miércoles, 29 de octubre de 2008

"Elegir una identidad"

Venía pensando que no deja de tener gracia que para publicar un comentario en este blog sea necesario "elegir una identidad". Qué gozada, "elegir una identidad". Así, sobre la marcha, sin más.

¿La identidad se elige? El domingo, después de ver Happy, se me quedaba la pregunta en el aire: ¿Se es Tiger o Igor, o se elige serlo? Los puristas dirán que elegir identidad no es posible porque la identidad es el ser, y que el ser del hombre es el que es. La esencia nos viene dada.

Pero también es verdad que el Hombre no existe en abstracto, que sólo existen hombres y mujeres que de alguna froma "interpretan" esa esencia. La identidad no es sólo lo que uno es, sino cómo es, en realidad quién es. Porque el quién, en este caso, es el qué. ¿Y se puede elegir quién ser, la propia identidad? Yo creo que sí, que de hecho no es que se pueda elegir, sino que no se puede hacer otra cosa que elegirla.

Somos quienes somos, en buena medida, por las infinitas elecciones que hemos hecho o que otros han hecho por nosotros cuando no teníamos uso de razón. Dice Ortega que el Hombre es un quehacer, un "¿Qué hacer?" Respondiendo a esa pregunta a lo largo de la vida, o incluso no respondiendoa vamos conformando nuestra identidad. Sí, aunque sea sin darnos cuenta, ser Tiger o Igor es algo que podemos elegir y que elegimos.

Yo esta semana, por cuestiones que no vienen al caso, he tenido volver a elegirlo varias veces. Siempre me ha gustado pensar que soy una persona alegre, alguien que ve el lado positivo de la vida, que disfruta de lo que tiene, que se lo pasa bien. Y sin darme cuenta estaba volviéndome un quejica, un pesado, un triste de la vida, un cenizo. Y no hay nada más insoportable que un triste, así que no estoy dispuesto.

No lo he hecho solo, por supuesto, me han ayudado. ¿Soy consciente de lo que vale tener los amigos que tengo? No, creo que no. Si en algo en lo que soy rico, si hay algo valioso que tengo y que muy poca gente tiene, son amigos que de verdad me quieren. Me quieren y me conocen, si no no podrían quererme, pero gracias a Dios se han tomado el tiempo y la molestia de descubrir quién soy y cómo soy, y por eso ahora son capaces de ayudarme a descubrir qué es lo que más me conviene, qué es lo que más feliz me puede hacer. De verdad, no creo que mucha gente pueda presumir de unos cuantos amigos así.

Hoy ha pasado algo muy bonito. Por casualidad nos hemos encontrado en la cafetería de la Universidad F, JA, D y un servidor (P ya se había ido, creo) Por alguna razón a D le ha llamado la atención que fuéramos precisamente nosotros cuatro los que estuviéramos, conspirando, y ha comentado que había que ver el "deshecho de tienta" con el que estaba hecho el grupo, y por extensión la Universidad. Nos hemos mirado unos a otros, hemos sonreído y creo que por un momento todos hemos pensado en la gozada que es estar rodeado de amigos así.

Mañana nos escapamos a San Sebastián, aprovechando que ni A ni los niños tienen cole. Según el mapa del tiempo, es el sitio donde menos va a llover de España. Ya veremos, si es verdad y hace bueno traeré aquí un par de fotos como prueba.

En una entrevista, el Director de "Tiro en la Cabeza" dice que ha hecho una película sin ideologías. No hijo no, has hecho una película sin ideas, que no es lo mismo. Y además, ¿De cuándo a esta parte la neutralidad respecto a un asesinato no es o no contiene una ideología?

domingo, 26 de octubre de 2008

Happy

Hay días en los que uno se siente como el protagonista del Show de Truman, días en los todo encaja a la perfección, demasiado para el desorden al que la vida nos tiene acostumbrados. Hoy ha sido uno de esos días. La homilía de Misa de 12 parecía hecha de encargo palabra por palabra desde el principio hasta el fin, y “Happy” no ha hecho otra cosa que desarrollar la idea a la que he estado dando vueltas esta mañana mientras corría.

Pensaba, mientras bajaba por la Avda. de Europa y sin venir a cuento de nada, que la felicidad tiene mucho más que ver con las expectativas que cada uno tiene, y con la forma de mirar a la realidad, que con la realidad propiamente dicha. Que todo depende de ser Tiger o Igor. De serlo, o de elegir serlo, pero eso es ya otra cuestión.

Y de eso trata la película. "Happy" es una película alegre, muy alegre, pero que no habla de una vida alegre sino de cómo mirar a la vida con alegría. En realidad no sucede nada extraordinario en la vida de Puppy, es una vida normal de una solterona profesora de primaria que vive… y que es feliz. Ya está, sin más. Durante un rato me he distraído imaginando una película en la que, sucediendo exactamente lo mismo que en esta historia, la protagonista fuera profundamente infeliz.

Una chica amargada por no haber encontrado el amor su vida y por tener que vivir, a los 30 años y desde hace 10, con su amiga de toda la vida; estresada por tener que aguantar todos los días a 30 niños insoportables por un sueldo mísero –no tiene coche, y nada más empezar le roban la bici-; agobiada por una hermana medio loca que no consigue abrirse camino y que depende de ella; desesperada por encontrarse todas las mañanas dándose cuenta de que sigue haciendo los planes de hace 15 años, y bebiendo más de la cuenta. Y como diría Estepan Estepánovich, así sucesivamente…

Con la vida de Puppy se puede ser muy feliz o muy infeliz, y sucede lo mismo con cada una de nuestras vidas. Tenemos razones de sobra tanto para lo uno como para lo otro, todo depende de con quién nos comparemos, cuánto creamos que podemos exigir a la vida y, sobre todo, de los ojos con los que miremos a lo que pasa.

Después de darle vueltas a estas cosas de repente la película se me ha hecho eterna, creo que porque de alguna forma ya había entendido el mensaje y me sobraba el resto. Pero no han sido más de 5 o 10 minutos, porque al rato Scott, el contrapunto de la protagonista, ha puesto palabras a mis ideas “demostrando” lo que pensaba. Y lo ha hecho, además, muy bien.

No sé si dentro de un tiempo me acordaré de “Happy”, o será una de esas tantas películas de las que acabo diciendo que “sé que me gustó, pero no sé de qué iba”. Juega con ventaja el el hecho de que con ese nombre fuera a verla el día de mi cumple, hasta R se ha dado cuenta de que también esto encajaba. Sí me acordaré, al menos, de la imagen de una profesora entregándose por completo y con una con alegría verdaderamente enternecedora a sus alumnos.

http://www.happygoluckythemovie.com/

Esta mañana la carrera ha dado mucho de sí, y ya llegando se me ha ocurrido una idea divertida para proponer al Hormiguero, el programa de Cuatro, que sinceramente creo que si sale puede cuadruplicar la recaudación de Un Kilo de Ayuda de aquí a Navidad.

jueves, 23 de octubre de 2008

El lunes a las 9:30 churros y porras en la UFV

Creo que llevaba toda la vida esperando la oportunidad de hacer como los futbolistas y anunciar algo en mi blog para que luego "los medios se hagan eco".

La cuestión es que el domingo cumplo 37 años y que, como ya viene siendo habitual, el LUNES 27 invitaré a churros y porras a todo el que quiera y pueda pasarse por la cafetería de la Universidad. La mercancía llegará a las 9:30, y la invitación durará hasta agotar existencias.

Este año voy a tirar la casa por la ventana y voy a encargar exactamente 34o unidades, para prever la repercusión de esta publicación en el blog y sobre todo para que RA y CM no se quejen. También intentaré poner unos termos de café, pero no puedo prometerlo porque aún no he negociado con Aramark.

LLevaré la furgoneta -ya lo saben los lectores habituales del blog - para luego no tener problema en llevarme los regalos a casa. Si alguien me iba a regalar una furgoneta casi prefiero que la cambie y me dé la pasta, que está la cosa mu mala.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Sentimentalismo

Lo recuerdo bien, aunque creo que no acababa de entenderlo: en Iuve, hace cosa de 15 años y también menos, una de nuestras principales luchas era la que librábamos contra el racionalismo y el cientifismo. El “Momento Histórico” de nuestro ideario empieza por describir la modernidad, y ya en el segundo punto se cita la mentalidad científico cécnica, justo después de la secularización y antes de la inmanencia y del espíritu capitalista-burgués.

Teníamos bastante claro que la nuestra era una sociedad moderna y postmoderna al mismo tiempo, y por eso también la postmodernidad se describía en aquél Momento Histórico. Dentro de ella, y de nuevo en el segundo punto, ya se adelantaba “el fin del logocentrismo y el pensamiento débil” y sólo como breve apartado dentro de él, la “Hipervaloración del Sentimiento” en seis míseras líneas. No es mucho, pero sí una muestra de que nuestras intuiciones de por dónde iban los tiros no estaban desencaminadas.

Comentaba ahora mismo con A que si hoy reescribiéramos el ideario, y a lo mejor deberíamos hacerlo, el sentimentalismo tendría que tener entidad de capítulo. Hoy casi mataríamos por aquél racionalismo y aquél cientifismo que tan poco nos gustaba; porque el racionalismo se puede combatir con la razón y el cientifismo con la ciencia, pero contra el sentimentalismo es mucho más difícil luchar sin caer, claro está, en el propio sentimentalismo.

El viernes pasado el telediario de Cuatro trataba la noticia del “bebé medicamento” (Sólo el nombre es demencial porque es la exaltación del reduccionismo y de la visión utilitarista de la persona, pero no es ese el tema que quería traer aquí) La noticia empezaba con una imagen del comunicado de los obispos, que un locutor iba leyendo. El comunicado, como es ya bien sabido, denuncia la destrucción de embriones para “producir” el niño y hace referencia a otros documentos de la Iglesia en los que se trata el tema de la dignidad de la persona humana desde que es concebida.

( http://www.conferenciaepiscopal.es/actividades/2008/octubre_17.html)

En una sociedad racionalista o cientifista a continuación se habrían expuesto, aunque seguramente con conceptos equivocados y confundiendo categorías, argumentos en contra de las afirmaciones de los obispos. Pero no, qué va, hoy ya no. No hay argumentos, no hay discusión, no hay refutación, no hay nada. Lo que dicen los obispos ni siquiera llegan a comentarse, sino que con la frase “pero eso a la madre no parece importarle mucho”, rápidamente a la imagen del comunicado le sucede la de Iñaqui Gabilondo y la feliz madre con el niño en brazos, en la habitación del hospital, diciendo que es un bebé monísimo, muy esperado, y que ha traído la alegría a la familia.

Qué difícil, ¿Verdad? ¿Qué se puede decir o hacer contra eso, que sirva para algo? Luchar con las mismas armas sería poner las imágenes de los embriones destruidos, pero lógicamente por ahí los obispos no van a entrar. Por eso la batalla en una sociedad sentimentalista es lenta, difícil y a veces un poco desesperante. Menos mal que sabemos que al final ganamos. Es un sentimentalismo que además desemboca en un individualismo feroz que ya ni nos sorprende: el año pasado "La república independiente de tu casa" de Ikea acababa en la puerta de la calle, pero este año la frontera de "la república independiente de la república independiente de tu casa" es la puerta de la habitación. De otra forma, sin querer, estaríamos fortaliciendo la familia, y eso sí que no.

Por cierto, el último párrafo del comunicado de los obispos es “Con estas aclaraciones no se juzga la conciencia ni las intenciones de nadie. Se trata de recordar los principios éticos objetivos que tutelan la dignidad de todo ser humano.” Al día siguiente, El País titulaba en su primera página: “El pecado de nacer para salvar a un hermano” Sin comentarios.

domingo, 19 de octubre de 2008

Camino

Ha sido un domingo movido. He recorrido, en total, 487 km: 15 corriendo y recorriendo San Sebastián, en 1h 23m; 450 en coche, desde San Sebastián a Pozuelo, en 4h justas; y finalmente 22 en moto, para ir a ver "Camino" a los Renoir de Majadahonda. Esos últimos me los podía haber ahorrado.

Me he salido a la mitad no porque me sintiera incómodo, que también, sino sobre todo por no perder el tiempo, porque estaba claro que en la hora y veinte que quedaba no iba a aprender nada nuevo, ni sobre el Opus Dei ni sobre nada. En la moto, de vuelta, lo que sentía era rabia: no es fácil que un tipo inteligente como Fesser se dedique a hacer una película sobre algo tan interesante como el Opus, y por eso esta superficialidad es sobre todo una oportunidad perdida.

En el coche me he metido con D.A. por haber criticado la peli en su blog sólo por el trailer, sin haberla visto, y ahora toca arrepentirse y retirar lo dicho. Una vez vista es muy fácil imaginarse el trailer, y seguro que de esos 3 o 4 minutos se pueden sacar las mismas conclusiones que de la hora larga que yo me he tragado.

Lo que hace Fesser es al mismo tiempo ridiculizar y demonizar el Opus - y por extensión la Iglesia - con los típicos tópicos sobre los que nadie puede pedirle explicaciones, entre otras cosas porque al principio se encarga de dejar muy claro que la historia está "inspirada en hechos reales". "Inspirada"... Es la coartada perfecta para decir lo que le dé la gana sin tener que ser fiel a nada.

La historia ridiculiza al Opus dando forma a la "típica" madre beata, imbécil y manipuladora que no piensa en nada más que en la religión y cuyo único interés es comer el coco a su hija para que se haga numeraria, tirando de los tópicos fáciles de no dejarle leer cosas normales o estar con chicos, o ponerse ropa bonita... Pero lo peor es que lo demoniza contándonos cómo todo eso vuelve completamente loca a la niña, que acaba atormentada por las pesadillas con un ángel de la guardia demoniáco que le separa de todo aquello que merece la pena en la vida, que es lo que querría hacer si su madre no se lo impidiera.

Pero no sólo es el Opus lo que deja por los suelos, sino la propia fe.

En el resultado de cualquier comunicación influye tanto el mensaje como -además de otras muchas cosas- el emisor y el receptor del mismo. Si Fesser no quería ridiculizar el hecho religioso en sí tenía que haber tenido en cuenta quiénes iban a ir a ver su película. Daba un poco de pena, y también ponía de mala leche, asistir a las reacciones tan tontas de las no más de 50 personas que había ante una escena en la que la niña ofrece su dolor y pide ayuda para superarlo. O ante otra en la una monitora habla a unas niñas sobre la vocación como llamada.

En resumen, nada vale para nada porque lo que en la película no es esperpéntico "per se" lo convierten en esperpéntico los prejuicios de quienes están viéndola.

Yo no conozco bien el Opus Dei. Aunque no me atrae especialmente, mis prejuicios sobre sus miembros son más positivos que negativos porque compartimos lo más valioso que tenemos. Esos prejuicios han venido confirmándose, poco a poco, por todas y cada una de las personas del Opus a quienes he conocido. A lo mejor es que he renido muchísima suerte, pero no he conocido a nadie como esa señora meapilas, amargada e insoportable de Fesser. Pero claro, a Fesser no le puedo decir nada porque él no está retratando a nadie concreto, sólo se está "inspirando" en hechos reales (o que él considera reales, que por lo que he oído muchos dicen que no lo son)

No sólo ha hecho una película superficial perdiendo la oportunidad de hacer una película profunda, no sólo ha hecho una película mala pudiendo haber hecho una buena, lo peor es que pudiendo haber hecho una película valiente ha hecho una película cobarde.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Robaperas

Ayer Isabelleza, una nueva lectora que no acabo de tener localizada, me envió este vídeo divertidísimo - aviso, está en inglés - sobre la crisis financiera.
http://www.youtube.com/watch?v=mzJmTCYmo9g

No deja de ser curioso que ahora todo el mundo entienda esta crisis a la perfección y no pueda explicarse cómo nadie se daba cuenta de lo que iba a pasar. Se veía venir, estaba claro que era un bluff, que debajo de todo ese dinero no había nada, que era un castillo de naipes que antes o después se caería... A toro pasado, qué raro.

Yo hoy he decidido, por cierto, que uno de los lujos que me daré cuando esté forrado será ir al fisio todas las semanas, si es posible los lunes a primera hora. Si puedo, además, será un fisio particular que vendrá a casa. Eso de tumbarte y dejar que te toquen y te arreglen es una gozada, y a mi edad imprescindible para poder seguir haciendo ejercicio diario.

Y hablando de edad no quiero dejar de aprovechar este foro para anunciar que el próximo día 26 cumpliré si Dios quiere 37 añazos, quiero pensar que bien llevados. El lunes 27 tendré que ir en coche a la Universidad, para poder llevar los churros y para traerme después todos los regalos.

Esta mañana he estado desayunando con E. Qué gusto da ver un hombre de una pieza, íntegro, entero, qué paz trasmite. Da gusto y también envidia, porque uno tiene continuamente la sensación de estar engañanando a todo el mundo, y claro, a uno mismo también. El pasado viernes me lo preguntó J.A. y me dejó de piedra. ¿Eres de verdad, o es una fachada? Menos mal que siguió hablando y no me dejó contestar, porque sinceramente no habría sabido qué contestar. A lo la verdad, o casi, y la habría cagado.

Porque uno piensa muchas veces que su vida es un poco una mentira, que es sólo una fachada, que continuamente está dando el pego con una careta que nada tiene que ver con lo realmente hay debajo. Pero por otro lado, pensándolo bien, como uno nunca ha dejado ni de pensarlo ni de decírselo a quien le ha querido escuchar, es una mentira que de alguna manera se convierte en verdad. Recuerdo perfectamente estar en CH, paseando con el PLG, y preguntándole con toda sinceridad: ¿Pero a usted le han contado quién soy y cómo soy? ¿Están seguros de lo que hacen?

Con E he estado comentando, de nuevo, toda esta historia del liderazgo y de la tesis. Le ha encantado y me ha animado a poner en marcha un centro internacional de liderazgo, una especie de escuela que genere conocimiento alredor de un concepto fundamental en el que cada tenemos mucho que aportar. Al final será que no, pero es una idea preciosa que perfectamente podría hacer con S.

Una tesis que por cierto a lo mejor sólo quiero hacer para luchar contra el tedio y para llenar un vacío que de antemano sé que no voy a llenar con la tesis. Es lo de siempre, huir hacia adelante. Como decía la pintada del baño de físicas, "la sabiduría me persigue pero yo soy más rápido". También decía: "En este p. lugar, donde no hay clavo ni argolla, el abrigo has de colgar en la punta de la p." ¿Porqué no se me habrá olvidado esto? Porque hay muchos baños en los que habría que pintarla, creo.

Hoy, por razones muy distintas, me he enfadado con R y con G. Son dos buenos amigos. Cada cual más raro, pero dos muy buenos amigos, de los que no es fácil hacer. Por eso también de formas distintas nos hemos "ajuntado" de nuevo.

En la conferencia del otro día de JJL: "Voltaire decía que necesitaba que su jardinero creyera en Dios para que no le robara las peras" Es lo mejor que he oído en mucho tiempo, otra cosa que creo que no se me olvidará. A lo mejor otro día vuelvo sobre ello, porque creo que tiene chicha.

domingo, 12 de octubre de 2008

Los Limoneros (Lemon Tree)

Me he llevado una gran alegría cuando he visto en la web de la película que el Director es judío, estaba convencido de que sería palestino.

La historia es la siguiente: el recién nombrado Ministro de Defensa Israelí se muda a una casa pegada a la frontera palestina, y el servicio secreto decide por motivos de seguridad talar el campo de limoneros de su vecina de enfrente, una joven viuda árabe que lo heredó de su padre.

“Los limoneros” es por tanto una película de frontera, lo que a mi juicio es un grandísimo acierto; porque es mirando a las fronteras, a los vecinos que viven a un lado y otro de la línea, como mejor se entiende el absoluto sinsentido de los nacionalismos y las guerras. Los libros de Historia lo aguantan todo, pero a nivel "micro", personal, las mentiras se descubren solas. Si la mejor manera de conocer la esencia de algo -de cualquier cosa - es mirar a sus fronteras, a sus límites, pues es ahí donde se qué elementos le hacen ser lo que es y no otra cosa, en el caso de las naciones, mirando a las fronteras se descubre su verdadero problema, y es que no tiene esencia, que en realidad no son nada.

La película es también una historia de mujeres. Es curioso que las mujeres, siendo tantas como son y tan distintas entre sí, logren desarrollar una especie de corporativismo del que los hombres somos incapaces. Dos mujeres, sólo por el hecho de serlo, sienten que ya tienen algo en común, tanto más cuánto más les haga sufrir un hombre. Es bonito descubrirlo en lo que desde el primer minuto une a Salma, la viuda que decide luchar por lo único que le queda y a Mira, la mujer del Ministro que se pasa las horas sola en casa con tiempo de sobra para pensar en su vida y su matrimonio.

Esa es la realidad que nos cuenta la película, la vida de las dos vecinas. Y contándonosla logra contraponer de forma magistral lo que le pasa a la gente, la vida, lo que de verdad importa, con la política. Salma, en uno de los momentos más importantes de la historia, lo resume a la perfección: “Yo soy real, y los limoneros también”. “Yo soy real” es la gran afirmación de esta película, una frase que significa mucho más de lo que parece: yo soy real… el resto no.

Pero no sólo ellas. Cada uno de los personajes que aparece nos enseña enseguida "su novela" y nos deja ver muy a las claras cómo no acaba de creerse el papel que le ha tocado desempeñar en la guerra. Ellas dos están además muy bien, y sé que va sonar extraño pero en muchos momentos me he encontrado sorprendiéndome de cómo podrían pasar perfectamente por españolas.

Y encima todo contado muy bonito, mostrando que es posible hablar de un conflicto tan complicado como el árabe israelí, y decir cosas interesantes, sin ser un coñazo.

Sé que no es fácil sacar tiempo para acercarse a los Golem, pero el que lo logre no se va a arrepentir. Y queda de lo más interesante decir que has estado viendo en V.O. la película israelí que ha ganado el premio del público en el festival de Berlín. ¿No?

jueves, 9 de octubre de 2008

Balzac

A.T. publica sus diarios cinco años después de haberlos escritos, y de esa forma se evita que sus amigos, al leer algo especialmente críptico o triste, le llamen preocupados para ver si está bien. Yo no, y salgo ganando.

Desde hace unos días en casa se está instaurando la tradición del "minicampeonato" de futbolín cuando llego de la Uni o cuando acabo de correr. Participamos los cuatro Sáenz de Miera, funciona a modo de ligilla con el sistema del rey de la mesa, y gana el que llegue a seis goles. Seis es el resultado de negociar con R: él empezó quriendo 0 y yo 3, y aunque número redondo que debería haber salido es 5, su infinita insistencia nos evitó a todos rimas incómodas.

Todos los que le conocen saben que R es un poco llorón, pero ayer se superó con creces. Empezó ganando y terminó ganando 6-0-0-0, y... llorando. No nos lo podíamos creer, lloraba porque había durado poco, porque había sido demasiado fácil. De hecho nada más meter el último gol, el que debería de haber desatado su alegría y la rabia de todos los demás, se arrepintió y nos suplicó a todos que le dejáramos repetir... El resto no entendíamos nada, es lo que pasa cuando literalmete te cambian los esquemas, los principios sobre los que se asienta todo.

Sin que tenga nada que ver, de repente me ha recordado a aquella vez en la que experimenté en primera persona cómo en el País Vasco sobra el dinero, y cómo eso es peligroso porque lleva a la gente a hacer (más) tonterías.

Fue negociando los honorarios por la representación de ARTE en Deba. Yo le pedí al encargado de festejos 1.500 € gastos incluidos. Él contestó que no, que los gastos no tenían nada que ver. Vale, dije, ya un poco sorprendido: 1.500 más los gastos. No, no puede ser, dijo de nuevo el concejal, con la seguridad del que sabe bien lo que hace: por menos de 5.000 no contratamos a nadie. Me descolocó, y no supe decir más de 2.500, más que eso me parecía un robo, y robar es pecado. Al final acabé cediendo y la cosa terminó en 3.000. Esos mismos 3.000 fueron los que luego pedimos, sin dudarlo un segundo, al ayuntamiento de Boadilla. Si se lo gastaron en nostros no quiero ni pensar en qué bobadas se gastarán los ayuntamientos el dinero. Y las comunidades, y los ministerios, y las diputaciones, y las fundaciones...

Qué curiosos y qué extraños son, si lo pensamos bien, algunos sentimientos humanos. El orgullo, por ejemplo. Es muy fácil de experimentar, todos continuamente hacemos por orgullo cosas que sabemos positivamente que no nos van a hacer más felices. Lo sabemos, pero no somos capaces de superar el orgullo y seguimos haciéndolas. "No soy capaz de superar" el orgullo. Pero si es mío, si está dentro de mí, y mío es también el convencimiento de que debería no hacerle caso. Qué raro. Digo todo esto porque esta ha sido, o está siendo, la semana del orgullo.

¿El orgullo y la vanidad son lo mismo? No, pero casi.

No sé si las cosas realemente suceden con cierto orden y con un motivo concreto que está más allá de ellas mismas, o si nosotros creamos artificialmente ese orden, uniendo con líneas rectas invisibles cosas que están desordenadas, para hacer la vida un poco más entendible.

Desde hace unos días me da la sensación de que en cualquier discusión importante surge la cuestión de la necesidad de elaborar un discurso serio y potente sobre el tipo de liderazgo que desde la Universidad queremos ofrecer al mundo de la empresa. Yo creo que no lo tenemos pero como diría Ortega "estamos en él". Mejor, no pasa nada, así me puedo encargar de escribirlo en la tesis. Empiezo a tener claro lo de la tesis, espero no desinflarme a la primera.

El día que deje de correr voy a dejar de tener ideas. Ya no me atrevo ni a estirar antes de escribirlas, para que no se me vayan tan de repente como llegaron.

lunes, 6 de octubre de 2008

Huir hacia adelante

Qué complicado es coger el toro por los cuernos, enfrentarse a la cruda realidad o hacer las cosas difíciles en las que de verdad nos jugamos el tipo. Es mucho más fácil huir hacia adelante, o a donde sea.

Ayer, corriendo y escuchando a Julieta Venegas:


Tengo una cita pendiente con mi soledad para ver quién soy cuando nadie está mirando. Tengo una cita pendiente con la mujer que soy, no la que fui hace tanto ni la que ven los demás...

…Pero no, mejor me voy. A donde sea. Prefiero una mentira disfrazada y ese ruido que me separa de la realidad.


Y es que claro, la realidad es a veces muy jodida.

domingo, 5 de octubre de 2008

Tiro en la Cabeza

Qué tontería más grande. A, espero que en broma, se preguntaba si no habría algo que no habíamos entendido.

Al principio tiene su gracia, eso de que no haya diálogos, eso de seguir con una cámara a un señor mientras compra el periódico, va a al parque, se toma un café, coge el tren, charla con amigos, va a una fiesta... Sin escuchar ni una sola palabra de lo que se dice. Tiene su gracia porque te obliga a hacerte tu propia película, a imaginarte quién será cada uno, de qué hablarán, que les unirá, quién será el malo.

Pero la cosa deja de tener gracia enseguida, como es lógico. En algún momento he llegado a pensar si no sería una especie de experimento social para ver quiénes son los primeros en salirse. Aunque intentes seguir el juego, meterte, continuar imaginando quién será cada uno y de qué hablarán, el hecho de que no pase nada, absolutamente nada, no ayuda, y es inevitable ponerte a pensar en el tiempo, en la crisis, en los recados pendientes...

Es horrible admitirlo, pero la única razón para no salirse es esperar a ver el tiro en la cabeza, esperando que de alguna forma eso dé sentido al tiempo perdido. Si no fuera por el título, a los 20 minutos no quedaba nadie en la sala. Hemos salido todos rápido, sin mirarnos a la cara, para evitar que nadie nos reconociera como uno de los 60 bobos que han aguantado la hora y cuarto. Eso es lo único bueno, que es corta.

Pero la peor tontería no es la del silencio, sino la del fondo que ese silencio parece revelar. Porque el único sentido que podría tener esta bobada es la pretensión de enseñar "los hechos" tal y como son, crudos, sin juicios. Que sólo se vea lo que pasa para que cada uno saque sus propias conclusiones... Una soberana estupidez. Porque los hechos también son los motivos, los miedos, las mentiras, las invenciones, los traumas. También son hechos, y mucho más importantes que si el asesino bebe vino o cerveza, lee el periódico o le pone los cuernos a su mujer.

La película, queriendo ser objetiva, acaba por no contar nada en absoluto. Un tipo vive, y un día se junta con otro y matan a otros dos. ¿Y qué? Sólo se sabe que son los muertos son policías por la única palabra que se oye en la película es “Txakurra”, perro. Por eso no acabo de entender que haya gente que se haya dedicado a hacer juicios políticos. Ayer mismo, en la boda de P, C me decía que le habían comentado que a la película se le había echado en cara el trato excesivamente amable del terrorismo. Ni eso podría decir, siendo sincero en realidad no se puede decir nada.

Pero da igual, hoy ha sido un buen domingo.

Por la mañana he ido a pegar unas bolas (ya hablo casi como un profesional) con D, y por la tarde corriendo 15 km para comprobar mi estado de forma he visto con toda claridad el que puede ser el eje sobre el que gire mi tesis: el amor es el elemento central del liderazgo, saber amar y ser capaz de hacerlo (tanto a uno mismo como a los demás) es lo que hace que un líder lo sea. Lo demás son florituras, imprescindibles pero muy secundarias. Por eso el más líder es, al final, el que más ama.

jueves, 2 de octubre de 2008

Crisis

"El dinero que se pierde, ¿Adonde va a parar?"

La respuesta es casi imposible porque la pregunta es engañosa: no había el dinero que creíamos que había, y ese es el problema de fondo. Se daban créditos a viviendas sobretasadas a gente que no iba a poder devolverlo, y ese dinero que no iba a ser devuelto se contabilizaba como activo, como riqueza. Ese parece ser el origen de esta historia. No es la única causa, sólo es el origen, porque esto ha hecho saltar por los aires otro montón de dinero no existente, no real, que salía de operaciones y productos financieros a cual más creativo.

Nos contaba Parker, allí en Palo Alto, que la aparición de las opciones sobre accines hizo cambiar por completo los principios de las finanzas y las reglas de los mercado, hubo un antes y un después. Antes de que existiera la posibilidad de comprar no una acción, sino el derecho a comprarla si se quería, el riesgo era inversamente proporcional al precio. Un valor con mucha volatilidad costaba poco, porque tenías riesgo de perder, y un valor seguro era caro porque... porque era seguro, parecía que no fuera necesario explicarlo.

Después eso cambia. En la opción sobre una acción sólo compras la acción si quieres, y sólo la quieres comprar si está más arriba de lo que estaba, con lo que la "parte de abajo" de la curva virtualmente desaparece y lo que interesa es un valor muy volátil, que pueda subir o bajar mucho... El riesgo es caro... luego el riesgo es bueno ¿No parece sensato, verdad? Ahí hay dinero que de alguna manera no es real, o que no está asentado sobre valor real. Es la famosa pregunta sobre si los beneficios financieros, que en los US llaman "value", son realmente value o sólo money, o ni siquiera money, sino sólo figures, números.

George Edwards, en El País, uno de estos días, hablaba de este problema de la riqueza que se crea - que no se crea, en realidad - sin estar fundamentada en nada nuevo que agregue valor a nada, en ninguna cosa ni promesa de cosa. Yo creía que no lo entendía porque no sabía de finanzas, pero parece que el tema es más gordo y mucho más complicado. Son todo apuestas aseguradas sobre otras apuestas, que bajan o suben sólo por cómo se sienten o cómo reaccionan un día determinado los que compran y venden. Es un juego, nada más.

Cuando hace unos días todo esto empezaba a estallar de verdad en Wall Street, la autoridad competente -que no recuerdo cuál es - prohibió apostar a la baja, es decir, ganar dinero si las acciones bajaban. Infiero que antes era perfectamente posible, y que a nadie le parecía extraño.

¿Y nosotros? Nosotros pagamos el pato sin haber hecho nada para ello. Porque nadie nos puede culpar, a nosotros, de no saber que unos tipos de interés excesivamente bajos estaban animando a la gente a pedir créditos que no iba a poder pagar, que eso iba a encarecer los pisos por exceso de demanda... y todo lo demás. Pero ahora nos los suben porque los bancos no se fían unos de otros, y todo esto nos pone nerviosos, y no nos atrevemos a gastar, y no nos atrevemos a invertir, a contratar, a prestar, y eso general paro... Vamos, que la cosa por arte de birli birloque se vuelve muy real y ahora ya está bastante jodido pararla.

Aunque si no te echan del curro o te bajan el sueldo y no tienes hipoteca o la tienes muy pequeña, y no necesitas vender nada, este es el mejor de los mundos posibles. Los precios de las casas bajan, comprarse un coche o una moto es mucho más barato que hace un año, no hay que reservar en los restaurantes y no hay cola en Massimo Dutti. En la panadería de la esquina, la de la Avenida de Europa, la semana pasada bajaron el precio de la barra.

Por eso nosotros vamos a aprovechar la crisis y el finde del 19 nos vamos a ir con A y M y G y A a correr los 15 km de San Sebastián (de Guipúzcoa, no de Los Reyes) y a ponernos ciegos de pinchos y vinos. Hoy incluso G me ha dicho que a lo mejor se animaba a correr, pero no me lo acabo de creer.

Dije que lo pondría en el blog, y lo pongo: A, que obviamente no es A, se ha zumbao por fin al vecino de enfrente, que tiene nada más y nada menos que 56 años. A mí me parece fenomenal y hasta me da un poco de envidia (No por el vecino, que a eso no hemos llegado. Ni por A... Ni por... en qué jardines me meto...)

No hago más que pensar que lo que de verdad me apetece es hacer un diario escribiendo algo aquí todos los días. Pero si me suelto y me pongo intimista me da miedo que me salga un poco triste, un poco melancólico, un poco coñazo. Porque aunque no lo parezca yo soy así.