miércoles, 12 de noviembre de 2008

Poetas de sus vidas

Me sigue impresionando, y no es falsa modestia, que haya gente que siga entrando en este blog. No es mucha, pero es mucha más de la que tendría sentido que entrara. Hasta el anuncio de los churros no pasábamos de 50 visitas diarias, el día de los churros hubo 320, el lunes siguiente la cifra aguantó en algo más de 100, y un lunes cualquiera estamos entre 50 y 70. Me parece una pasada, y más aún el hecho de que un domingo cualquiera, o incluso hoy mismo, haya 24 personas a las que de repente se les ocurre entrar aquí a ver qué coño cuento.

Corriendo esta noche había decidido dejar de escribir por un tiempo. En realidad lo decidí ayer dando un paseo por la Avenida de Europa, y hoy no hacía más que confirmar la decisión. Lo hice porque no puedo escribir de lo único que me gustaría escribir, y escribir de cualquier cosa me parecía mentir. Y me lo sigue pareciendo, pero bueno...

Tengo que tener cuidado con estas cosas. El otro día MJ, muy seria, y en medio de una reunión d trabajo, me dijo que estaba preocupada por el tedio existencial que yo había escrito aquí que me invadía. Me dejó sin palabras,me sentí como si me hubieran pillado, de alguna forma, desnudo. Yo escribo resguardado en mi casita, solo, tranquilo, y a veces digo (me digo) cosas que sólo diría a un buen amigo y después de media botellita de vino. En cambio lo suelto aquí, al aire, sin sabe ni quién va leerlo, ni cuándo, ni cómo lo va a interpretar.

La semana pasada me escribió un mail G, y me dijo que quería quedar a tomar algo. Con esto de la crisis, lo primero que pensé es que quería trabajo y me equivoqué. Es un tipazo, este G. Es un tío sencillo, limpio, transparente. Y es muy valiente, porque confiar en alguien es muy arriesgado. Tomamos una caña más rápido de lo que a los dos nos habría gustado, pero le dió tiempo a ponerme al corriente de su vida, que no ha sido nada fácil los últimos meses. Pero se vé que ha tirado para adelante, sin esconderse, sin huir, cuando habría sido lo más fácil. Dijo que me había escrito porque desde el blog le había llegado energía positiva, pero es que tiene un rollo oriental un poco extraño. Ya le dije que tenía que hacer el máster de humanidades.

"The proper study of mankind is man". Así empieza el libro que acabo de terminar, de Zweig, "Tres poetas de sus vidas: Casanova, Stendhal, Tolstoi". Es un título raro, cada vez que lo veía en la mesilla me recordaba a aquella exposición de dibujos de Alfredo que se llamaba "Moscú, Nueva York, Murcia".

Es parte de una colección que se llama, qué nombre tan bonito, "Constructores del Mundo". Cuenta las vidas de tres personas que centran su vida en su propia vida, que se convierten ellos mismos en el centro de sus historias personales.

De Casanova: "No importa la misión que se le encomiende, jamás admitirá ser un novato en la disciplina en cuestión, adoptará de inmediato el rictus más serio, el del experto, y en su condición de farsante innato dará algún rodeo hasta conseguir salir airoso y con dignidad de los asuntos más peliagudos" Y luego: "Una plenitud vital tan desbordante va unida casi siempre a una escasa profundidad del alma. Para poder nadar con tal agilidad y presteza sobre todas las aguas, tal y como lo hace Casanova, es preciso ser, ante todo, ligero como un corcho". Qué miedo... Al menos él ligaba mucho.

Pero el capítulo más impresionante es el de Tolstoi. Es el más trágico. Es la historioa de un hombre que en la plenitud de la vida, teniéndolo todo y atreviéndose a escribir "soy totalmente feliz", de repente se enfrenta al abismo de la muerte, del sin sentido, del vacío, de la nada, y a partir de ese momento su vida será completamente distinta, nunca conseguirá escapar del vértigo. Voy a pedirle a R que lo encargue para la biblioteca, por si alguien lo quiere.

Roque ganó la semana pasada el concurso de futbolín y se llevó los seis euros del premio. Rocío va ganando este, pero es porque juego con ella me dejo ganar. Ahora mismo es mi preferida, no me importa admitirlo, me vuelve completamente loco.

La semana pasada vinieron a cenar un grupo nuevo de amigos, es bonito eso de hacer amigos, aunque es algo que se hace poco a poco. Lo pasamos muy bien, me dieron envidia N y E que están viviendo en París. Cenamos humus con mojitos, salmón marinado con albariño, y pato al chocolate con cava. De postre mousse de chocolate y y mousse de limón con coulís de frambuesa.

El domingo iré a ver "Bella", creo, en respuesta a las quejas de los lectores sobre la pereza que me daba. "Si has ido a ver Camino, ahora vas a ver Bella", fue la sentencia de S. Como para decir que no.

¿Y de lo del golf? ¿No digo nada? No, aún no.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi abuela me regala cada verano, desde hace cinco un libro de Zweig, es uno de sus autores favoritos y aunque lo haya leido hace veinte años es capaz de recordarte el argumento, el nombre de los personajes y lo que más le llamó la atención (La piedad peligrosa, María Antonieta, María Estuardo, Memorias, y El legado de Europa que lo tengo en la mesilla sin empezar).
Enhorabuena por tantas entradas, supongo que como siempre estás como el de "que viene el lobo" que hoy lo dejo, ay que no,ay que si...¿es una estrategia de marketing ?

Anónimo dijo...

¡Ah! ¿Así que A está montando a Duque?

Anónimo dijo...

Me parece muy bien lo de la equitación de A, pero que no olvide pedir permiso a R para usar la silla de montar (si es la que creo) porque su abuelo se la regaló a él. A anónimo anterior le digo que he leido todas las obras de Stefan Sweig que señala y el legado de Europa que aún no ha empezado es magnifico.Yo comencé aleerle con la biografía de Fouché. Yo tambien tengo ganas de ir a Paris. Lo voy a solucionar llevando a R a Disneyland un día de estos.