domingo, 20 de septiembre de 2009

Frozen River

Hace un rato, viendo Frozen River, me he llegado a asustar al pensar en las estupideces por las que nos preocupamos muchas veces, al pensar en la importancia que damos a cosas que no la tienen y en los disgustos que nos llevamos día sí y día no por cuestiones completamente superficiales.

Es raro que me haya pasado eso, ahora que lo pienso, porque para pensar ese tipo de cosas hay que salir por un momento de la película y del mundo que cuenta, para pensar en el mundo de fuera de la sala, ese que llamamos mundo real. Y digo que es raro porque Frozen River consigue –o eso me había parecido- meterte de lleno en el mundo que crea, en ese mundo frío y de color gris donde cada uno de los personajes lucha por lo suyo y por los suyos.

Acabo de googlear el nombre del Director, Courtney Hunt, para ver qué películas había dirigido antes de esta, pero resulta que es su primer trabajo como Director. Lo he buscado porque la película destila algo especial, una sensibilidad y una ternura que no es fácil de encontrar en el cine. Es tierna, sobre todo, la relación entre los dos hijos de la protagonista: en las circunstancias que se cuentan, lo normal en el cine que se hace hoy que es que el hijo mayor hubiera sido un capullo egoísta, y es todo lo contrario.

Por eso decía que en el mundo helado de Frozen River cada uno lucha por los suyos. Esto sí es amor, y no los egoísmos camuflados de la Coixet. Y eso dentro de la dureza de la historia y de algunas de las cosas pasan dentro de la historia, que le tienen a uno en vilo desde que empieza la peli hasta el último minuto. Esta sí que le he dicho a A que se la baje, aunque parece que ahora está con problemas con el Ares. Será nuestro amigo Tedy, que nos habrá metido un virus en el ordenador para que no delincamos.

Ha sido un fin de semana muy bonito. Un fin de semana normal, pero en el que todo ha sido especial. No sé si me explico. Cenar fuera los viernes -como hicimos- es normal, pero la cena de este viernes fue especial. Levantarse tranquilamente el sábado en casa, sin nada que hacer, es lo normal, y aunque eso es lo que hicimos, ayer fue especial. Así pasó un poco con casi todo, y da gusto porque las mismas cosas, vividas con intensidad, son completamente distintas. Es lo que decía el otro día, por lo que por cierto me acusó un lector de plagio: No es lo mismo vivir que vir. No, no es lo mismo, no tiene nada que ver. Vivir es mucho más apasionante, mucho más divertido.


Esta foto está tomada en la pradera de casa, en Cercedilla, hace exactamente 12 años: el 20 de septiembre de 1997. A dice que estoy mucho más joven pero yo me veo igual. Ella no, ella está hoy mucho mejor. Nos lo pasamos muy bien ese día. Empezamos a eso de las 11 y a no fue hasta las 5 de la mañana cuando nos montamos en el Twingo y nos fuimos al Parador de Segovia a descansar un par de días antes de irnos a Marruecos. Me acabo de dar cuenta de que esas fotos no las tengo colgadas en Picassa, esta misma semana lo hago.

12 años. Es todo o no es nada según se mire, o según con qué se compare. Es como cuando A pregunta ¿15 minutos es mucho? Pues para estar debajo del agua sin respirar sí, pero para dormir por la noche no. No, el símil no vale. 12 años de casados son muchos se mire como se mire. Puesto en días son 4380, pero tampoco eso da una idea de lo que es. Tres hijos de 11, 8 y 6 años. Eso sí dice mucho, eso sí da una idea de lo que ha pasado en este tiempo.

Lo hemos pensado mucho estos días viendo a M y a A con I, ellos están empezando ahora una etapa preciosa (y larga, por qué no decirlo) que a nosotros nos da la sensación de haber acabado. A veces nos parece que nos casamos ayer, pero cuando nos queremos da cuenta estamos hablando (como esta tarde) de lo poco que queda para que a nuestros hijos ya no les apetezca venir a Cerce con nosotros, e incluso para que les vuelva a apetecer cuando ya se hayan casado. Sí, no es una exageración decir que ya somos como eran nuestros padres cuando empezamos a tener conciencia de ellos.

12 años, como los whiskies buenos. ¿Fáciles? No, qué va. ¿Pero hay algo que merezca la pena que lo sea? Muchas veces, en el trabajo, he llamado la atención a otros y a mí mismo sobre lo importante que es disfrutar de lo logrado cuando las cosas salen bien. A veces el agobio por lo que queda por hacer no nos deja disfrutar de lo que sí hemos hecho. No nos damos cuenta de que podíamos no haber llegado.

Cuando aquél día 20 de septiembre nos casamos, de lo que se trataba era de llegar a este 20 de septiembre precisamente a donde estamos ahora. Y aquí estamos. Aunque no haya sido mérito nuestro, ni gracias a nuestras fuerzas, porque es el de arriba el que nos ha sostenido a veces contra nosotros mismos y contra nuestro egoísmo, no cabe duda de que nosotros también nos lo hemos currado. Y ha merecido la pena. Y aunque de todo ha habido, claro, en general nos lo hemos pasado bien por el camino y nos hemos reído, que fue lo que nos propusimos unos años antes de ese primer 20 de septiembre en la puerta de los Jesuítas de Serrano.

¿Y ahora? Ahora queda todo por hacer, sí, pero de nuevo: para hacer bueno ese "para siempre" del 97 había que estar hoy aquí.

Y aquí estamos.

Y felices de estar.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Los whiskies buenos suelen tener 16-18 años...

Unknown dijo...

felicidades por esos 12 años a los 2, lo siento pero la que esta igual es A y no tu, muy muy guapa, venga a po otros 12

Anónimo dijo...

Muchas felicidades y precioso post. Dan ganas de seguir peleando, viviendo, estando... un abrazo

Anónimo dijo...

Un anónimo con 10 años de aventura, y cuatro retoños que lo atestiguan te felicta por vuestros 12 años, ahora a por los 25, que son los de un buen brandy...

Enhorabuena sin conocernos de nada, si ya os conociera os hacia un regalon por los 12: una botella de buen whisky o, mejor para tu mujer, un magnun de buen champán!!

Pedro Padre

Iñigo dijo...

Gracias a todos!

Y gracias, Pedro Padre. Me sigue impresionando que alguien que no me conozca lea este blog y lo encuentre interesante (aunque puede que eso sea ya mucho suponer).

Tu felicitación tiene aún más valor por venir desde el desconocimiento.

Buen día a todos

A dijo...

Muchas felicidades de nuevo, mi amor. Gracias por estos 12 años.

Besos. Siempre.

Unknown dijo...

zorioooonak, que rápido pasa el tiempo.

Indira dijo...

Linda foto. Muchas felicidades por los 12 años.