lunes, 8 de diciembre de 2008

Buscando un Beso a Medianoche

Pues va a ser verdad que me estoy volviendo un snob: no sólo llevo dos semanas viendo películas en blanco y negro, sino que hoy al terminar me he quedado sentado hasta que han terminado de pasar los títulos de crédito.

No sé qué escribir, por un lado me cuesta volver a traer las ideas que me pasaban por la cabeza en ese momento, y por otro cuando me vienen no me atrevo a escribirlas porque no quiero estropearle la peli a A (tienes que ir a verla). Por eso no voy a escribir nada, y voy a pedir en cambio publicamente a A que cuando vaya a verla escriba algo y lo publique aquí, me apetece mucho descubrir qué es lo que le pasa por la cabeza. Si no lo hace será por pereza o porque pasa de su hermano, y ambas cosas son muy feas.

Pero no sé por qué razón no me resisto a decir, al menos, que es una película en la que pasa de todo, o mejor dicho pasa todo, sin que en el fondo pase nada, o eso parezca ¿Sucede lo mismo en la vida? No lo sé, la verdad. Me gustaría pensar que no, pero no estoy tan seguro. Ojalá algún lector vaya a verla, además de A, y se anime a opinar. Podríamos, incluso, superar los 8 comentarios de "Sexo".

Mientras tanto cambiemos de tercio.

Estoy terminando de leer "Casa Desolada", de Dickens. Estoy muy orgulloso porque casi nunca consigo terminar los libros que me traigo a medias de Deba. Me pasó el año pasado con la segunda lectura de Guerra y Paz y hace dos con "La Montaña Mágica", que sigo sin terminar. Son novelas que no es fácil leer de cinco en cinco minutos, por las noches. Cuando quieres acordarte de dónde estabas, y quién es la Srta. Flite, ya empieza el libro a tambalearse...

Durante la primera parte de la novela en algún momento pensé que era demasiado obvia y de alguna forma infantil por la forma en la que retrata los personajes, que resultan demadiado claros, demasiado prototípicos. La buena muy buena, el noble muy noble, el héroe muy héroe, el desgraciado muy desgraciado... A lo mejor por esa razón, ahora que estoy terminando creo que ninguno de los personaje me ha enseñado demasiado, ni se me va a fijar en la memoria.

En cambio sí se me quedará el aire oscuro de londres, el color de Chensey Wold, y sobre todo la forma en la que todos y cada uno de los personajes de la novela van descubriendo su papel en una especie de universo que la novela crea y recrea magistralmente. Tampoco se me olvidará el odio visceral que parece tener Dickens a los abogados y al sistema jurídico en general, que representa como una especie de agujero negro que acaba con todo lo que encuentra a su paso y con todos aquellos que intentan luchar contra él. Algunas de las frases del Sr. Vholes, abogado, es como para no olvidarla por si en algún momento hay que meterse con algún amigo picapleitos.

Voy a dejarlo aquí porque quiero terminarla esta noche, y ponerme con "Los Hombres que no Amaban a las Mujeres". Aunque verlo en Opencor entre los más vendidos no anima mucho -otra vez el snob- sería la primera vez que Ignacio, de la librería Lagún de San Sebastián, me recomienda algo que luego no me gusta. En su descargo diré, por si acaso, que en el caso del Best Seller que acab de citar sólo lo había empezado...

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