jueves, 2 de octubre de 2008

Crisis

"El dinero que se pierde, ¿Adonde va a parar?"

La respuesta es casi imposible porque la pregunta es engañosa: no había el dinero que creíamos que había, y ese es el problema de fondo. Se daban créditos a viviendas sobretasadas a gente que no iba a poder devolverlo, y ese dinero que no iba a ser devuelto se contabilizaba como activo, como riqueza. Ese parece ser el origen de esta historia. No es la única causa, sólo es el origen, porque esto ha hecho saltar por los aires otro montón de dinero no existente, no real, que salía de operaciones y productos financieros a cual más creativo.

Nos contaba Parker, allí en Palo Alto, que la aparición de las opciones sobre accines hizo cambiar por completo los principios de las finanzas y las reglas de los mercado, hubo un antes y un después. Antes de que existiera la posibilidad de comprar no una acción, sino el derecho a comprarla si se quería, el riesgo era inversamente proporcional al precio. Un valor con mucha volatilidad costaba poco, porque tenías riesgo de perder, y un valor seguro era caro porque... porque era seguro, parecía que no fuera necesario explicarlo.

Después eso cambia. En la opción sobre una acción sólo compras la acción si quieres, y sólo la quieres comprar si está más arriba de lo que estaba, con lo que la "parte de abajo" de la curva virtualmente desaparece y lo que interesa es un valor muy volátil, que pueda subir o bajar mucho... El riesgo es caro... luego el riesgo es bueno ¿No parece sensato, verdad? Ahí hay dinero que de alguna manera no es real, o que no está asentado sobre valor real. Es la famosa pregunta sobre si los beneficios financieros, que en los US llaman "value", son realmente value o sólo money, o ni siquiera money, sino sólo figures, números.

George Edwards, en El País, uno de estos días, hablaba de este problema de la riqueza que se crea - que no se crea, en realidad - sin estar fundamentada en nada nuevo que agregue valor a nada, en ninguna cosa ni promesa de cosa. Yo creía que no lo entendía porque no sabía de finanzas, pero parece que el tema es más gordo y mucho más complicado. Son todo apuestas aseguradas sobre otras apuestas, que bajan o suben sólo por cómo se sienten o cómo reaccionan un día determinado los que compran y venden. Es un juego, nada más.

Cuando hace unos días todo esto empezaba a estallar de verdad en Wall Street, la autoridad competente -que no recuerdo cuál es - prohibió apostar a la baja, es decir, ganar dinero si las acciones bajaban. Infiero que antes era perfectamente posible, y que a nadie le parecía extraño.

¿Y nosotros? Nosotros pagamos el pato sin haber hecho nada para ello. Porque nadie nos puede culpar, a nosotros, de no saber que unos tipos de interés excesivamente bajos estaban animando a la gente a pedir créditos que no iba a poder pagar, que eso iba a encarecer los pisos por exceso de demanda... y todo lo demás. Pero ahora nos los suben porque los bancos no se fían unos de otros, y todo esto nos pone nerviosos, y no nos atrevemos a gastar, y no nos atrevemos a invertir, a contratar, a prestar, y eso general paro... Vamos, que la cosa por arte de birli birloque se vuelve muy real y ahora ya está bastante jodido pararla.

Aunque si no te echan del curro o te bajan el sueldo y no tienes hipoteca o la tienes muy pequeña, y no necesitas vender nada, este es el mejor de los mundos posibles. Los precios de las casas bajan, comprarse un coche o una moto es mucho más barato que hace un año, no hay que reservar en los restaurantes y no hay cola en Massimo Dutti. En la panadería de la esquina, la de la Avenida de Europa, la semana pasada bajaron el precio de la barra.

Por eso nosotros vamos a aprovechar la crisis y el finde del 19 nos vamos a ir con A y M y G y A a correr los 15 km de San Sebastián (de Guipúzcoa, no de Los Reyes) y a ponernos ciegos de pinchos y vinos. Hoy incluso G me ha dicho que a lo mejor se animaba a correr, pero no me lo acabo de creer.

Dije que lo pondría en el blog, y lo pongo: A, que obviamente no es A, se ha zumbao por fin al vecino de enfrente, que tiene nada más y nada menos que 56 años. A mí me parece fenomenal y hasta me da un poco de envidia (No por el vecino, que a eso no hemos llegado. Ni por A... Ni por... en qué jardines me meto...)

No hago más que pensar que lo que de verdad me apetece es hacer un diario escribiendo algo aquí todos los días. Pero si me suelto y me pongo intimista me da miedo que me salga un poco triste, un poco melancólico, un poco coñazo. Porque aunque no lo parezca yo soy así.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues venga con un par, un diario en toda regla, y a correr, ele que hoy es viernes tanto para ustedes como para mi que decía mi profe de inglés de octavo, miss Paloma. Alegría, alegría hoy tengo fiesta "mamma mía" y me voy a poner unas botas de charol.

Anónimo dijo...

la explicación de el por ´qué de la crisis de las subprime me ha encantado, casi tanto como la de estos tipos ingleses
http://www.youtube.com/watch?v=mzJmTCYmo9g
no dejes de ver el video, es de lo mejor que he oido NUNCA