domingo, 18 de octubre de 2009

Ongi Etorri

La gracia típica es que "Ongi Etorri" significa "felpudo" en euskera, pero mi gran amigo G (Único tipo en el mundo que sigue el curso de euskera de Asimil) sabe perfectamente que significa "bienvenido". En este caso,"bienvenida": bienvenida, Itziar.

Acabamos de llegar de SS. Ayer bautizamos a I en el Santuario de la Virgen de Itziar, fue un bautizo precioso. Fue bonito por cómo fue, pero más aún por lo que fue, por lo que hoy significa bautizar a un niño y darle la bienvenida a la Iglesia. Yo soy el padrino, y tengo que admitir que me temblaron un poco las piernas cuando el sacerdote nos pidió a los padres y a nosotros que renováramos nuestra fe y nuestra renuncia al pecado. Si te lo tomas en serio, y yo me lo tomé, es la leche.

Por cierto, me he puesto a escribir antes de ir al cine porque me da a mí que voy a llegar algo cansado y me va a dar horrible pereza hacerlo después. Voy a ir a ver Let's Get Lost, un documental sobre el músico de Jazz Chet Baker que ganó el premio de la crítica del festival de Venecia. Ya veremos qué tal, la cosa promete. (Ya vista, casi a las doce de la noche, tengo que decir que merece la pena, y mucho. Se disfruta la música, se disfruta una fotografía como yo hace mucho tiempo que no veía, y se disfruta pensando cómo se puede ser al mismo tiempo así, y así. Ya la contaré más despacio. O no)

Digo que voy a estar cansado entre otras cosas porque esta mañana he vuelto a correr los 15 km de San Sebastián, un recorrido precioso que el año pasado terminé en hora y veinte y que este año he terminado en hora y veintiseis y con una rodilla bastante maltrecha. Desde el km 8 he estado pensando si seguir corriendo o dejarlo, y mientras lo decidía he llegado a Anoeta. Nada más pasar la meta me he dado cuenta de que iba a estar unos dias arrepintiéndome, no podía ni apoyar la pierna izquierda.

Un par de kilómetros después de la salida, casi en el portal de casa, me estaban esperando R, R y A para recoger una camiseta de manga larga que llevaba puesta por la mañana para no helarme. Pobres, estaban impresionados porque su padre fuera de los últimos, llevaban un cuarto de hora viendo pasar gente. Peor ha sido ahora que les he dicho el puesto en el que he llegado, el 2.749. Tiene que ser duro que de golpe se te caiga el mito de que tu padre corre mucho. Ya les habría costado que llegara el décimo, o el vigesimoséptimo, pero el 2.749 es too much.

Durante esta semana he estado apuntando cosas que he visto, y que me han pasado que he creído que eran dignas de ser escritas aquí. Pero pensándolo mejor no lo voy a hacer - lo dejo para un poco más adelante - y en cambio voy a copiar algo que L y A le han escrito a I, y que vel mucho más que cualquier bobada que yo pueda contar.



DE PADRES A HIJA

Hay cosas, Itziar, que son verdad. Y lo bueno es que hay que descubrirlas. Descubrir que si juntas el amarillo y el rojo, obtienes el naranja; que es mejor ser bueno que ser malo, ser generoso que ser tacaño, tener amigos que ir solo por la vida.


Hay otras verdades que están más escondidas. Al principio, como eres pequeña, queda en nuestras manos ayudarte a buscarlas. Luego, cuando seas mayor, tendrás que hacerlo tú sola. Se pueden encontrar en las personas. En el silencio. En la naturaleza. En la familia. En el trabajo. En la Biblia. En los momentos alegres y también en los difíciles. Depende. Cada uno las encuentra en un sitio. Lo importante es querer buscarlas. No es fácil, pero merece la pena. Porque la historia no está escrita. Has nacido, Itziar, para descubrirlas. Para poder elegir, actuar, amar, y hacer el mundo mejor.


Lo quieran o no, todos los animales y las plantas cumplen su misión como animales y plantas. Sí, no pueden decidir no hacerlo. Nacen, viven, crecen y mueren. Ya está. Pero las personas no. Las personas somos libres. Así que, te guste o no, vas a tener que elegir un fin, vas a tener que buscar una misión que oriente y dé sentido a tu vida. No será fácil, pero nada importante lo es. Y será apasionante, y muy divertido, si te lo tomas en serio. Ojalá, Itziar, lo consigas.


No estás sola. Aquí estamos para ayudarte tus padres, tus amigos, tu familia y ese Dios que hoy, diecisiete de octubre de dos mil nueve, empieza a vivir en tu corazón. Cuando dudes, pregúntale a Él. Siempre va a estar ahí, dentro de ti. Contigo. Nunca te va a gritar para que le hagas caso. La manera de oírle es quedarte en silencio, quererle y escucharle. No dejes de hacerlo.
Buena caza, Itziar.


Hay cosas, Itziar, que son verdad. Es perfecto. Perfecto para empezar una novela, pero mejor aún para empezar una vida., que es de lo que se trata. Si hay cosas en la vida que son verdad todo cambia. ¿Verdad?

Para terminar, unas fotitos del fin de semana, de la Blackberry. Todas mis fotos se parecen, me doy cuenta. ¿Eso es bueno, o malo? A lo mejor todas las fotos que hago no son sino intentos fallidos de esa foto que me gustaría hacer. Espero no hacerla nunca, porque en ese momento no tendrá sentido seguir haciendo fotos.






De esta última me gusta mucho el color, es completamente zuri urdin.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Zorionak, Eneko.

G.

Anónimo dijo...

Noto un tufillo ególatra en tu blog...

Por cierto ególatra en vasco se dice....egolatra ¿ por qué sera?

Iñigo dijo...

Leo en la RAE que ególatra significa "que siente veneración por sí mismo", y me parece un poco demasiado, pero no estoy seguro.

Sí es verdad que para querer ser mejor -y yo quiero serlo- es necesario amarse, saberse digno del esfuerzo que supone. ¿Eso es suficiente? Creo que no.

El otro día lei a GM algo que viene al caso, y es que para escribir hace falta vanidad, porque ha de creerse que merece la pena que los demás conozcan lo que uno cuenta. Escribir de uno mismo, en ese sentido, sería vanidad doble: parto de la hipótesis de que puede interesar saber de mí, y que puede interesar lo que yo pienso sobre mi.

Así que aunque podríamos discutir sobre matices, "acepto pulpo": soy un poco ególatra, y este blog también. La cuestión es si me equivoco, es decir, si valo lo suficiente como para venerarme. Y sinceramente creo que sí, que todos lo valemos. Y no por lo que hacemos, o lo que pensamos, o lo que tenemos, sino sencillamente por lo que somos.

Ojalá leas esta respuesta, querido anónimo, y nos liemos un poco.

Anónimo dijo...

hoy es la primera vez que leo tu blog.Ongi Etorri es una bella palabra que deberia emplearse mas,en cualquiera de los idiomas del mundo;e incluso dedicarsela al del "tufillo".y por cierto,dudo mucho que en Euskera,egolatra se diga egolatra,es un idioma lo sufientemente rico y ancestral como para no tener que adoptar adjetivos de otras lenguas.

Llorenç Villalonga dijo...

Es una buena costumbre no hablar de uno mismo. Pero quien no habla de sí mismo habla de los demás; y son los demás los que salen perdiendo con ello.