domingo, 29 de noviembre de 2009

Buscando a Eric

Hoy estábamos en el cine, viendo una película que gira en torno a un futbolista, algunos de los pocos de esta ciudad a los que no nos gusta el fútbol. Estaríamos allí por cualquier razón, pero no por ver a Eric Cantoná. Lo sabíamos, porque mientras estábamos en el cine el Barcelona y el Madrid estaban jugando a fútbol y a nosotros nos daba igual.

La crítica de El País decía que el final era un poco del estilo de los de Frank Kapra. Es decir, feliz. Y sí, la película tiene un final feliz. En algún momento me he arrepentido de saberlo, pero la mayor parte del tiempo me he alegrado: todo lo que pasaba era tan duro, tan triste, que no sería fácil convivir con la posibilidad de que se estropeara todo, de que tanto esfuerzo fuera vano. Los ingleses tienen una especial capacidad para retratar la desesperación y la miseria de su estrato social más bajo. Ahora sólo se me viene a la cabeza "lloviendo priedras", pero hay todo un género en el que inscribe esta "Buscando a Eric". Lo bueno de la de hoy no es sólo que termina bien, sino que lo hace por la forma en la que se ponen en juego valores como los que no suelen salir bien parados en el cine. Es una peícula para sonreir y para salir sonriendo, así que hay que ir a verla.

Esta ha sido una semana de críticas a blog. En primer lugar fue M, que primero me dijo que esto estaba perdiendo interés (o nivel, no lo recuerdo bien) y que luego añadió algo así como que no debería volcar aquí mis neuras. Todo esto, por supuesto, con una sonrisa en la boca. Con lo de las neuras no sé bien a qué se refiere, lo del interés seguramente es cierto, al menos si el interés radica en las cosas que aquí cuente de las que me suceden reacionadas con mi trabajo.

M no entendía que no se trasladara aquí el enorme interés que según ella tendría mi actual trabajo. Seguramente tiene razón, pero poco puedo hacer porque ahora no sólo tengo un trabajo, sino que por primera vez me sucede que represento algo que me impide decir públicamente muchas cosas. Nos sólo, como es obvio, sobre lo que hago, sino sobre muchas cosas que pienso. Si, aunque esto no lo lea nadie. ¿Estoy exagerando? Puede ser, pero por si acaso opto por la prudencia. Algo tan tonto como lo que a UFV es la mejor Universidad de España. ¿Debo decirlo? Creo que no, sea o no cierto y lo piense o no. La institución para la que ahora trabajo colabora con decenas de universidades de España, y no está bien que alguien pueda pensar -o pueda saber- que tengo una inclinación especial por alguna de ellas.

¿Entonces de qué hablo? Pues de mis paseos a caballo, de las carreras por el Sardinero, de las pelícuas, de los niños... ¡Pero ojo! ¡¡Con los niños también hay que tener cuidado!! Porque por ahí vino la segunda crítica, en este caso de un anónimo. Un anónimo, a mi juicio, un poco exagerado y poco neurótico y un poco aburrido. Ese "estás jugando con fuego" por colgar aquí una foto del equipo de fútbol ganador del partido del colegio de R y A me pareció tan absurdo (si es en serio) que sólo me hizo reir. A me dijo, no contestes. Pero no, yo sí contesto. ¿No puedo colgar aquí la foto del equipo de futbol en el que juega R? ¿Por qué? ¿Qué puede pasar? ¿Qué puede hacer alguien con esa foto?

Están vestiditos, posando con el entrenador orgullosos de su victoria. ¿Qué pasa? Si no puedo sacarles así en el blog tampoco puedo llevarles en metro, o por la calle Goya, allí les va a ver mucha más gente. Y desde el punto de vista legal (el anónimo me aconsejaba hablar con un abogado) tampoco acabo de verlo... En cuanto leí el anónimo me acordé de las decenas de fotos que cada semana salen en el Diario Montañés de los equipos ganadores de las ligas de los colegios, de los barrios... Me acordé del programa de fiestas de Deba donde salen... Niños! Sí, niños!! Corriendo, jugando, disfrazados... Todo muy horrible, como lo de la entrada del domingo pasado.

Si quien escribió el anónimo es el padre o la madre de uno de los niños que salen en esa foto que me llame y la quito, no seré yo quien deje de respetar las manías de cada uno. Pero si no, la foto se queda ahí. Me arriesgaré a que alguien la copie y... ¿Y qué? Lo siento, mi corta imaginación no basta para descubrir qué horrible cosa puede suceder.

Pero mientras, para no echar más leña al fuego, hoy colgaré ésta que hice ayer en la dehesa, dando un paseo precioso a caballo.


Era mucho más bonito allí, sobre todo de luz, pero no está mal del todo y el encuadre es bueno. Y al menos no tiene peligro, ¿No?

domingo, 22 de noviembre de 2009

Madrid-Bilbao-Santander

Hoy no podré ir al cine. He llegado hace un rato de Cercedilla, esta tarde me toca trabajar un poco y además por la noche me voy a Santander. Es lo que se llama un domingo bien aprovechado: esta mañana nos hemos ido a Cerce y me he podido dar una vuelta preciosa a caballo hasta la pradera de las cortes, cogiendo el camino que sale pegado al río después de cruzarlo, y disfrutando de un otoño que aunque habría podido ser más bonito si hubiera llovido algo más, en el pinar siempre es muy especial.

Albaicín estaba nervioso. Nos ha costado más de media hora cogerle, cuando por fin he R y yo hemos conseguido meterle en los corrales de la cuadra y atarle estaba ya sudando de las galopadas que se ha dado prao arriba y abajo. Al salir seguía sin tenerlas todas consigo, pegando brincos por cualquier cosa que pasara a nuestro lado. Un portazo de un coche, el ladrido de un perro, un pájaro, una bolsa, cualquier cosa le sobresaltaba. Ya por arriba, más cansado, ha ido más tranquilo. Cada vez lo disfruto más, nos vamos haciendo el uno al otro y eso nos da confianza a los dos.

Una de las cosas bonitas de ir a caballo es la compañía de los perros. No sé muy bien cómo, pero cuando salgo de casa con intención de ir a montar se dan cuenta en seguida, basta con que me despida de los niños y les pregunte si me quieren acompañar para que desde fuera me oigan y se pongan nerviosas (Sí, sé que he escrito "perros" y ahora "nerviosas", pero es que lo de "perras" me suena muy raro) La cuestión es que se ponen histéricas cuando se dan cuenta de que sí, de que efectivamente me voy a montar. Me imagino que los cuatro haremos una estampa bonita por el pinar, al menos es la sensación que da al ver las caras de los niños que nos cruzamos. Hoy me he dado cuanta, por cierto, de que soy un poco vanidoso y que cuando me cruzo con alguien hago un esfuerzo para que Albaicín arquee el cuello y se ponga guapo, redondo.

Esta ha sido una semana cansada pero

Ha habido que cortar, estaba donde no debía. Reanudo la redacción desde la T4, esperando a embarcar hacia Bilbao. Acaban de llamar. Voy a Bilbao no porque tenga nada que hacer allí, sino porque no he llegado al vuelo de Santander y esta opción es la que que quedaba para estar seguro de estar mañana prontito en Santander. Desde Bilbao aún me quedará una horita de coche para llegar a casa. "Casa" es, en este caso, el Hotel Bahía.

Sigo por cierto dándole vueltas a la posibilidad de cambiar el hotel por un piso en Santander, de hecho he encontrado uno muy apetecible muy cerca del hotel. Yo creo que es mejor desde cualquier punto de vista, pero no me acabo de animar a dar el paso porque estoy cómodo como estoy, porque nada me urge a cambiar y porque pensar en hacerlo me da un poco de pereza. Pereza y poco de miedo (Seguro que absurdo) a complicarme demasiado la vida.

Estaba diciendo antes que la semana había sido cansada, pero fructífera. Ahora lo puedo decir con más conocimiento de causa que hace un par de horas, cuando he empezado a escribir. Se acaba la cola del embarque, habrá que cerrar y seguir luego, en el coche de camino a Santander. Ya estoy: en el coche, con M, camino de Santander. Lloviendo. Esto del modem USB es casi mágico.

Aunque no sea ni de lejos la primera vez, nunca deja de sorprende la infinita estupidez del mensaje en euskera al llegar al aeropuerto de Bilbao. Sé que a las cosas no sólo les confiere valor la utilidad, pero este mensaje no es estúpido -mejor dicho, no sólo- porque no sirva para nada. Lo es porque en realidad no es nada. No me voy a meter aquí en el fregao de explicar lo que quiero decir, no son horas ni es el lugar adecuado, aunque sería un buen calentamiento para la clase de Nacionalismos que tengo que dar el viernes. A me dijo que se vendría a escucharla, e incluso que intentaría traerse a su madre, pero me imagino que al final se rajará. Me encantaría que se animara, sería tener dentro una especie de topo que añadiría tensión a la clase.

Empieza a llover más fuerte. Creo que aún no he experimentado el invierno de Santander, hasta ahora lo que estoy viviendo es un otoño casi veraniego que me tiene mal acostumbrado.

Esta semana se presenta muy distinta que la pasada. La anterior fue de mucho curro, esta está salpicada de tres saraos que también son curro, pero de ese que se parece mucho a perder el tiempo. Es un tipo de actividad que además me cansa mucho más que le verdadero trabajo que se sabe porqué se está haciendo y que se hace porque se está convencido de que es necesario.

Me iba ya, entre otras cosas para no marearme,pero de repente me he acordado de lo más importante que ha pasado este fin de semana. ¡Me he estrenado como "padre-que-va-el-sábado-a-ver-el-partido de futbol-de-los-niños"!

Nunca pensé que me fuera a emocionar tanto en un partido de fútbol, tengo que admitir que estaba fuera de mí. El equipo de A perdió 1-0, pero el de R ganó 3-1 !!

domingo, 15 de noviembre de 2009

Partir

Dentro de un rato me voy a ver "Partir". Dice Javier Ocaña, en El País, hablando del argumento de la peli: "Si hay un tema que parece interesar sobremanera al cine actual es el del aburrimiento de la nueva burguesía, el del estercolero mental que invade a las familias de fachada impoluta, sonrisa amanerada, cuenta corriente solvente y sempiterna comodidad de puertas a fuera"

Es el hastío generacional del que hablábamos el otro día, la falta de sentido y la huída de una felicidad que no lo es. Es After, es American Beauty, es Revolutionary Road y otras tantas mucho menos buenas. Lo curioso es que el tema atraiga tanto y me atraiga tanto, tengo que admitir que hoy me he decidido a ir a verla cuando he leído el comienzo de la crítica de JO.

He querido escribir antes de salir porque así me quito un poco menos de sueño, y porque no quería dejar de traer al blog dos artículos que me han llamado la atención el fin de semana. El primero es de JB, sobre el aborto, y lo publicaba ayer El País:

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Obama/Benedicto/XVI/aborto/elpepiopi/20091114elpepiopi_5/Tes

Me gusta porque no se esconde (al menos no demasiado) dentrás de conceptos ambiguos y admite que el aborto es un mal en sí mismo, pero desde ese punto de partida construye un discurso realista, posibilista en el buen sentido del término. Teniendo en cuenta cómo es la realidad, no tiene sentido ni es posible mantener el silogismo de que dado que es un mal debe prohibirse y perseuirse. Es una pena, pero es así, y por eso el discurso de "abortistas asesinas, a la cárcel" no ayuda. Además no debemos olvidar nunca, citando a nuestro admirado PF, que "la política no salva". La labor no está, o al menos no siempre, en prohibir y perseguir el mal. Nuestra labor debería tener más que ver con vencerlo con el bien, como dice el lema de la mejor universidad de España (http://www.ufv.es/)

El segundo nada tiene que ver con éste. Es la crítica que hace un tal AF, también en el País, del menú de Otoño de El Bulli.

http://www.elpais.com/articulo/Tendencias/Misa/visperas/elBulli/elpeputec/20091115elpepitdc_1/Tes

Quienes hemos tenido la suerte de disfrutar de la experiencia de El Bulli sabemos que es perfectamente posible que no esté exagerando, que las expresiones que usa F son del tipo de las que a uno le pueden servir para expresar lo que siente cuando prueba alguna de las maravillas de FA. Entiendo que haya gente a la que estas cosas le dejen frío, pero yo recuerdo perfectamente la sensación de quedarme sin palabras ante alguno de esos platos, de esas texturas, de esos sabores con los que A juega contigo. ¿Exagerando? No, creo que no.

Ya he vuelto del cine, y ya me he comido mis tres piezas de pollo kentucky cruji. Hoy he pasado antes del cine para pagarlas, y así después de la película sólo he tenido que pasar a recogerlas, sin quitarme siquiera el casco, como un auténtico mensaca.

La peli no está ni bien ni mal, yo creo que si no me sintiera un poco aludido personalmente por el tema no me habría interesado tanto. Pero a lo mejor esas es la clave, que una película te hable de lo que te interesa. Me ha hecho pensar mucho, eso sí, en la importancia del sexo, una importantcia muchas veces sobreestimada y muchísimas veces subestimada. Y la eterna pregunta : ¿Qué es el sexo, para bien o para mal? ¿Es causa, consecuencia, o simplemente síntoma? La respuesta no me parece en absoluto baladí. La película aborda la cuestión, y bien, pero no la responde, a no ser que se me haya escapado algo fundamental en el minuto que me he perdido por llegar tarde (de encargar el pollo).

Lo que sigo sin entender demasiado, puede que por intentar encontrarle un significado profundo que no tiene, es el título. El oroginal en frances, "Partir", no ayuda mucho más.

Y por cierto, si esta entrada no tiene éxito hablando del aborto, de Ferrán Adria y del sexo, es que nada puede tenerlo o que el que falla es el que suscribe.

lunes, 9 de noviembre de 2009

¿R o R?

Muchos ya sabéis lo divertido que a veces resulta la forma en que Vodafone traduce a texto los mensajes de voz del móvil. Hasta ahora había recibido muchos curiosos (las diversas traducciones de "Agurtxa" son como para juntarlas y publicarlas aquí) pero este es el mejor que he recibido hasta ahora.

Me ha llegado después de que se cortara una conversación con R en la que ya se adivinaba que A estaba detrás tocanbdo las narices. Dice así:

"Dale. Papa, lo siento por cortar. Este pesado me ha hecho dar a un boton y que ___ pero no pasa nada ___. No ocurre nada. Porque le voy a pegar una torta fuertisima. Y en 3, 2, 1, ya." - via SpinVox. Servicio contestador +, llama gratis al 147 para informacion, activacion, desactivacion.

El "en 3, 2, 1, ya" es de una exactitud increíble.

(Sirva esta entrada también para tranquilizar a quienes se quedaron preocupados por la anterior. No pasa nada, sólo un poco de intriga para mantener la tensión narrativa)

domingo, 8 de noviembre de 2009

Celda 211

He pensado mucho en lo que me dijo J el viernes, y va a resultar que tenía razón: De forma paradójica, hay veces que cuanto más dices más mientes, aunque lo que digas sea verdad. Y hoy cada palabra, aún siendo cierta, sería una mentira.

La peli no tiene la culpa de nada, así que al menos diré que sí, que merece la pena ir a verla aunque sólo sea para pasar un rato en tensión y olvidarse del todo de lo de fuera. Está muy bien hecha, lo cual se agradece mucho siendo española, porque no estamos acostumbrados.

domingo, 1 de noviembre de 2009

After

LLevaba un par de semanas queriendo ir a ver After, la película de hoy, pero me daba miedo que fuera una estupidez. Esta tarde al final me he animado después de leer la crítica que Carlos Boyero, que decía que le había removido por dentro. Es lo que yo me olía que me iba a pasar si iba a verla. Y sí, me ha pasado.

Es una película hecha por alguien de nuestra generación, que sabe de lo que habla seguramente por propia experiencia. Es de agradecer que se haya atrevido a ponerlo en una película y hacerlo de verdad, tiene riesgo. Riesgo para él, y para todos los que vamos a verla y nos encontramos retratados por algunas partes -por todas es imposible - de alguna de las tres historias que se cuentan.

Es bonito eso de mostrar como la misma noche vivida por tres personas son en realidad tres noches distintas. Porque lo que uno hace no es sólo lo que hace en ese momento. Es también lo que le ha llevado a hacerlo, lo que siente mientras lo haces, lo que hará después...

A los tres les une el absurdo del sinsentido. Y a veces pienso, aunque parezca duro, que es ese absurdo de la nada lo que une a mi generación. En el cine pensaba que nos habían engañado a toda una generación, pero ahora que lo pienso mejor no es eso. Nosotros nos hemos engañado solitos. De hecho, si hubiéramos hecho un poco más de caso otro gallo no habría cantado.

O no. Puede que esta pérdida de tiempo y pérdida de sentido tenga una explicación generacional, tendría que pensarlo antes de decidirme. El viernes pasado se celebró el funeral por la madre de FF, que esa misma mañana escribía un artículo en ABC que a muchos nos llamó mucho la atención. Porque es muy bonito, pero sobre todo -a mí al menos- porque es muy verdad y porque desvela una aparente paradoja que no puede serlo.

http://www.abc.es/hemeroteca/historico-30-10-2009/abc/Opinion/historias-de-madres_1131061367742.html

Es precioso, ¿Verdad?

¿Y nosotros? Yo creo que nosotros no estamos tan orgullosos de nuestra generación como lo está F. Nuestra generación está demasiado aburrida como para estar orgullosa, apenas se está dando cuenta de que ese no era el camino, que el que tomó no iba a ningún lado y de que ahora no sabe dónde está ni qué hace aquí. ¿Tiene eso algo que ver con cómo eran nuestros padres y madres y con lo que quisieron trasmitirnos? ¿Podría suceder incluso que por un típico efecto péndulo no hayan dejado más libres de lo que nos convenía, que no nos dieran orientación suficiente porque ellos la habían tenido en exceso?