domingo, 25 de octubre de 2009

El Secreto de sus ojos

Aquí estoy, otra vez haciendo trampas y escribiendo antes de la peli. Hoy encuentro la excusa en el cambio de hora, que está haciendo este domingo eterno, y en que creo que la peli va a ser de las largas y voy a llegar a casa tarde y muerto de cansancio. Vamos a ver -digo "vamos" porque después de mucho vuelve a acompañarme A- El Secreto de Sus Ojos, la de Ricardo Darín que todo el mundo dice que está muy bien.

Por cierto, fui poco expresivo con la película del otro día. Merece la pena ir a verla, sin lugar a dudas, y no creo que aguante mucho más tiempo en el Verdi. Deberían ir a verla los amantes de la música, y muy especialmente los amantes de la fotografía. Y los del cine, claro, y los de los misterios y las miserias y las grandezas del alma humana

Tenía ganas, ya lo dije el otro día, de hablar de cosas que me gustan, de cosas que me sorprenden, de cosas que me cabrean... Llevo ya tiempo, además, haciendo fotos a todo lo que me llama la atención, y pensaba dedicar al menos una entrada del blog a cada una de las fotos que hago. Creo que puede quedar bien, sería una categoría nueva que se llamaría algo así como "pies de foto". Esta es la primera que quería poner:

La foto no es buena, porque el fotógrafo y la blackberry dan para lo que dan. Pero la imagen sí lo es. La hice porque quería que me sirviera para expresar lo que disfruto quedándome por la noche solo con R, leyendo, sin nadie más y sin hacer nada más. Con música bajita de fondo, eso es todo.

Es parajódico porque saber que estamos cada uno tal lejos del otro, cada uno en su mundo, me hace sentirme muy cerca de ella. Cuando tomé esa imagen ella estaba en Howards, la escuela de Magia de Harry Potter, y yo en Egipto. Pero al mismo tiempo los dos estábamos juntos, porque estábamos disfrutando de lo mismo. De hecho yo de vez en cuando interrumpía mi lectura y la suya para intentar sacar alguna conversación interesante, pero con poco éxito. A su madre eso de que nos quedemos los dos hasta tarde no le hace gracia, dice que es un agravio comparativo con sus hermanos. Yo estaría encantado de que se unieran, pero por ahora no disfrutan tanto de la lectura.

De repente me he acordado, al hablar de esto, de los conciertos de los sábados que toda la familia escuchábamos en la radio, en Cercedilla, a oscuras y con la chimenea encendida. También estaba cada uno en su mundo pero también estábamos muy juntos, como R y yo cuando nos quedamos solos, callados, juntos, leyendo.

Ya estoy aquí, de vuelta del cine. Hemos ido al Roxi, en Fuencarral, y se nota la diferencia. Para bien en el tamaño de la pantalla y de la sala, y la disposición de las butacas. Para mal el olor a palomitas, el ruido de gente masticando. Sorprende, acostumbrados a lo otro, que nada más terminar la película se enciendan las luces. Se echan de menos esos tres o cuatro minutos para pensar, o al menos para rumiar.

¿La peli? Sí, es bonita. Pero a mi juicio no mucho más. Me pasa que creo que cada vez me interesan menos las historias y más la gente que vive las historias, y aquí termina la peli sin que sepas gran cosa de los protagonistas, al menos gran cosa de lo que importa. Tiene diálogos muy graciosos, a veces casi de carcajada, pero pasa como con los analuces que cuentan chistes: que siempre te queda la duda de si sería igual de gracioso sin el acento. ¿En Argentina la gente se reirá tanto de esas gracias? Apuesto a que no. Sí está conseguida la mezcla de comedia con drama, de drama con intriga, de intriga con romance. Es un poco de todo, pero como diría JB mezclado, no agitado. El resultado gusta. Si ya se ha visto Still Waking, Frozen River, Despedidas y Let's Get Lost, hay que ir a verla.

Los últimos diez minutos, de todas formas, estaba completamente fuera. Bastante es, por otro lado, que el resto haya estado metido en la historia.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ongi Etorri

La gracia típica es que "Ongi Etorri" significa "felpudo" en euskera, pero mi gran amigo G (Único tipo en el mundo que sigue el curso de euskera de Asimil) sabe perfectamente que significa "bienvenido". En este caso,"bienvenida": bienvenida, Itziar.

Acabamos de llegar de SS. Ayer bautizamos a I en el Santuario de la Virgen de Itziar, fue un bautizo precioso. Fue bonito por cómo fue, pero más aún por lo que fue, por lo que hoy significa bautizar a un niño y darle la bienvenida a la Iglesia. Yo soy el padrino, y tengo que admitir que me temblaron un poco las piernas cuando el sacerdote nos pidió a los padres y a nosotros que renováramos nuestra fe y nuestra renuncia al pecado. Si te lo tomas en serio, y yo me lo tomé, es la leche.

Por cierto, me he puesto a escribir antes de ir al cine porque me da a mí que voy a llegar algo cansado y me va a dar horrible pereza hacerlo después. Voy a ir a ver Let's Get Lost, un documental sobre el músico de Jazz Chet Baker que ganó el premio de la crítica del festival de Venecia. Ya veremos qué tal, la cosa promete. (Ya vista, casi a las doce de la noche, tengo que decir que merece la pena, y mucho. Se disfruta la música, se disfruta una fotografía como yo hace mucho tiempo que no veía, y se disfruta pensando cómo se puede ser al mismo tiempo así, y así. Ya la contaré más despacio. O no)

Digo que voy a estar cansado entre otras cosas porque esta mañana he vuelto a correr los 15 km de San Sebastián, un recorrido precioso que el año pasado terminé en hora y veinte y que este año he terminado en hora y veintiseis y con una rodilla bastante maltrecha. Desde el km 8 he estado pensando si seguir corriendo o dejarlo, y mientras lo decidía he llegado a Anoeta. Nada más pasar la meta me he dado cuenta de que iba a estar unos dias arrepintiéndome, no podía ni apoyar la pierna izquierda.

Un par de kilómetros después de la salida, casi en el portal de casa, me estaban esperando R, R y A para recoger una camiseta de manga larga que llevaba puesta por la mañana para no helarme. Pobres, estaban impresionados porque su padre fuera de los últimos, llevaban un cuarto de hora viendo pasar gente. Peor ha sido ahora que les he dicho el puesto en el que he llegado, el 2.749. Tiene que ser duro que de golpe se te caiga el mito de que tu padre corre mucho. Ya les habría costado que llegara el décimo, o el vigesimoséptimo, pero el 2.749 es too much.

Durante esta semana he estado apuntando cosas que he visto, y que me han pasado que he creído que eran dignas de ser escritas aquí. Pero pensándolo mejor no lo voy a hacer - lo dejo para un poco más adelante - y en cambio voy a copiar algo que L y A le han escrito a I, y que vel mucho más que cualquier bobada que yo pueda contar.



DE PADRES A HIJA

Hay cosas, Itziar, que son verdad. Y lo bueno es que hay que descubrirlas. Descubrir que si juntas el amarillo y el rojo, obtienes el naranja; que es mejor ser bueno que ser malo, ser generoso que ser tacaño, tener amigos que ir solo por la vida.


Hay otras verdades que están más escondidas. Al principio, como eres pequeña, queda en nuestras manos ayudarte a buscarlas. Luego, cuando seas mayor, tendrás que hacerlo tú sola. Se pueden encontrar en las personas. En el silencio. En la naturaleza. En la familia. En el trabajo. En la Biblia. En los momentos alegres y también en los difíciles. Depende. Cada uno las encuentra en un sitio. Lo importante es querer buscarlas. No es fácil, pero merece la pena. Porque la historia no está escrita. Has nacido, Itziar, para descubrirlas. Para poder elegir, actuar, amar, y hacer el mundo mejor.


Lo quieran o no, todos los animales y las plantas cumplen su misión como animales y plantas. Sí, no pueden decidir no hacerlo. Nacen, viven, crecen y mueren. Ya está. Pero las personas no. Las personas somos libres. Así que, te guste o no, vas a tener que elegir un fin, vas a tener que buscar una misión que oriente y dé sentido a tu vida. No será fácil, pero nada importante lo es. Y será apasionante, y muy divertido, si te lo tomas en serio. Ojalá, Itziar, lo consigas.


No estás sola. Aquí estamos para ayudarte tus padres, tus amigos, tu familia y ese Dios que hoy, diecisiete de octubre de dos mil nueve, empieza a vivir en tu corazón. Cuando dudes, pregúntale a Él. Siempre va a estar ahí, dentro de ti. Contigo. Nunca te va a gritar para que le hagas caso. La manera de oírle es quedarte en silencio, quererle y escucharle. No dejes de hacerlo.
Buena caza, Itziar.


Hay cosas, Itziar, que son verdad. Es perfecto. Perfecto para empezar una novela, pero mejor aún para empezar una vida., que es de lo que se trata. Si hay cosas en la vida que son verdad todo cambia. ¿Verdad?

Para terminar, unas fotitos del fin de semana, de la Blackberry. Todas mis fotos se parecen, me doy cuenta. ¿Eso es bueno, o malo? A lo mejor todas las fotos que hago no son sino intentos fallidos de esa foto que me gustaría hacer. Espero no hacerla nunca, porque en ese momento no tendrá sentido seguir haciendo fotos.






De esta última me gusta mucho el color, es completamente zuri urdin.

martes, 13 de octubre de 2009

Si la cosa funciona

Martes. Starbucks de Serrano. 07:40. Ayer me faltó voluntad para ponerme escribir al llegar a casa después del cine, esta mañana me he venido pronto –como siempre que vengo en coche- para evitar el atasco de la Carretera de Castilla y Los Bulevares.

Ayer fui al cine, después de pensarlo mucho, pensando en que el título de la última de Woody Allen podía ser premonitorio. Si lo fue o no lo fue no lo sé, porque tampoco sé lo que quería decir con eso de que fuera premonitorio. Sólo que el título encajaba en el día, nada más.

La película es divertida y tiene momentos magníficos. El comienzo es genial, me recordaba a Trainspoting porque también es perfecto para verlo al comienzo de una conferencia sobre el sentido de la vida. Los diálogos son mejores que el guión, en ese aspecto de repente me ha recordado a Barioná, de Sartre. La historia es un poco forzada, muy teatral, y ahora que lo pienso toda la película lo es.

Me fastidió un poco la crítica al cristianismo, a la derecha, a las tradiciones… Me disgustó no tanto la crítica en sí, que era fina, sino la reacción del público. Me gustaría ser escritor para saber describir esa especie de superioridad imbécil con la que la progresía de hoy se descojona de todo lo que no es progre, de lo que se supone que ya está pasado. La de ayer por ejemplo era una risa de masa, no de personas: se reían porque estaban todos juntos y se suponía que tenían que reírse. Y se reían no de la película, sino de lo que los personajes decían o pensaban. Se reían sin saber en realidad por qué, creo, porque se reían de cosas que estando solos todos ellos admitirían que son importantes. Lo de ayer fue un poco parecido a lo que sentí cuando vi Camino, pero menos.

Hablando de escritores y de descripciones, me encontré ayer con una de Pla genial, de esas que uno al mismo tiempo agradece y envidia. Es de Ávila, de su “Madrid, 1921. Esta tarde lo traigo aquí, creo que merece la pena porque se lo leí a A y no puso la cara que suele poner cuando le leo cosas que a mí me parecen especialmente bonitas o divertidas. He ido a Pla impulsado por GM, por T y por DA. Creo que para quedarme, como con el propio GM.

Hoy, por cierto, voy a intentar pasarme por Hiperión a comprar alguno de los libros de poemas de GM, ojalá sea él la puerta a la poesía que hasta hoy no había encontrado. Lo he intentado muchas veces, pero con la poesía siempre me ha pasado como con la Historia. No he sabido por dónde empezar, y cuando he intentado empezar no lo he conseguido.

La novela que terminó por cansarme es Las Aventuras del Joven Soldado Svejk, de Jaroslav Hasek. Es también genial, y con ella me he reído como hace años que no me reía, pero eso de no ir a ningún sitio –y por un camino además tan largo- acaba agotando. Si lo empezara ahora por la página donde lo he dejado seguro que lo disfrutaba, por la novedad, pero me parece a mí que esas últimas cien páginas se van a quedar sin leer.

El fin de semana ha sido muy bueno y puede ser el principio de algo grande Si la Cosa Funciona.

jueves, 8 de octubre de 2009

Lo que ha llovido

Sí, esta mañana ha llovido a mares en Santander. Me ha dicho E que por la calle bajaba una riada de casi 2o cm de agua, con barro y piedras. Pero no, no titulo esta entrada así por eso.

D me regaló el martes un libro con ese título, un libro que recoge algunas de las entradas del blogg de Enrique García-Máiquez entre 2006 y 2008. Es una joya, me está pasando como cuando descubrí a AT, aunque no tanto porque esto se parece un poco a AT. Hoy la azafata del avión no dejaba de mirarme, yo creo que sorprendida porque pudiera sonreir así leyendo un libro, un libro que no tiene ilustraciones no en la cubierta.

Tendría que pasar de la origionalidad, dejar de escribir bobadas y fusilar todos los días algo del blogg de E. Tendría más lectores, y sobre todo haría mucho más bien a los que me leyeran, fueran cuantos fuesen. Al menos hoy lo voy a hacer, espero que ni E ni la SGAE me acusen por esto.

"Poesía es eso cuyo resumen ocupa más que el original. Cuanta mayor desproporción entre resumen y original, más poesía".
Luego nos regala un ejemplo que por sí solo vale el libro, una soleá de Blanco Garza:
Yo no sé cuando es verdad,
si cuando me quieres menos
o cuando me quieres más.
****
Un haiku maravilloso (Nunca antes de hoy había oído esa palabra) de un tal Naojo (Si no pongo "un tal" va a parecer que intento aparentar que sé quién es):

Cortarla es una pena,
dejarla es una pena,
ay, la violeta.

Habría muchos más, pero no sé cuáles escoger y además como me pase me van a acabar multando de verdad. Sólo una, una más, una cita de Borges que sin saberlo llevaba días necesitando, una cita que me ha obligado a cerrar el libro y los ojos para meditarla, para digerirla:
El amor nos permite contemplar al otro como lo ve Dios.

Paro aquí por lo que he dicho pero también porque no logro encontrar otra cita, en este caso de un autor inglés, que venía a decir algo así que la belleza y la diversión son las dos muletas que nos permiten andar esta vida. Seguro que era mucho más bonita, pero no quería dejar de escribir aquí el sentido porque me parece muy verdad.

Estoy escribiendo ya desde Madrid, hoy me he dado cuenta de que me estoy empezando a convertir en un auténtico paleto de ciudad, me he venido no ya con los sobaos de siempre, sino además con un par de kilos de tomates. ¡Pero qué tomates! En Madrid no se encuentran fácilmente, al menos yo no lo he conseguido. Lo peor es que después de tomarme el tomate para cenar, en plan sano, no me he resistido y recordando viejos tiempos me he tomado un sobao con un vaso de leche.
Soy un débil, termino con otra:
La vida son cuatro días.
Cuando se pueda - y se puede
muy a menudo - sonría.

domingo, 4 de octubre de 2009

Hoy no ha habido cine porque nada más llegar a casa me he dado cuenta de que me había dejado el ordenador en Cercedilla, y he tenido que volver a por él. Al final he llegado a las 8 y he preferido irme a correr. Aunque en la Avenida de Europa no se vea ninguna bahía, correr ese rato me deja nuevo, me relaja, de alguna forma me reinicia.

Echo de menos los cinco años famosos, cada vez más. Ahora escribiría no lo que voy a escribir sino lo que de verdad tengo dentro, sabiendo que no lo va a leer nadie y que ya tendré ocasión en el 2014, de pensar si quiero hacerlo público o no. A lo mejor lo que echo de menos es un diario, alguna vez he pensado en abrir otro blog, uno que sólo leo yo. Sería el antiblog.

Si tuviera un diario escribiría, como digo, de lo que tengo dentro: de cómo cuando parece que todo va muy bien en realidad no lo va tanto, y de cómo cuando parece que todo va mal no es tan así. Escribiría de la ansiedad que en el fondo es vanidad, de lo malo y sobre todo de lo bueno que tiene la prisa… Pero no tengo un diario, y estas bobadas lo único que van a conseguir es que la gente se ponga a trabajar y deje de leer.

Esta semana pasada no escribí porque no encontré el tiempo para hacerlo, no porque no hubiera temas. Quería escribir y hablar de la gente tan interesante a la que estoy conociendo, estoy viendo que ese va a ser uno de los lujos de este trabajo. No ha habido una solo de las comidas que he tenido que no me haya servido para algo.
Una de las más divertidas fue la que tuve en La Manduca de Azagra con AT y JMB. Era como vivir una página del diario, de las del género de intrigas literarias. Me gustó el saludo de los dos amigos, que se deben ver todos los días y que lo primero que hicieron fue intercambiarse dos o tres libros. JM me regalo a mí dos, un diccionario de las vanguardias españolas y una catálogo precioso de una exposición sobre… ya no me acuerdo. Yo lo recibía todo con algo de vergüenza, igual que se sentiría un cerdo al que echaran margaritas.

La cosa se puso divertida cuando nos enteramos que a la mesa de al lado venía CAM. Según AT nació tonto, es tonto y morirá tonto. Como ha escrito cosas mucho peores que esa en los diarios cuatro o cinco veces, no se hablan. Cuando llegó, JM se levantó a saludar y él ni miró. Los que venían con CAM, todos conocidos también, sí vinieron a saludar a A. A todo esto, en otra de las mesas estaba JMF, que me dijo que por favor le llamara un día de estos para quedar y contarle mis planes. F es un tío listísimo, mucho más –a mi humilde entender- que el que le ha sustituido. El jueves hablé con CM, su compañero de toda la vida, y me dio a entender que aunque no podía decirlo pensaba lo mismo. Voy a tener que quedar con los dos por separado, y es una pena porque siempre me han parecido una de las parejas más jugosas del panorama político español.

Me estoy dando cuenta de que lo comer en el Barrio de Salamanca y en Santander –que es a efectos de restauración como el Barrio de Salamanca- es un peligro. El martes pasado fui a comer a La Torcaz con MC, y M no es un tipo neutro. Yo como con todo el mundo, sobre todo ahora que necesito ideas, pero quien no lo sepa puede entenderlo mal y asociarme a ese círculo ya para siempre. Pues bien, F en una mesa e IC en otra. Sin escapatoria.

Quiero que esta semana pase rápido, me fastidiaría que lo del fin de semana se estropeara porque me da la sensación – seguro que exagerada – de que puede ser un punto de inflexión.

¿El material más fuerte es al mismo tiempo el más frágil? Me imagino que en la física no, pero en las relaciones humanas y sobre humanas es así. Lo más fuerte es al mismo tiempo lo más delicado y lo más efímero, si te descuidas se te va a la mierda en un pis pas. ¿S, se dice así?

Por último. Enhorabuena, S, por el doctorado. Tú sí que eres doctora, y no esos filósofos de pacotilla que creen que les tienen que servir el café aparte y en tazas de porcelana. Cuanto más saben menos se enteran de nada.