domingo, 28 de septiembre de 2008

La Desconocida (La Sconosciuta)

Uff... Joder con la peliculita...

Ana ha estado a punto salirse a la mitad, y al terminar tenía dolor de cuello por la tensión. Me sigue costando creer que la misma persona haya podido dirigir "Cinema Paradiso" y esto. "Esto", por cierto, va a representar a Italia en los Óscar.

Siempre he dicho que las películas de terror no me gustan. No me gustan porque no suelen dar miedo, y entonces me aburren, pero aún me gustan menos si dan miedo, porque no me gusta tener miedo.

No ha sido el caso porque, aunque se esté continuamente en tensión y haya muchos momentos en los que no sea fácil mantener la mirada en la pantalla, "La Desconocida" no es una película de terror. No tiene el objetivo de hacer pasar miedo, ni siquiera de provocar tensión. La película quiere contar algo, quiere contar la historia verdaderamente dramática -es decir con drama, con argumento - de una mujer que tiene un pasado y que "ha cometido el error" de pensar que puede tener un futuro.

Es una película sobre el sufrimiento y sobre la capacidad de sufrimiento, que cuenta algo que de ser real se podría parecer mucho al infierno en la tierra, si es que eso existe. No sólo es dura por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta; Ana dudaba, al salir, si tanta crudeza era necesaria, y yo creo que sí porque el tono tiene que ser coherente con el fondo para que el fondo sea creíble, o para que nos toque de la forma que nos tocaría si fuera verdad.

Buena parte de la tensión viene dada, creo, porque el Director te obliga continuamente a meterte en el personaje y en los pensamientos de Irina, porque nunca sabes qué está haciendo y menos aún porqué lo está haciendo. Sólo al principio resulta artificial, porque no pasando nada especial la música es del estilo de la de la escena de la ducha de Hitchcock. Sería divertido pasar los primeros 10 minutos con Mamma Mía, a ver qué pasa.

Pero el final, o más bien el tipo de final, se presiente casi desde el principio. Algo hay en las miradas de todos ellos que te hace pensar que no es sólo lo que parece, aunque ni siquiera sea fácil tener claro qué es lo que parece. También decía la crítica de El País -pido perdón por el plagio, si esto lo es - que es una película con trampa para el crítico, porque no se puede decir prácticamente nada sin destrozar el argumento.

¿Es real? ¿Es posible vivir tanto sufrimiento, y actuar de esa manera a causa de ese sufrimiento casi (quitad por favor el casi) infinito? Y la pregunta en el fondo no es tanto si es posible, sino si sucede. Para que una película sea buena tiene que hablar de la realidad, de cosas reales, de sentimientos reales, de ideas que existen.. Yo desgraciadamente creo que sí sucede, que hay personas que sufren infinitamente. Lo que pasa es que sólo imaginarse el tipo de situaciones que producen ese tipo de sufrimientos duele.

Y entonces ¿Tiene caso ir al cine para ver algo así? No lo sé, pero a mí me ha gustado ir. No lo he pasado bien, si por pasarlo bien entendemos divertirnos, pero lo he pasado bien y he aprendido algo.

Además de camino a los Renoir, en la moto, se me ha ocurrido la charla que mañana por la mañana tengo que dar en el Curso de Inmersión de Excellens, en El Escorial. Al llegar he pedido en la taquilla papel y boli (recado de escribir queda más literario) y me he ahorrado el madrugón. No deja de ser la misma idea de siempre, en otro orden, con otras palabras y con otro motivo. Sólo me tranquiliza la convicción de que es verdad.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

No he visto la película, ni sé el argumento porque no lo cuentas pero me ha recordado a un libro de Julien Green "Moira", probablemente no tenga nada que ver, pero a veces sueño con esa angustia, la de haber cometido un error que te arrastre el resto de tu existencia, es horroroso.Qué suerte poder pensar mientras conduces, eso de inspirarse en lugares aparentemenete inapropiados es una suerte, a una amiga mía se le ocurrió la clave de su tesis doctoral en al consulta del pediatra... las fotos de París buenísimas, me llevan a mis tres meses parisinos que me cundieron como media vida y me cambiaron la otra media.A, por detrás y de perfil estupenda.
Por cierto me parece que lo de los avisos no funciona porque a mi esta vez no me ha saltado, iba a escribir, listilla de mi, diciendo que qué rápido te habías desinflado, que bla, que ble...