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Hemos estado esta tarde con George Schultz, el Ex Secretario de Estado. Ha sido bonito, durante casi todo el encuentro se ha mostrado cercano, amable, casi cariñoso. Ha contado anécdotas muy interesantes de sus encuentros con Reagan y Gorvachov, de su relación con Margaret Thacher, ha hablado de su experiencia universitaria… La edad además parece que dulcifica a la gente, y parecía un abuelito entrañable. Hasta que a un alemán se le ha ocurrido preguntarle si no creía que los Estados Unidos habían perdido su credibilidad como líder mundial, y en caso de que así fuera cómo creía él que podía recuperarla.

Un rato antes había reaccionado perfectamente a otra pregunta sobre Guantánamo, eso sí, diciendo que era posible establecer una normas de comportamiento para el futuro sin necesidad de criticar a nadie.

Pero con la pregunta del alemán se ha puesto rígido y le ha cambiado la cara. Se ha erguido en el sillón y ha dejado muy claro que no cree que hayan perdido credibilidad alguna, que los Estados Unidos siguen siendo de lejos la economía más dinámica y más poderosa del mundo, y que su fuerza militar es indiscutible, así como su compromiso internacional con la democracia (la verdad es que al menos eso no se le puede negar, y se puede medir muy bien en el número de muertos)

Una vez que esto ha quedado bien clarito le ha preguntado al alemán dónde estaría ahora mismo Europa sin Estados Unidos, y le ha pedido que no olvidara que ellos (enfatizando mucho el “we”) habían sido quienes se habían ocupado de contener a la Unión Soviética, así como quienes les habían sacado las castañas del fuego en la segunda guerra mundial. Ha terminado con una frase que no he sabido traducir del todo pero que he entendido en el sentido de que casi mejor que no se lo creyera demasiado, que ellos siguen siendo la primera potencia mundial.

Ayer no conté nada sobre el encuentro con Andy Grove, que hasta hace un par de años ha sido Presidente Y CEO de Intel, y el responsable de su cambio estratégico hacia el sector de los microprocesadores. No lo he hecho porque aún no tengo claro si lo que nos contó fueron tonterías, o si por el contrario tiene una visión poderosa sobre la cuestión de la energía. La mayor parte de la gente es de la primera opinión, pero sinceramente yo no estoy tan seguro.

En la clase de Burgelman me ha sucedido algo curioso, me he pasado la segunda media hora pensando que todo eran chorradas: realmente ya nos había contado todo… estaba estirando el chicle demasiado… qué sentido tiene que dé clases de liderazgo estratégico durante dos años a los alumnos de MBA… por otro lado se supone que estos tipos son los mejores del mundo… si estos no dicen nada útil entonces qué dirán los demás… ¿Qué coño hago aquí?

Y en ese momento, de repente le he visto el sentido a lo que nos estaba contando, a “powerfull insight”, como dicen ellos. ¡Algo útil! Y no es que hasta ahora no lo hubiera visto, en casi todas las clases ha sucedido, pero por alguna razón pensaba que se había acabado. Por supuesto no son grandes cosas, de hecho en el fondo es el “engage and see” de siempre, pero de una manera diferente, y con ejemplos útiles, que pueden ayudar a desarrollar una metodología para mirar estratégicamente a lo que hacemos y a lo que podemos hacer. Todo está muy centrado en el cambio, en ser capaz de verlo y en ser capaz de reaccionar cuando sucede.

Voy a decirlo, porque o soy sincero o este blog no tiene mucho sentido: cuanto más nos cuentan en qué consiste la mirada estratégica, más creo que la tengo. Y cuantos más ejemplos nos ponen de líderes estratégicos que han sabido ver la realidad y las oportunidades más allá de los datos y de las apariencias, más convencido estoy de que yo también lo puedo ser. Pero me pasa como a Julio Anguita, todo el mundo me quiere pero nadie me vota. Aún no ha venido por aquí nadie de Google o de Microsoft ofreciéndome la división de desarrollo de negocio, o algo así, y medio millón de dólares. ¿A qué estarán esperando?

Por cierto, hoy me he reconciliado con mi grupo, las cosas han vuelto a su cauce y hemos tenido una discusión bastante interesante sobre el caso de Nike. Ya se han terminado las clases de Kreps, que es el que más me ha gustado hasta ahora. El profesor de ética sigue sin decir nada, la verdad, y eso que hoy se ha pasado de tiempo y nos ha tenido una hora y media en clase.

Y ayer estrené contador de visitas. Primero marcó 15, luego 151, luego 1770, luego de nuevo 18. Sólo con pensar que de verdad pueden ser 150… y es que esto del contador puede ser como correr contra el crono, aunque no quieras te picas.