domingo, 22 de febrero de 2009

Slumdog Millionaire

¿Cómo es posible salir del cine con una sonrisa de oreja a oreja habiendo visto el retrato más descarnado de la miseria humana que uno pueda imaginar?

Miseria material, y miseria espiritual, maldad, ausencia de humanidad. Ya no recuerdo en qué otra película me pasó, no hace mucho, pensar en que -de alguna forma, y pido perdón de antemano- gracias a Dios no somos conscientes de hasta dónde pueden llegar ambos tipos de miseria en el mismo mundo que nosotros vivimos, aquí al lado.

No somos podemos ser conscientes, si lo fuéramos no podríamos vivir como lo hacemos. Sí, sabemos que existe la miseria, sabemos que hay gente que vive vidas que son verdaderos infiernos, pero -de nuevo, gracias a Dios- no nos hacemos una idea de hasta qué punto son reales, de hasta qué punto podrían ser las nuestras.

Hablando de otra cosa, sucede algo parecido con la muerte, no somos conscientes de su realidad hasta que no nos roza de verdad el corazón. El jueves comentaba con P lo duro que fue ver en el telediario la noticia sobre la muerte de Sara y Pablo, de un minuto como mucho: mueren dos personas en el Moncayo, un resbalón, montañeros expertos... Imágenes de unos enfermeros sacando unas camillas de un helicóptero, las típicas declaraciones de un guardia civil, y ya está. A otra cosa, mariposa.

Nadie puede siquiera imaginar, viendo esa noticia, el vacío que Sara ha dejado. Es imposible, ni siquiera nosotros podemos. No podemos imaginarlo, y lo que sí sentimos no podemos expresarlo. Y si uno lo piensa, con todas las muertes sucede algo parecido. No, ya sé que como Sara no hay muchas, pero cada una a su modo, todas las muertes dejan vacíos infinitos. Sí, infinitos.

Estas han sido dos muertes, pensaba yo también, más fáciles de entender y aceptar si Dios no existe. Si no existe, y quienes creemos que sí estamos engañados dedicándonos a una Misión que es mentira, son dos muertes más. Pero si existe, si tal como Sara decía Jesucristo existió y verdaderamente resucitó, si además "nos necesita" para salvar a los hombres, estonces no hay guapo que entienda nada.

Volviendo a la peli, es la leche. Hay que ir a verla. Eso sí, en versión original aunque te llamen snob. La dirección, el ritmo, los actores, la fotografía, la música... y sobre todo la historia, tanto el contenido como el tono, el estilo. ¿Es posible reirse viendo como un niño se cubre de mierda ("cubrir" y "mierda" son en este caso literales) sólo para conseguir un autógrafo de un actor que llega en elicóptero a un barrio de chabolas y luego se va? ¿Es posible que una historia así termine como termina, al estilo de Shrek? Pues sí, y encima queda bien.

Y lo gordo no es lo que cuenta, sino lo que deja ver en segundo o tercer plano, como si nada, mientras trascurre la historia principal. Las escenas que a toda prisa se dejan atrás tienen que estar muy pensadas, algunas de ellas dan para una película ellas solas. Cada uno de los extras tiene una novela, él solito, como para los 10 Oscars a los que está nominada.

http://slumdog.filmax.com/

Vaya 2009... Lo que llevamos en esos dos mesecitos daría para un par de años suficientemente intensos. Si este es el comienzo, no sé que puede pasar de aquí a verano.

4 comentarios:

Iñigo dijo...

Me voy a hacer un comentario a mí mismo, ya sin el sueño de anoche y sabeindo ya que ha ganado 8 o 9 Óscars.

Slumdog Millionaire es dura y tierna, es cruda y bonita, es curiosamente lenta y rápida. Y lo que provoca esa sonrisa que ahora me doy cuenta que ayer no expliqué es el amor que queda por encima de todo lo demás.

Y el primer minuto es sencillamente magistral. Se lo dije a A, si toda la peli es como este minuto se va a llevar todos los Óscars.

Anónimo dijo...

Hola Iñigo, me han pasado tu blog por e-mail, y lo cierto es que me parece muy divertido y entretenido. Has estado en muchos países y etc. A qué te dedicas? eres periodista ? donde trabajas? Leo que tienes hijos, cuantos tienes ?

Animo con tu blog

Iñigo dijo...

Esto que has hecho no es nada bueno para mi ego.

Soy... Esa es la pregunta del millón; soy sociólogo, trabajo en la Universidad Francisco de Vitoria y siempre me he dedicado al munso educativo y por extensión social.

También me atrae todo lo relacionado con el liderazgo, los nacionalismos y movimientos sociales, y últimamente las redes.

Tengo un caballo que se llama también A y llevo tres meses obsesionado con el golf, lo que me hace pensar que me estoy convirtiendo en lo que nunca quise ser.

Tengo tres hijos, R R y A. Soy feliz como una lombriz.

Gracias por tu interés, de verdad.

Anónimo dijo...

Hola Íñigo, muchas gracias por tus comentarios a la peli, y felicidades por tu ojo para acertar con el Oscar. Yo voy a intentar ir mañana a verla, pero vamos con Félix y quiere tiros y cosas de esas. A ver si convenzo a Almu primero... .

Y Sara sigue saliendo por todos lados, me he guardado tu newmanwantedreflexión; me bebo todo lo que leo sobre su vida y muerte esperando alcanzar mayor luz.Un abrazo. Verdi