domingo, 27 de septiembre de 2009

Malditos Bastardos

Iba a empezar esta entrada diciendo que "Malditos Bastardos" es buena, muy buena, pero algo me ha frenado. Porque lo es y al mismo tiempo no lo es tanto. Está muy bien hecha, de eso no hay ninguna duda, es casi perfecta: Brad Pitt está especialmente inmenso, pero todas las actuaciones son excelentes, de verdad que fuera de lo común. El ritmo es trepidante durante las dos hora y media que dura la peli, la música es buenísima, la fotografía inmejorable... ¿Entonces? A lo mejor es como ir en un cochazo por una carretera magnífica... a ningún sitio. Aunque a lo mejor no es así, a lo mejor me estoy volviendo un poco cenizo. No estoy seguro porque lo que sí me ha quedado es una sensación de crudeza real, muy real, que en sí misma puede que sea valiosa. Varias veces en la peli me he encontrado susurrando: ” hijos de puta..."

Me estoy volviendo un maniático. Nada más sentarme me he dado cuenta de que el tipo de al lado podía estropearme la película. Era un tío muy grande que tenía el brazo bien apoyado en el reposabrazos y el codo, directamente, en mi sitio. He hecho un par de amagos de empujarle, pero no ha reaccionado. Como me conozco y sé que podía pasarme dos horas sin pensar en otra cosa, directamente le he dicho que por favor quitara el brazo. Al de delante en dos ocasiones le he tocado en el brazo para que lo bajara, no soporto a la gente que llega tarde y me tapa la pantalla 5 minutos después de empezar… Hoy he salido rápido, porque de repente me ha parecido que el de al lado podía ser JM, y me habría muerto de la vergüenza.

Ha sido esta una semana muy larga, muy intensa y muy provechosa. No volví a Madrid hasta el viernes, agotado, entre otras cosas porque el martes, el miércoles y el jueves tuve almuerzo y cena. La del jueves con AT y M fue la más bonita y también la más fructífera. Primero estuvimos en la sede del Banco viendo los Solana, que no sé si me parecieron preciosos sólo por las explicaciones de A o porque realmente me gustaron. El edificio es precioso, pero sobre todo es excesivo: las puertas, los suelos, las alfombras, las paredes, las mesas... Es el culto al exceso. A estuvo gracioso toda la visita. En la sala del Consejo, la más elegante y formal de todas, dijo señalando a la enorme pantalla: “ahí es donde ven el porno” No pude dejar de imaginarlo.

Comimos en Cañadío, aunque habíamos reservado en el Bar del Puerto. A última hora cambié por el clavo que nos metieron en la cena del día anterior, que fue ahí. No vuelvo, no se come mejor que en el resto pero te cobran, exactamente, el doble que el resto. En el almuerzo hablamos de todo: de Santander, de la Fundación, de Solana, del sectarismo en la política, de los jóvenes, del miedo al compromiso,de los diarios, y sobre todo de planes que aunque parecen locuras puede que no lo sean del todo. Los dos estuvieron muy cariñosos, A llegó a decir que la que se estaba tomando era la mejor merluza que se había tomado en su vida. Se lo agradecí porque era mentira, si hubiera sido verdad no habría tenido mérito.

De los diarios hablamos mucho, es curioso pero me pareció que le gustaba hablar de ello, que no estaba harto. Varias veces, incluso, hablamos de aspectos sobre lo que parece ser casi habían discutido esa mañana. Estuvo, por ejemplo, muy de acuerdo conmigo en que su salvación son los cinco años que pasan hasta la publicación, no sé bien por qué le encantó que lo viera así. También coincidió en que la clave era el equilibrio entre estética y el contenido. En cuatro semanas sale el nuevo tomo, junto al libro “Vidarios” que sobre los diarios han escrito varios amigos.

Me ha gustado verle cómo se ilusionaba con las cosas, cómo se ponía nervioso por momentos, como se iba acelerando. Me recordaba a mí cuando al día siguiente no podía dejar de mandarme mensajes y de hablarme de cosas que sólo tendrán importancia, si es que llegan a tenerla, dentro de cuatro o cinco años como poco. Mañana como de nuevo con él, ya sin M pero con su gran amigo JMB.

Muchos amigos me están diciendo que me ven muy contento, que se me nota especialmente ilusionado. Y sí, lo estoy, ahora lo estoy notando mientras escribo. Sin darme cuenta, durante un tiempo había perdido esa pasión casi infantil, seguramente ridícula a veces, que tiraba de mí y de mí cabeza para adelante con una fuerza especial que ahora siento de nuevo. Tengo que tener cuidado para no acelerarme, es la parte mala de este estado de ánimo.

Mañana es el cumple de A. No me importa decirlo porque cuando lo lea ya lo sabrá: en el desayuno, antes de irnos, le voy a hacer un regalo muy bonito que compré ayer después de darle vueltas durante semanas, un regalo que le prometí hace mucho con la tranquilidad con la que se prometen las cosas que uno cree que nunca tendrá que cumplir. Me encanta hacerle rabiar con lo de los regalos, a ella le da igual lo que le regalen pero a mí hay pocas cosas que me gusten más que comprarle cosas, es curioso. Esta mañana, ya hasta las narices, me decía ¿Pero vamos a ver, tú para qué me haces regalos? ¿Para presumir? Le he preguntado que delante de quién se supone que podría querer presumir, y rápidamente me ha contestado: “de ti”. Parece muy profundo. muy, muy. Aún así yo creo que no, que lo hago sólo porque darle un regalo es como darle un poco de mí mismo, y eso me llena. Pero vete tú a saber.

Por cierto, ¿Recuperaremos la obra de teatro con la que estábamos? Es la segunda vez que G me hace aprenderme un papel y luego me deja tirado…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la primera vez que comento en este blog, muchas veces he tenido la tentación pero, quizás porque se trata de un tema trivial me he decidido a comentar.
"Malditos Bastardos" es bastante floja, Brad Pitt sobreactúa, y aunque tiene escenas muy buenas la película se hace muy larga.Sólo puedo decir que el oficial nazi Landa lo borda...el resto de la película es bastante flojo, y los diálogos la verdad no parecen de Tarantino.

amanda dijo...

He visto tu blog por casualidad, y como ayer también fui a ver "Malditos bastardos", me he decidido a comentar.
Yo fui un poco por ir, y quizás por eso mismo me sorprendió gratamente.La trama me parece interesante y original, y tiene momentos cómicos notables.Y el desenlace muy bueno (muchas pelis la cagan justo en el final). Aunque coincido con el anónimo en que Brad Pitt sobreactúa...bueno, es que a mí personalmente ya ni me gusta.
Sí me gustó mucho la chica que interpreta a la dueña del cine.
Es una peli larga y sin embargo el tiempo se me pasó volando.
Y totalmente de acuerdo con lo acertado de la BSO, desde el primer minuto, es que es buenísima!
Yo la recomendaría!
Esto es todo, Un saludo.

Iñigo dijo...

Creo que tenéis razón en algunas cosas, tanto anónimo como Amanda. Puede incluso que ayer la peli me pillara con excesivo buen humor y exagerara un poco. A ver, por partes:

Sí, Brad Pitt sobreactúa. También podría decirse que el Director no es fiel a la historia... Lo que quiero decir es que creo que hace bien sobreactuando, toda la película es un ejercicio de sobreactuación, por decirlo de algún modo.

El Alemám, el malo, para entendernos, es cierto que está mejor que Pitt, ahí no tengo nada que decir salvo retractarme. También ella está muy bien... Todos, a mi juicio, son una prueba de que Tarantino es uno de los mejores directores de actores del momento.

La peli en general no me parece floja, ahí no coincido con Anónimo. Me reafirmo en decir que tiene ritmo, música, y aunque los diálogos puede que no sean tan buenos como en otras de Tarantino, son muchísimo mejores de lo que se ve normalmente en el cine.