domingo, 12 de octubre de 2008

Los Limoneros (Lemon Tree)

Me he llevado una gran alegría cuando he visto en la web de la película que el Director es judío, estaba convencido de que sería palestino.

La historia es la siguiente: el recién nombrado Ministro de Defensa Israelí se muda a una casa pegada a la frontera palestina, y el servicio secreto decide por motivos de seguridad talar el campo de limoneros de su vecina de enfrente, una joven viuda árabe que lo heredó de su padre.

“Los limoneros” es por tanto una película de frontera, lo que a mi juicio es un grandísimo acierto; porque es mirando a las fronteras, a los vecinos que viven a un lado y otro de la línea, como mejor se entiende el absoluto sinsentido de los nacionalismos y las guerras. Los libros de Historia lo aguantan todo, pero a nivel "micro", personal, las mentiras se descubren solas. Si la mejor manera de conocer la esencia de algo -de cualquier cosa - es mirar a sus fronteras, a sus límites, pues es ahí donde se qué elementos le hacen ser lo que es y no otra cosa, en el caso de las naciones, mirando a las fronteras se descubre su verdadero problema, y es que no tiene esencia, que en realidad no son nada.

La película es también una historia de mujeres. Es curioso que las mujeres, siendo tantas como son y tan distintas entre sí, logren desarrollar una especie de corporativismo del que los hombres somos incapaces. Dos mujeres, sólo por el hecho de serlo, sienten que ya tienen algo en común, tanto más cuánto más les haga sufrir un hombre. Es bonito descubrirlo en lo que desde el primer minuto une a Salma, la viuda que decide luchar por lo único que le queda y a Mira, la mujer del Ministro que se pasa las horas sola en casa con tiempo de sobra para pensar en su vida y su matrimonio.

Esa es la realidad que nos cuenta la película, la vida de las dos vecinas. Y contándonosla logra contraponer de forma magistral lo que le pasa a la gente, la vida, lo que de verdad importa, con la política. Salma, en uno de los momentos más importantes de la historia, lo resume a la perfección: “Yo soy real, y los limoneros también”. “Yo soy real” es la gran afirmación de esta película, una frase que significa mucho más de lo que parece: yo soy real… el resto no.

Pero no sólo ellas. Cada uno de los personajes que aparece nos enseña enseguida "su novela" y nos deja ver muy a las claras cómo no acaba de creerse el papel que le ha tocado desempeñar en la guerra. Ellas dos están además muy bien, y sé que va sonar extraño pero en muchos momentos me he encontrado sorprendiéndome de cómo podrían pasar perfectamente por españolas.

Y encima todo contado muy bonito, mostrando que es posible hablar de un conflicto tan complicado como el árabe israelí, y decir cosas interesantes, sin ser un coñazo.

Sé que no es fácil sacar tiempo para acercarse a los Golem, pero el que lo logre no se va a arrepentir. Y queda de lo más interesante decir que has estado viendo en V.O. la película israelí que ha ganado el premio del público en el festival de Berlín. ¿No?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

vaaaaaleeee, me has convencido, ire a verla