazgo que desde la Universidad queremos ofrecer al mundo de la empresa. Yo creo que no lo tenemos pero como diría Ortega "estamos en él". Mejor, no pasa nada, así me puedo encargar de escribirlo en la tesis. Empiezo a tener claro lo de la tesis, espero no desinflarme a la primera.

El día que deje de correr voy a dejar de tener ideas. Ya no me atrevo ni a estirar antes de escribirlas, para que no se me vayan tan de repente como llegaron.

lunes, 6 de octubre de 2008

Huir hacia adelante

Qué complicado es coger el toro por los cuernos, enfrentarse a la cruda realidad o hacer las cosas difíciles en las que de verdad nos jugamos el tipo. Es mucho más fácil huir hacia adelante, o a donde sea.

Ayer, corriendo y escuchando a Julieta Venegas:


Tengo una cita pendiente con mi soledad para ver quién soy cuando nadie está mirando. Tengo una cita pendiente con la mujer que soy, no la que fui hace tanto ni la que ven los demás...

…Pero no, mejor me voy. A donde sea. Prefiero una mentira disfrazada y ese ruido que me separa de la realidad.


Y es que claro, la realidad es a veces muy jodida.

domingo, 5 de octubre de 2008

Tiro en la Cabeza

Qué tontería más grande. A, espero que en broma, se preguntaba si no habría algo que no habíamos entendido.

Al principio tiene su gracia, eso de que no haya diálogos, eso de seguir con una cámara a un señor mientras compra el periódico, va a al parque, se toma un café, coge el tren, charla con amigos, va a una fiesta... Sin escuchar ni una sola palabra de lo que se dice. Tiene su gracia porque te obliga a hacerte tu propia película, a imaginarte quién será cada uno, de qué hablarán, que les unirá, quién será el malo.

Pero la cosa deja de tener gracia enseguida, como es lógico. En algún momento he llegado a pensar si no sería una especie de experimento social para ver quiénes son los primeros en salirse. Aunque intentes seguir el juego, meterte, continuar imaginando quién será cada uno y de qué hablarán, el hecho de que no pase nada, absolutamente nada, no ayuda, y es inevitable ponerte a pensar en el tiempo, en la crisis, en los recados pendientes...

Es horrible admitirlo, pero la única razón para no salirse es esperar a ver el tiro en la cabeza, esperando que de alguna forma eso dé sentido al tiempo perdido. Si no fuera por el título, a los 20 minutos no quedaba nadie en la sala. Hemos salido todos rápido, sin mirarnos a la cara, para evitar que nadie nos reconociera como uno de los 60 bobos que han aguantado la hora y cuarto. Eso es lo único bueno, que es corta.

Pero la peor tontería no es la del silencio, sino la del fondo que ese silencio parece revelar. Porque el único sentido que podría tener esta bobada es la pretensión de enseñar "los hechos" tal y como son, crudos, sin juicios. Que sólo se vea lo que pasa para que cada uno saque sus propias conclusiones... Una soberana estupidez. Porque los hechos también son los motivos, los miedos, las mentiras, las invenciones, los traumas. También son hechos, y mucho más importantes que si el asesino bebe vino o cerveza, lee el periódico o le pone los cuernos a su mujer.

La película, queriendo ser objetiva, acaba por no contar nada en absoluto. Un tipo vive, y un día se junta con otro y matan a otros dos. ¿Y qué? Sólo se sabe que son los muertos son policías por la única palabra que se oye en la película es “Txakurra”, perro. Por eso no acabo de entender que haya gente que se haya dedicado a hacer juicios políticos. Ayer mismo, en la boda de P, C me decía que le habían comentado que a la película se le había echado en cara el trato excesivamente amable del terrorismo. Ni eso podría decir, siendo sincero en realidad no se puede decir nada.

Pero da igual, hoy ha sido un buen domingo.

Por la mañana he ido a pegar unas bolas (ya hablo casi como un profesional) con D, y por la tarde corriendo 15 km para comprobar mi estado de forma he visto con toda claridad el que puede ser el eje sobre el que gire mi tesis: el amor es el elemento central del liderazgo, saber amar y ser capaz de hacerlo (tanto a uno mismo como a los demás) es lo que hace que un líder lo sea. Lo demás son florituras, imprescindibles pero muy secundarias. Por eso el más líder es, al final, el que más ama.

jueves, 2 de octubre de 2008

Crisis

"El dinero que se pierde, ¿Adonde va a parar?"

La respuesta es casi imposible porque la pregunta es engañosa: no había el dinero que creíamos que había, y ese es el problema de fondo. Se daban créditos a viviendas sobretasadas a gente que no iba a poder devolverlo, y ese dinero que no iba a ser devuelto se contabilizaba como activo, como riqueza. Ese parece ser el origen de esta historia. No es la única causa, sólo es el origen, porque esto ha hecho saltar por los aires otro montón de dinero no existente, no real, que salía de operaciones y productos financieros a cual más creativo.

Nos contaba Parker, allí en Palo Alto, que la aparición de las opciones sobre accines hizo cambiar por completo los principios de las finanzas y las reglas de los mercado, hubo un antes y un después. Antes de que existiera la posibilidad de comprar no una acción, sino el derecho a comprarla si se quería, el riesgo era inversamente proporcional al precio. Un valor con mucha volatilidad costaba poco, porque tenías riesgo de perder, y un valor seguro era caro porque... porque era seguro, parecía que no fuera necesario explicarlo.

Después eso cambia. En la opción sobre una acción sólo compras la acción si quieres, y sólo la quieres comprar si está más arriba de lo que estaba, con lo que la "parte de abajo" de la curva virtualmente desaparece y lo que interesa es un valor muy volátil, que pueda subir o bajar mucho... El riesgo es caro... luego el riesgo es bueno ¿No parece sensato, verdad? Ahí hay dinero que de alguna manera no es real, o que no está asentado sobre valor real. Es la famosa pregunta sobre si los beneficios financieros, que en los US llaman "value", son realmente value o sólo money, o ni siquiera money, sino sólo figures, números.

George Edwards, en El País, uno de estos días, hablaba de este problema de la riqueza que se crea - que no se crea, en realidad - sin estar fundamentada en nada nuevo que agregue valor a nada, en ninguna cosa ni promesa de cosa. Yo creía que no lo entendía porque no sabía de finanzas, pero parece que el tema es más gordo y mucho más complicado. Son todo apuestas aseguradas sobre otras apuestas, que bajan o suben sólo por cómo se sienten o cómo reaccionan un día determinado los que compran y venden. Es un juego, nada más.

Cuando hace unos días todo esto empezaba a estallar de verdad en Wall Street, la autoridad competente -que no recuerdo cuál es - prohibió apostar a la baja, es decir, ganar dinero si las acciones bajaban. Infiero que antes era perfectamente posible, y que a nadie le parecía extraño.

¿Y nosotros? Nosotros pagamos el pato sin haber hecho nada para ello. Porque nadie nos puede culpar, a nosotros, de no saber que unos tipos de interés excesivamente bajos estaban animando a la gente a pedir créditos que no iba a poder pagar, que eso iba a encarecer los pisos por exceso de demanda... y todo lo demás. Pero ahora nos los suben porque los bancos no se fían unos de otros, y todo esto nos pone nerviosos, y no nos atrevemos a gastar, y no nos atrevemos a invertir, a contratar, a prestar, y eso general paro... Vamos, que la cosa por arte de birli birloque se vuelve muy real y ahora ya está bastante jodido pararla.

Aunque si no te echan del curro o te bajan el sueldo y no tienes hipoteca o la tienes muy pequeña, y no necesitas vender nada, este es el mejor de los mundos posibles. Los precios de las casas bajan, comprarse un coche o una moto es mucho más barato que hace un año, no hay que reservar en los restaurantes y no hay cola en Massimo Dutti. En la panadería de la esquina, la de la Avenida de Europa, la semana pasada bajaron el precio de la barra.

Por eso nosotros vamos a aprovechar la crisis y el finde del 19 nos vamos a ir con A y M y G y A a correr los 15 km de San Sebastián (de Guipúzcoa, no de Los Reyes) y a ponernos ciegos de pinchos y vinos. Hoy incluso G me ha dicho que a lo mejor se animaba a correr, pero no me lo acabo de creer.

Dije que lo pondría en el blog, y lo pongo: A, que obviamente no es A, se ha zumbao por fin al vecino de enfrente, que tiene nada más y nada menos que 56 años. A mí me parece fenomenal y hasta me da un poco de envidia (No por el vecino, que a eso no hemos llegado. Ni por A... Ni por... en qué jardines me meto...)

No hago más que pensar que lo que de verdad me apetece es hacer un diario escribiendo algo aquí todos los días. Pero si me suelto y me pongo intimista me da miedo que me salga un poco triste, un poco melancólico, un poco coñazo. Porque aunque no lo parezca yo soy así.

domingo, 28 de septiembre de 2008

La Desconocida (La Sconosciuta)

Uff... Joder con la peliculita...

Ana ha estado a punto salirse a la mitad, y al terminar tenía dolor de cuello por la tensión. Me sigue costando creer que la misma persona haya podido dirigir "Cinema Paradiso" y esto. "Esto", por cierto, va a representar a Italia en los Óscar.

Siempre he dicho que las películas de terror no me gustan. No me gustan porque no suelen dar miedo, y entonces me aburren, pero aún me gustan menos si dan miedo, porque no me gusta tener miedo.

No ha sido el caso porque, aunque se esté continuamente en tensión y haya muchos momentos en los que no sea fácil mantener la mirada en la pantalla, "La Desconocida" no es una película de terror. No tiene el objetivo de hacer pasar miedo, ni siquiera de provocar tensión. La película quiere contar algo, quiere contar la historia verdaderamente dramática -es decir con drama, con argumento - de una mujer que tiene un pasado y que "ha cometido el error" de pensar que puede tener un futuro.

Es una película sobre el sufrimiento y sobre la capacidad de sufrimiento, que cuenta algo que de ser real se podría parecer mucho al infierno en la tierra, si es que eso existe. No sólo es dura por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta; Ana dudaba, al salir, si tanta crudeza era necesaria, y yo creo que sí porque el tono tiene que ser coherente con el fondo para que el fondo sea creíble, o para que nos toque de la forma que nos tocaría si fuera verdad.

Buena parte de la tensión viene dada, creo, porque el Director te obliga continuamente a meterte en el personaje y en los pensamientos de Irina, porque nunca sabes qué está haciendo y menos aún porqué lo está haciendo. Sólo al principio resulta artificial, porque no pasando nada especial la música es del estilo de la de la escena de la ducha de Hitchcock. Sería divertido pasar los primeros 10 minutos con Mamma Mía, a ver qué pasa.

Pero el final, o más bien el tipo de final, se presiente casi desde el principio. Algo hay en las miradas de todos ellos que te hace pensar que no es sólo lo que parece, aunque ni siquiera sea fácil tener claro qué es lo que parece. También decía la crítica de El País -pido perdón por el plagio, si esto lo es - que es una película con trampa para el crítico, porque no se puede decir prácticamente nada sin destrozar el argumento.

¿Es real? ¿Es posible vivir tanto sufrimiento, y actuar de esa manera a causa de ese sufrimiento casi (quitad por favor el casi) infinito? Y la pregunta en el fondo no es tanto si es posible, sino si sucede. Para que una película sea buena tiene que hablar de la realidad, de cosas reales, de sentimientos reales, de ideas que existen.. Yo desgraciadamente creo que sí sucede, que hay personas que sufren infinitamente. Lo que pasa es que sólo imaginarse el tipo de situaciones que producen ese tipo de sufrimientos duele.

Y entonces ¿Tiene caso ir al cine para ver algo así? No lo sé, pero a mí me ha gustado ir. No lo he pasado bien, si por pasarlo bien entendemos divertirnos, pero lo he pasado bien y he aprendido algo.

Además de camino a los Renoir, en la moto, se me ha ocurrido la charla que mañana por la mañana tengo que dar en el Curso de Inmersión de Excellens, en El Escorial. Al llegar he pedido en la taquilla papel y boli (recado de escribir queda más literario) y me he ahorrado el madrugón. No deja de ser la misma idea de siempre, en otro orden, con otras palabras y con otro motivo. Sólo me tranquiliza la convicción de que es verdad.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Llevaba varios días evitando el momento de enfrentarme por primer vez al blog. Sin película que comentar, y sin el halo especial que da escribir desde Stanford, la presión de decir algo que interese a alguien tanto como para volver otro día es muy fuerte. Siempre he dicho que como mejor trabajo es bajo presión, pero no las tengo todas conmigo.

Ya se me ha pasado la lesión del tobillo y ayer y hoy, corriendo, no he hecho más que pensar si escribir sobre cuestiones supuestamente sesudas -nacionalismos, movimientos sociales, universidad... -, sobre cosas del día a día, o sobre temas más personales. Éstas últimas son las que más me atraen a mí, pero se supone que no escribo para mí. O sí... qué sé yo, qué más da.

Ésta ha sido una semana rara.

Qué complicado es vivir pretendiendo encontrar siempre un sentido a lo que haces, intentando en todo momento entender en qué lugar de qué camino estás, y hacia donde te diriges. En las charlas del J.H. Newman se supone que intento convencer al público de lo contrario, de que es imposible vivir sin preguntarse para qué se vive, pero últimamente no estoy tan convencido.

Si me cuesta a mí encontrar la paz profunda que da saberse en el sitio adecuado y en el camino correcto, qué no le costará a quienes se les rompe la familia, a quienes no tienen trabajo, a quienes tienen un jefe cabrón que les hace la vida imposible, a quienes se pasan 8 o 12 horas al día en un trabajo que sólo hacen por el mísero dinero que les dan a fin de mes. Yo lo tengo todo, todo, y aún me encuentro como un idiota buscando "más", sintiendo que "algo me falta". Parezco Cristina, la de la peli, pero en feo.

Qué importante es tener algo que dé sentido a lo que hacemos independientemente de lo que hagamos, algo que no cambie, que nunca deje de estar ahí, pase lo que pase. Algo que además sea alguien, para que merezca la pena de verdad gastar la vida en él... Sabemos que es importante, pero no nos ocupamos de encontrarlo, o cuidarlo: una de las grandes parajodas de la vida.

Relacionado con esto, no dejéis de echar un vistazo a este vídeo que me ha enviado M, es largo pero merece la pena al menos empezar a verlo: http://www.youtube.com/watch?v=hKRgLvmamUY

Como en el minuto de silencio y el aplauso final, sobre todo el aplauso, "para apoyar a la familia" del militar asesinado por ETA. Menos mal que la fe nos salva, en este caso de hacer el imbécil; porque lo de los minutos de silencio, si no es para rezar, no acaba de tener mucho sentido. Sólo sirve, en todo caso, para dejarnos tranquilos por no poder hacer nada más o por no hacerlo. El padre de Juan Antonio, en la película del domingo, se venga del mundo no publicando las geniales poesías que escribe. Es un poco la misma tontería, pero llevada al extremo.

También ha sido una semana rara en lo climatológico: pocas veces pasa que la llegada del otoño coincida con la llegada del otoño, pero el lunes pareció que sí iba a suceder, y el día cobró un encanto especial.

Volviendo de la Universidad, en el coche, lloviendo a mares y escuchando fados -qué me estaría pasando por la cabeza - me entraron unas ganas irresistibles de llegar a casa, encender la chimenea, y sentarme a leer "Casa Desolada" al lado del perro escuchando música clásica hasta altas horas de la noche. El encanto duró poco porque no tengo chimenea, no tengo perro, casi nunca escucho música clásica y al llegar a casa R no paró hasta conseguir que subiera a jugar al futbolín hasta la hora del baño.

Y en cambio ayer, aprovechando que A salió a cenar con unas amigas -está hecha un pendón, tendré que tomar medidas - los niños y yo pudimos darnos el que pensamos que iba a ser el último baño del verano. No lo fue, porque hoy hemos repetido pero con premeditación, alevosía, y testigos presenciales.

En esos ratos con los niños, que te exigen el 120%, sí que desaparece el resto del mundo. Ellos lo llenan todo, y en esos momentos no hace falta nada más, nada, casi ni sentido.

(Gracias de nuevo a R, en este caso por introducir la aplicación para suscribirse al blog y el contador de visitas. Prometo no molestar más, a ver si ahora el contenido está a la altura del continente)

domingo, 21 de septiembre de 2008

Vicky Cristina Barcelona

Se notaba que no es una película "100% RENOIR". La sala más grande de los Princesa estaba hasta arriba, y a la una de la tarde ya era complicado encontrar entradas en buenos sitios. Al terminar la peli, nadie se ha quedado sentado a leer los títulos de créditos. Qué raro... Nosotros también hemos caído, y hemos ido a verla porque es de esas película que "hay que ir a ver", aunque sea para poder decir por ti mismo que no te ha gustado.

A mí sí me ha gustado, y bastante. En algún momento me he encontrado mirando el reloj y hay una parte del argumento que no resulta demasiado creíble, pero los cuatro actores funcionan a la perfección juntos, el ritmo es agradable, y aunque sea de pasada en la película salen algunas cuestiones muy interesantes sobre el amor y las relaciones de pareja, tratadas además con una naturalidad que se echa de menos otras muchas veces.

Cristina no sabe lo que busca, sólo sabe que necesita "algo más" y que lo que no busca es la vida de Vicky. Me da a mí que ese buscar más, sin saber qué, es un rasgo muy típico de nuestro tiempo y un síntoma, además, de la razón de muchos de nuestros males: nuestra vida está vacía de cosas que perduren, y necesitamos excusas para seguir luchando por algo. En cuanto lo conseguimos nos aburrimos, y vuelta a empezar... Sísifo, ¿No?

A la propia Vicky parece que tampoco le llena demasiado su vida y su futuro, de hecho. De repente se da cuenta de que no es ella quien lleva las riendas de su vida y de que sólo el miedo le impide tirarlo todo por la borda. Es una idea muy peligrosa, esa de que el valiente es el que lo tira todo a la mierda, el que no se deja llevar por los valores dominantes, por el compromiso y por la vida "normal" que el resto del mundo espera que lleve. Es peligrosa, pero es atractiva.

Me fastidia decirlo, porque no me caen de maravilla, pero Bardem y Pe están muy bien. Al público lo tenían ganado de antemano, porque eso de ver -aunque sea en la pantalla - a dos españoles rodeados de tanto yanki hace que les veamos como si fueran vecinos, casi de la familia, cómplices. Por ejemplo, una de las cosas que mejor funcionan de la peli es, a mi juicio, el cambio del inglés al español y viceversa.

No sé cómo lo solucionarán en la versión doblada, pero es un recurso que al menos aquí funciona de maravilla para meterse al público en el bolsillo y en la historia, porque como decía -sobre todo en esos momentos - los dos actores españoles están redondos. Por eso en este caso más aún que en el resto, creo que es obligado ir a ver la versión original. También sirve para despertar el orgullo patrio, ver a dos españolitos hablando bien inglés nos hace sentirnos un poco más globales, un poco más modernos, un poco más importantes.

Barcelona es la quinta protagonista, y también lo hace muy bien. Siempre tiene morbo descubrir cómo ve España (o el Estado Español) un genio americano que querría ser europeo. Claro que usa los topicazos de siempre, pero con delicadeza y estilo. Si no lo hiciera lo echaríamos de menos, seguro. La música es casi toda española, y muy bonita

En ese sentido, me ha hecho mucha ilusión comprobar cómo nada más empezar Woody Allen deja claro que no se ha dejado engatusar por la tontería del nacionalismo, cosa que les pasa con demasiada frecuencia a los americanos que no han sufrido en sus carnes las consecuencias de la mayor estupidez del siglo XX.

Hubo una época en la que iba a Misa sólo por el aperitivo de después, a veces no sé si me estará pasando esto mismo ahora, y la razón para ir al cine los domingos no es otra que el kebab del Turkito.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Volver a empezar

He tardado más de lo que quería y esperaba, pero aquí estoy. Y gracias a R y a Newcomlab, además con el blog un poco más chulo.

Me ha costado porque no sabía si seguir con esta historia, y en caso de seguir no sabía como seguirla. De hecho, ni siquiera cumplí con la promesa de escribir desde Deba unos días después de volver de Estados Unidos. La verdad es que no lo hice por que no tenía nada nuevo que decir, lo siento de veras por quienes entrasteis buscando nuevas entradas.

¿Por qué he decidido seguir? Seguro que el tamaño de mi ego tiene mucho que ver, a estas alturas no nos vamos a engañar. Me gusta que me lean, me gusta que me digan que me han leído, me gusta aún más descubrir que me leen quienes no lo dicen abiertamente. También porque creo que tengo cosas que decir, o al menos cosas que decirme. Sobre mi vida, sobre mi familia, sobre mis amigos, sobre las cosas que me importan y sobre las que me dan igual. Por último, porque en Madrid me cuesta mucho más leer que en Cercedilla o en Deba, pero por otro lado la tele me aburre cada vez más, y esto puede ser una alternativa interesante.

El reto me asusta, porque soy perfectamente consciente de que todos somos muy exigentes con el uso del poco tiempo que tenemos, y no estando en Stanford va a ser más complicado - o no, quién sabe - mantener el interés de los lectores. Para que a alguien, de repente, se le ocurra venir aquí, tiene que haber leído algo interesante, o entretenido, o divertido, el día anterior. Un comodín para un día malo, dos como mucho, pero ni uno más. Una de las pruebas interesantes será descubrir si A me lee regularmente.

Ya veremos que nos depara la vida, pero mi intención es escribir, al menos, dos entradas a la semana.

La primera -el domingo por la noche o el lunes - sobre la película que haya visto el domingo. No será una crítica, porque no tengo ni idea de cine, sino que escribiré sobre cualquier cosa que me venga a la cabeza al ver la peli, aunque después de leer la entrada espero que quede claro si me ha gustado o no, y porqué. Puede suceder incluso, si es muy mala, que no hable de la película sino del camarero que me sirve el Kebab en el Turkito, o sobre la gente que va a los Renoir los domingos, o sobre mi hermana que a veces me acompaña, o sobre el sistema de venta de entradas por internet...

La segunda no tendrá un día fijo de salida, pero espero encontrar ganas, tiempo y tema para escribirla antes del fin de semana. Será sobre... sobre lo que sea que en cada momento quiera decir y, como decía, quiera decirme. Agradeceré los comentarios que me orienten e iluminen sobre el contenido, la forma o el tono, de forma que esto llegue a tener cierto interés y no muera en dos o tres semanas.

He colgado una presentación con algunas de mis fotos, que intentaré cambiar de vez en cuando (estas son del viaje a Tierra Santa), y un enlace a mi álbum de fotos en Picasa, donde me he propuesto ir subiendo todo lo que tengo desperdigado en archivos, DVDs, y sobre todo cajones de casa.

Estoy intentado también meter una aplicación para que quienes quieran puedan dejar su e-mail y recibir avisos cuando se produzca una entrada, pero aún no sé si se puede. Sí sé que es posible recibir el aviso por RSS, que aunque no sé lo que es R me asegura que es de lo más normal.

Hoy es 20 de septiembre, hace 11 años que A y yo nos casamos aquí mismo, en Cercedilla. 11 años, joder... Qué poco y cuánto al mismo tiempo. Hace un minuto, cuando A se acercaba a darme un beso de buenas noches y a felicitarme ya por última vez, pensaba la bobada de que el matrimonio es como el paddle, la única forma de ganar los puntos y los años es uno a uno: preocuparse sólo del punto en el que estás, dándolo absolutamente todo en el momento presente, que al fin y al cabo es el único que verdaderamente existe.

Me acordaba ahora de que nadie mejor que mi queridísimo J ha traducido al español la famosa fórmula de este "carpe diem". Aunque suene fatal escrito ahora, con veintipocos años era un lenguaje casi normal. Fue en un viaje de vuelta de no sé donde, no me acuerdo cuándo ni con quien, cuando sóltó sin que nadie le preguntara ni viniera a cuento: "el pasado me la come y el futuro me la pela". Pues eso...