domingo, 21 de septiembre de 2008

Vicky Cristina Barcelona

Se notaba que no es una película "100% RENOIR". La sala más grande de los Princesa estaba hasta arriba, y a la una de la tarde ya era complicado encontrar entradas en buenos sitios. Al terminar la peli, nadie se ha quedado sentado a leer los títulos de créditos. Qué raro... Nosotros también hemos caído, y hemos ido a verla porque es de esas película que "hay que ir a ver", aunque sea para poder decir por ti mismo que no te ha gustado.

A mí sí me ha gustado, y bastante. En algún momento me he encontrado mirando el reloj y hay una parte del argumento que no resulta demasiado creíble, pero los cuatro actores funcionan a la perfección juntos, el ritmo es agradable, y aunque sea de pasada en la película salen algunas cuestiones muy interesantes sobre el amor y las relaciones de pareja, tratadas además con una naturalidad que se echa de menos otras muchas veces.

Cristina no sabe lo que busca, sólo sabe que necesita "algo más" y que lo que no busca es la vida de Vicky. Me da a mí que ese buscar más, sin saber qué, es un rasgo muy típico de nuestro tiempo y un síntoma, además, de la razón de muchos de nuestros males: nuestra vida está vacía de cosas que perduren, y necesitamos excusas para seguir luchando por algo. En cuanto lo conseguimos nos aburrimos, y vuelta a empezar... Sísifo, ¿No?

A la propia Vicky parece que tampoco le llena demasiado su vida y su futuro, de hecho. De repente se da cuenta de que no es ella quien lleva las riendas de su vida y de que sólo el miedo le impide tirarlo todo por la borda. Es una idea muy peligrosa, esa de que el valiente es el que lo tira todo a la mierda, el que no se deja llevar por los valores dominantes, por el compromiso y por la vida "normal" que el resto del mundo espera que lleve. Es peligrosa, pero es atractiva.

Me fastidia decirlo, porque no me caen de maravilla, pero Bardem y Pe están muy bien. Al público lo tenían ganado de antemano, porque eso de ver -aunque sea en la pantalla - a dos españoles rodeados de tanto yanki hace que les veamos como si fueran vecinos, casi de la familia, cómplices. Por ejemplo, una de las cosas que mejor funcionan de la peli es, a mi juicio, el cambio del inglés al español y viceversa.

No sé cómo lo solucionarán en la versión doblada, pero es un recurso que al menos aquí funciona de maravilla para meterse al público en el bolsillo y en la historia, porque como decía -sobre todo en esos momentos - los dos actores españoles están redondos. Por eso en este caso más aún que en el resto, creo que es obligado ir a ver la versión original. También sirve para despertar el orgullo patrio, ver a dos españolitos hablando bien inglés nos hace sentirnos un poco más globales, un poco más modernos, un poco más importantes.

Barcelona es la quinta protagonista, y también lo hace muy bien. Siempre tiene morbo descubrir cómo ve España (o el Estado Español) un genio americano que querría ser europeo. Claro que usa los topicazos de siempre, pero con delicadeza y estilo. Si no lo hiciera lo echaríamos de menos, seguro. La música es casi toda española, y muy bonita

En ese sentido, me ha hecho mucha ilusión comprobar cómo nada más empezar Woody Allen deja claro que no se ha dejado engatusar por la tontería del nacionalismo, cosa que les pasa con demasiada frecuencia a los americanos que no han sufrido en sus carnes las consecuencias de la mayor estupidez del siglo XX.

Hubo una época en la que iba a Misa sólo por el aperitivo de después, a veces no sé si me estará pasando esto mismo ahora, y la razón para ir al cine los domingos no es otra que el kebab del Turkito.

3 comentarios:

Heidy dijo...

Qué huevos! Eso es lo primero que me viene a la cabeza cuando te leo... Porque, superado el tema de la vanidad (excesiva confianza y creencia de la propia capacidad y atracción muy por encima de otras personas y cosas)..., escribir este blog es desnudarte todos los días... y para eso hay que tener muchos huevos!!!! Ole y ole, si sigues así, tendrás en mi una fiel lectora.
Besos
PD. Sería perfecto que pudieras avisar de las entradas en el blog.

Anónimo dijo...

En mi caso, no soy de Renoir, sino de cine a las afueras,y no el domingo, sino el viernes y un cine en el que preferentemente se aparque bien, consigna de mi A, que también tengo un A, y en vez de Turkito, como somos más finos vamos a Mallorca pero no después sino antes, y en ese ritual que no rutina, de más de diez años también es fundamental la fila, siempre fila tres y de pasillo, con la consiguiente y recurrente pregunta del expendedor ¿fila tres seguro?, si fila tres nos gusta comernos la pantalla con patatas y no tener a nadie delante y esa sensación de que la peli es sólo para ti. La penúltima que vi, y de cine tampoco entiendo nada, "Mamma mía" Un error la compañía no debería haber ido con A sino con, M, C ,G , S, L, P , M,R y habiendo bebido una copita de moscatel (soy tan meapilas que sólo bebo vino...de Misa) y haber cantado y bailado como locas, aún así me subió la moral, me entraron ganas de ser actriz de cine sólo para pasármelo como se lo pasó Meryl Streep, y de bailar y de cantar y de reir, qué buen rato.
Como ves ante la envidia de tu blog, me parasito a él, chupando rueda un poquito.
Gran decepción que no lleves barba en la actualidad.

Anónimo dijo...

Me suena eso de ir a misa por el aperitivo de después...
No sé dónde lo habré visto...
Besos Marta R.